Hacia nuevas aventuras

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¿Qué hacer cuando un amigo se va? ¿Llorar y lamentarse, o seguir adelante como él lo querría? Quizás en esos momentos estaría diciendo "Dejen de llorar, montón de idiotas y busquen algo que hacer". Sería mejor recordarlo con una sonrisa y no con lágrimas. El destino suele ser muy cruel, pero está escrito y sólo si eres muy hábil podrás escapar de él, Zico pudo haberlo hecho al matar a su hermano, lo tenía listo, con la punta de la espada sobre su cuello, pero la bondad en su interior no lo dejó, aunque lo odiara, no podría matar a alguien de su misma sangre; esos lazos aunque no crecieron en su convivencia, eran fuertes para él aunque no lo creyera. Y el que no haya acabado con Ji Seok no era señal de debilidad o cobardía, al contrario, demostró ser fuerte al no escoger el camino fácil y aceptar su destino. En cambio el mayor ahora escapaba por esa selva calurosa y solitaria, huyendo de su responsabilidad, de la sangre que se derramó por su culpa que además era de su propio hermano y enfrentando sus demonios al darse cuenta de la barbaridad que cometió, pero ya era tarde, Zico había muerto y no servía de nada que se arrepintiera a éstas alturas. Ji Seok siempre fue el débil, siempre temió de su hermano menor por su falta de confianza y ahora pagaría las consecuencias de eso.

-¿¡Por qué!? – Se preguntaba Ji Seok, ya en la playa al haber salido de la selva y con su barco esperándolo pero sin tripulación - ¿Por qué Ji Ho, por qué siempre fuiste tan bueno? – miró al cielo, con las lágrimas resbalándoles por las mejillas – Lo siento. Perdón por odiarte, por no haber sido un buen hermano. Papá nunca debió haberte llevado al barco, así no me hubieses conocido y no hubieses terminado así.

-Ya es muy tarde para lamentarse –dijo Taeil a su espalda. Ji Seok se giró hacia el grupo de chicos que lo juzgaban con la mirada y en los brazos de Jaehyo yacía el cuerpo inerte de su hermano – Has matado a tu propio hermano y no hay perdón para eso – sacó su pistola y le apuntó con ella. Ji Seok se puso de rodillas y bajó la cabeza ya resignado y esperando a que Taeil acabara con su vida.

-Mátame, no merezco vivir.

-Estoy muy decepcionado de ti, siempre fuimos amigos, desde antes que Zico llegara al barco de tu padre pero ahora me arrepiento de haber sido amigo de un monstruo como tú.

-Mátame por favor, te lo suplico – comenzó a llorar.

Taeil bajó el arma y le indicó a Min Hyuk y a Ji Hoon que lo tomaran y lo llevaran al navío. Éste no opuso resistencia y dejó que lo llevaran y que hicieran con él lo que quisieran. Agradecían por lo menos que el barco de Ji Seok siguiera intacto y la bestia no lo hubiese hundido pues era su única salida de esa isla. Los chicos soltaron al chico en cubierta como Taeil les indicó y éste se acuclilló frente a él.

-Podría matarte ahora mismo pero no lo haré, eso sería muy fácil, la idea es que cargues con la culpa de haber matado a tu hermano y sufras por ello – se levantó y les indicó a Min Hyuk y Ji Hoon que lo llevaran a la celda. Estos dos se sorprendieron al ver a alguien allí, nada más y nada menos que a Xing Ji, la curandera.

-¿Qué hace aquí? – preguntó Ji Hoon sorprendido.

-¿Y ustedes?...- miró a Ji Seok quien seguía con la mirada gacha. Lo metieron y sacaron a la mujer llevándola a cubierta.

-Miren a quien encontramos.

Todos se sorprendieron, menos Yu Kwon que sabía que estaba allí por lo que se le ocurrió una idea. Ya una vez había vuelto a la vida a Taeil ya que más que una curandera es una autentica bruja, quizás podrías hacer lo mismo con Zico.

-¿Por qué todos tienes esas caras lánguidas? – preguntó antes de que Yu Kwon le dijera algo.

-Zico...Zico murió, pero tú puedes hacer algo por él, lo hiciste con Taeil, puedes volver a la vida a Zico ¿Verdad?

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