Thriteen scars.

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Thirteen scars.

Donghae esperaba llegar, ser recibido y explotar en preguntas antes de ser echado, interrogar al tiempo que negaba para sí mismo tanta aberración sucedida al violáceo. Pero apenas se abre la puerta la imagen de un chico que porta pantalones deportivos grises, una camiseta blanca sin mangas, descalzo, ceño fruncido y cabello rubio revuelto lo impacta, las palabras se le quedan en la garganta, parpadea rápidamente.

-H-Hae? – Pregunta Hyukjae, dudando si se trata de una visita amable o no.

-Tu cabello... – Es todo lo que dice al verlo lucir nuevamente en sus cabellos el color rubio, le trae recuerdos de manos topándose en el mismo pote de palomitas, tibieza en su espalda causada por un pecho y manos ceñidas a su cintura, son abrazos y sonrisas. Un gemido ahogado sale de su garganta, tiene los ojos vidriosos. Es como volver al pasado, cuando no tenían idea de nada de lo que les esperaba.

-Oh...sí, yo... lo teñí de nuevo – Baja la mirada al suelo, rasca su nuca con incomodidad y un sonrojo se hace presente – Quieres entrar? – Se hace a un lado dejando el paso libre, Hae asiente y se adentra titubeante en el departamento, aclara su garganta, Hyukjae camina hasta los sofás de la sala y le sonríe indicando que tome asiento – Es tarde, no esperaba tu visita, todo va bien contigo y tu madre?

Donghae cierra los ojos fuertemente e inhala, aun está enfadado con dicha mujer. De no haber sido por ella nada de esto estaría sucediendo y él no se habría pasado años sintiéndose dejado y como completa mierda. El rubio nota el acto y se tensa.

-Todo está bien? Oh dios, no me digas que algo le ha sucedido – El castaño niega rápidamente.

-Estamos bien – Lo mira directamente, su labio inferior entre los dientes, Hyuk traga al ver el acto y carraspea la garganta.

-Me alegro, entonces...

-Tus cartas – Hyukjae se inclina hacia enfrente y niega con una mano al aire.

-Está bien, ya lo comprendo – Mira hacia sus manos y sonríe – Cuando te vi marcharte en el centro comercial– No sube la mirada, Donghae se mantiene en silencio – Me di cuenta de algo... que te quiero en mi vida, Lee Donghae, te amo y posiblemente lo haga el resto de mi vida, no sé qué te haya llevado a no querer verme mas, o si solo dejaste de amarme – Se relame los labios y sube la mirada. Orbes pidiendo clemencia y luciendo una sonrisa torcida, la felicidad ha escapado por la ventana – por favor, al menos se mi amigo, no puedo vivir sin ti... – Una punzada en el pecho del menor, niega, quiere hablar pero sabe que si lo hace todo se saldrá de control, se lanza hacia él y comienza a llorar. Hyukjae se aferra a su cuerpo como si fuese la última vez que lo verá.

-H-Hyuk...yo, he intentado llamarte, hacerte saber todo lo que pienso y lo estúpido que fui por no confiar en ti, pero el imbécil de tu hermano me lanza reprendas y cuelga mis llamadas, tampoco sabía dónde vives... yo... yo... que se supone que debería hacer entonces? – Las palabras salen rápidamente, casi chocando entre ellas, Hyuk tarda en procesar, separa sus cuerpos y lo mira confundido.

-Eunhyuk, hizo que? – Pregunta, coloca ambas manos en las mejillas de Hae y lleva los pulgares debajo de los ojos tratando de calmar las líneas saladas que descienden sin cuidado. Odia verlo llorar, sonríe – Hae... dilo de nuevo – El castaño frunce el seño y ahora es el quien no tiene idea de que habla el rubio.

-Decir qué? – Ladea la cabeza.

-Mi nombre...

El tono que usa es consumido, como si escuchar la voz de Donghae fuese el brebaje de la felicidad. Hyuk siempre quiso saber cómo sería deleitarse con la voz del otro, como seria tener a Hae susurrando entre sonrojos palabras que solo fueron plasmadas en papel. Antes no presto atención, pero en este momento puede darse el lujo de apreciarlo.

Scars (EunHae)Where stories live. Discover now