CAPÍTULO VI

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Al anochecer, las luces en la casa de los Jauregui estaban apagándose, ya era hora de dormir, los hijos de Michael ya estaban en sus respectivas camas, y él antes de acostarse siempre pasaba a ver sus enormes bebés, pasó en la habitación de Chris, después en la de Taylor y por ultimo pasó a ver a Lauren, él sonrió al ver como su ojiverde favorita dormía profundamente, cerró la puerta y se marchó a su habitación en donde la esperaba su esposa, cuando la puerta de la habitación de Michael y Clara emitió un sonido al cerrarse, Lauren abrió los ojos al instante y se levantó de su cama, con nerviosismo y rapidez colocó algunos peluches en su cama para hacerle creer a su Padre que ella aun dormía profundamente, formó una silueta con los peluches y cubrió estos últimos con su cobija, antes de retirarse se vio al espejo, tenía el cabello recogido tal y como lo tenía cuando fue a la escuela, solo que ahora ella vestía de todo negro, quería demostrar su rudeza, así que tomó una de sus chamarras de piel que más le gustaba.

-Todo va a salir bien, respira profundo y no te eches para atrás. -se hablaba así misma sin dejarse de ver al espejo.

Sigilosamente tomó la perilla de su habitación y abrió la puerta, para su suerte, su Padre tenía la televisión de su cuarto con un volumen muy alto, y tenía que aprovechar eso. Bajó rápidamente las escaleras, y caminó a la cochera. Lauren sacó su auto sin problema alguno, sin llamar la atención de su Padre, con una sonrisa enorme la joven de ojos esmeralda condujo hacia donde le había indicado su amigovio, el lugar se encontraba muy lejos de la ciudad, cuando Lauren llegó Luke la recibió con un saludó brusco, le presentó a sus amigos y le ofreció algo de tomar, pero Lauren no quería conducir con el cuerpo alcoholizado así que no aceptó,

-Necesitamos una mujer para la próxima carrera. -indicó un chico de tés morena.

Inmediatamente Luke miró a Lauren retándola para que compitiera.

-Yo lo haré. -soltó de repente, los chicos a su alrededor la miraron con sorpresa, y otros se reían de ella.

Lauren entró a su auto sin importarle las burlas de los demás, después de todo no entendía el motivo de sus risas, antes de ir comenzar la ojiverde comenzó a sacar varios billetes de su chamarra y Luke la detuvo.

-Descuida, por ser tu primera vez no pagaras nada, yo me encargó de eso. -dijo y Lauren guardó sus billetes.

- ¿Quién es mi contrincante? -cuestionó nerviosa.

