Five scars.

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Five scars.

Los dedos de Hyukjae alzan temblorosamente la pálida hoja con letras negras plasmadas, lee una y otra vez cada palabra torturándose más y más a sí mismo. No tiene idea de que va todo esto pero algo es seguro, no ha sido él quien se postulo para una universidad en el extranjero. Y el final semi-inclinado y en tono levemente más grueso que el resto del texto, no ayuda en nada.

"Aceptado"

No puede manejarlo. Confundido escucha la puerta principal cerrarse, sale de su habitación y pasando el amplio pasillo llega hasta la entrada.

-Que significa esto?! – Explota, agita el papel al aire y con rabia lo lanza al suelo – No iré... no voy a irme! – El hombre frente a él suspira y se afloja la corbata, no abre los ojos, parece cansado y fastidiado.

-Tienes que – Atina a decir, pasa de largo al rubio y antes de cerrar la puerta de su propio cuarto una mano se aferra a la madera impidiéndolo.

-Así como así? Ahora quieres deshacerte de mi?! – Su aliento entrecortado y rabia no puede ocultarse mas, baja la mirada al suelo y piensa que el tono café chocolate de la alfombra luce exactamente como los profundos ojos de Donghae... Donghae... no puede irse, no puede... no puede dejarlo.

-No es así, solo creo que estarás mejor haya, no te encontraras solo como viviendo conmigo... ni siquiera te he visto el rostro correctamente este último mes – Intenta defenderse, exhala y sin esforzarse mucho se deja caer en su ancha y mullida silla giratoria.

Hyukjae sabe que no tiene sentido ponerse a pelear o discutir, su padre nunca ha sido un hombre que de tregua cuando ha decidido algo (y por lo visto ya tomo la decisión). Con los ojos escociendo y la impotencia instalada bajo sus venas sale de la vista de su padre, a pasos rápidos y pesados se dirige a su habitación, coge su mochila y mete ropa en ella junto a variados artículos personales. Rebusca en su cajonera, consigue algo de dinero apenas para el taxi y lo próximo que sabe es que su respiración es agitada y las lágrimas le bordean ambas orbes.

***

No es que Hyukjae tuviera un comienzo difícil en la vida, de hecho tenía y tiene mucho más que cualquier persona promedio, mucho más, por lo que, jamás ha querido realmente poseer algo con tantas ganas como ahora. Mientras mira las cosas formadas pasar al lado de la ventana del taxi suspira, ya está un poco calmado y piensa con claridad. Bien, está claro que sí puede ser obligado a marcharse, y parece que su padre solo esperara a que finalice su último año de preparatoria para hacer que eso suceda.

Menos de cuatro meses...

Faltan menos de cuatro meses para que finalice el año escolar. Hunde el rostro entre sus rodillas y siente los movimientos nerviosos provocados por las plantas de sus pies. El vehículo se detiene frente a una conocida casa, suspira, rebusca en su bolsillo y consigue el dinero exacto que marca el taxímetro, agradece al conductor, acomoda la mochila en su hombro y lentamente camina hasta la puerta. Para su sorpresa siquiera necesita tocar, la sonrisa infantil y ojos brillantes de Donghae lo reciben, le dejan con la mano levantada y empuñada.

-H-hola... lamento la molestia – Su voz titubea, el castaño niega con la cabeza y tira de su muñeca para introducirlo en su vivienda, lo arrastra consigo y sube las escaleras hacia su habitación.

-Donghae! Aun no termina la lección – Escucha gritar desde abajo a su profesora (a la cual, Hyuk no vio en ningún momento por la veloz bienvenida), pero el pez la ignora y cierra la puerta de su habitación con una emoción algo exagerada y sonrisa plasmada en sus aun tiernas facciones, dicha mueca que causa cierto malestar lleno de temblores y retorcijones en el estomago del mayor.

Scars (EunHae)Where stories live. Discover now