El amor es para los débiles

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Esas miradas sobre Sun Gi, no acusadoras si no curiosas, ya comenzaban a incomodar a la chica que se hallaba encogida en su puesto, se sentía como un pirata que iba a ser ejecutado frente a todos en medio de una plaza. Jaehyo la miraba de arriba a abajo y asentía con su cabeza en silencio; Kyung ahora entendía porque era tan buena cocinando; Min Hyuk miraba a Yu Kwon de reojo quien estaba con una leve pero notoria sonrisa en sus labios y sabía perfectamente lo que pasaba por su cabeza.

-Entonces no eres rica - habló Kyung después de un rato de silencio – Sí me pareció extraño que supieras cocinar y no tuvieras problema con limpiar pero no me hubiese imaginado que eras criada, eres muy bonita.

-Eso no tiene nada que ver, hay criadas que son hermosas, créeme lo sé - dijo Jaehyo para luego sonreír como si recordara algo muy bueno - Lo que sí es que para ser empleada y ser pobre eres muy inteligente.

-Bueno, me gusta mucho leer libros.

Por la entrada de la cocina apareció Ji Hoon, muy serio.

-Taeil está molesto ¿No sé cuál es su problema? ¿Tanto quería así la recompensa?

-Ya se le pasará - le respondió Min Hyuk haciéndole espacio en el asiento a Ji Hoon.

-Lo que sí fue extraño fue la actitud de Zico - continuó Ji Hoon – Dijo que es por lo del tesoro pero aún así esperaba que se molestara y comenzara a echar fuego por la boca, así como lo ha hecho a veces cuando tiene un mal día, que se transforma en un monstruo despiadado y nos hace limpiar mil veces la cubierta hasta que nos queme el sol - rió. Quienes estaban frente a él en la mesa se quedaron en silencio con sus miradas puestas detrás de Ji Hoon.

-¿Quién es el monstruo despiadado?

Ji Hoon pegó un brinco en el asiento al escuchar la voz de su capitán atrás. Se giró inseguro y le regaló una sonrisa forzosa.

-Perdón - se mordió la lengua.

-Está bien - llevó su atención a Sun Gi quien bajó y subió la mirada. El chico le hizo una seña para que lo acompañara a cubierta. Se detuvo frente a ella, con sus manos en sus caderas, su porte de superioridad y su ojo falso brillando por el sol. Sonrió de medio lado y rió para sí - Así que eres Sun Gi, una criada, pobre, que no tiene donde caerse muerta. Ya me preguntaba porque no te estaban buscando, nadie iría tras unos piratas para buscar a una criada.

-Sí, supongo - dijo con desgano. Ahora se ponía a pensar si de verdad alguna vez la familia Sang y sobre todo, Woo Ri, le tenían cariño, pero al parecer no lo suficiente como para rescatarla - ¿Por qué lo aceptaste? Hasta Taeil está molesto y tú no - miró detrás del capitán a Taeil que se hallaba detrás del timón.

-Ya te dije el por qué.

-Pero antes me dijiste que aunque encontrarás el tesoro igual querías la recompensa porque eras ambicioso - se acercó al capitan juzgándolo con la mirada - No me dirás que me cogiste cariño.

-¿¡Qué!? Ca-Claro que no. Es que pensé bien las cosas, sólo eso.

-¿Y ahora que harás conmigo? No conseguirás nada de mi parte así que soy una carga en el barco ¿Me dejarás ir?

-No.

-¿Por qué? - se extrañó.

¿Dejarla ir? No podía, ella era el otro ingrediente para el ritual pero si le decía seguro reaccionaría mal y se rehusaría ¿Pero era esa la única razón para no querer dejarla ir? ¿O es que en realidad el frío pirata que fue Zico con Sun Gi desde que llegó estaba cambiando y de verdad le había cogido cariño? El muchacho no sabía cómo y qué contestarle y sólo dijo lo único que se le ocurrió.

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