-Ahora lo veras. -contestó y parecía divertido. -Ve por ella, chiquilla mía. -añadió y le dio un pequeño beso.
Lauren presiono un poco el acelerador para colocarse a la par de su contrincante, el auto de su competidora era mucho más lujoso y tenía pinta de ganador, cuando Lauren terminó de colocarse volteó hacia el auto vecino para conocer el rostro de la otra chica, se trataba de una rubia sensual, sus ojos eran intensos, la chica miró a la ojiverde y le sonrió con arrogancia.
-Me llamó Perrie Edwards, y será un gusto ganarte, preciosa. -habló la chica, su voz era igual de sensual que su mirada.
-Soy Lauren, y que gané la mejor. -contestó con simplesa.
Antes de iniciar Lauren vio que uno de los amigos de Luke se le acercó a Perrie y le susurró algo, cuando el chico se alejó Perrie miró a Lauren con soberbia.
-No dejare que ganes, ahora que se dé que se trata la apuesta. -dijo y Lauren la miró confundida.
- ¿De qué hablas? -
Cuando Lauren terminó su pregunta una chica de shorts diminutos comenzó a caminar enfrente de ellas, se trataba de Jade Thirlwall, ella también estudiaba en la preparatoria donde Lauren estaba y pertenecía al grupo de las porristas, la chica caminó provocativamente sin dejar de ver a Perrie y se paró justo en medio de las dos.
-Ella va a ser mía. -expresó Edwards muy segura de sí misma y Lauren no comprendió porque decía eso.
- ¿Están listas, linduras? -se inclinó Jade y miró a las dos.
Perrie asintió y le guiñó el ojo a la chica mientas que Lauren solo asintió sin dejar de ver lo bien que lucía Jade.
La chica de shorts diminutos sacó de su pecho una mascada y la agitó, señal de que los autos empezarían a avanzar. Al principio Perrie era quien iba ganando, su auto era mucho mejor que él de Lauren, pero la ojiverde no se rindió, todos gritaban como locos al ver los dos autos alejarse.
-Mierda....no va a ganarme esa engreída. -masculló la ojiverde y aumento su velocidad.
Ahora los autos iban iguales y Lauren sonrió victoriosa, pero bien dicen algunas personas no sirve cantar victoria, en menos de un segundo Lauren vio que el auto de Perrie quedó atrás.
- ¿Cómo te quedo el ojo, perra? -dijo sonriente.
De pronto Lauren miró el espejo retrovisor y vio que la perseguía la policía, y fue ahí donde la diversión se acabó.
Luego de varios minutos, Lauren estaba tras las rejas, estaba sentada en el piso con la cara hundida entre sus piernas, la vergüenza era grande y el miedo aún más, pues para salir de ahí tenía que llamar a su Padre, y Mike se iba a decepcionar mucho de ella.
-Jauregui, estas libre. -habló el oficial.
Lauren alzó la mirada sin poder creer lo que ocurría, se levantó del piso y se limpió sus lágrimas.
- ¿Quién me ha sacado? ¿Ha venido mi Padre? -cuestionaba anonadada.
El oficial no dijo nada, dejó a Lauren con la duda y ella empezó a limpiar la parte trasera de su pantalón.
-Tienes suerte de tenerme en tu vida. -se escuchó una voz grave y varonil.
Lauren alzó su vista y al ver quién era el hombre que habló, se abalanzó sobre él y enrollo sus piernas en la cintura del chico.
- ¡Felix! Oh Dios... ¿Qué haces aquí? No entiendo, creí que estabas en Nueva York. -decía y la emoción era mutua, Félix abrazaba calurosamente a Lauren.
-Enana, lo que importa es que estoy aquí, contigo y ya jamás estaré lejos. -dijo y besó su mejilla.
Los dos salieron del departamento de policías, según Félix todo estaba en orden, Papá Jauregui no se enteraría de nada.
- ¿Qué fue lo que hiciste para convencerlos? -curioseo Lauren, los dos iban caminando abrazados.
-Con dinero todo se arregla. -contestó y le guiñó el ojo.
Lauren estaba tan feliz de ver a Félix que estaba olvidando algo, un detalle importante de cuatro llantas.
-Espera... ¿Que pasara con mi auto? ¿En dónde está? -
-No tenía mucho en mis bolsillos así que lo dejé empeñado, pero descuida, todo irá bien. -contestó mientras encendía su cigarro. -Además, tienes que conocer a mi bebé. -agregó.
Félix caminó hacia su auto, un auto deportivo del año color negro, abrió la puerta y le indicó a Lauren que entrara.
- ¿Este Ferrari es tuyo? ¿Estas bromeando, cierto? -cuestionó impresionada, el mayor asintió con una sonrisa enorme.
Los dos entraron al auto y empezaron a alejarse de ahí, en el camino Lauren le hacía pregunta tras pregunta a Félix, ella estaba completamente feliz.
-Está bien, te lo diré, venía conduciendo por la carretera y vi a lo lejos que habían carreras clandestinas y quise pasar a ver, lo que jamás imagine es que tú estuvieras ahí, compitiendo a esa velocidad, y cuando vi que la policía te atrapó decidí seguirlos. -contaba el apuesto chico de ojos intensos. -Y ya sé que no debo contarle esto a Papá Jauregui, es obvio. -
-Eres el mejor ¿Lo sabias? -dijo y Felix la tomó de la mano.
-Siempre voy a cuidar de ti, para mi eres como una hermana. -contestó, Lauren al oírlo empezó a reír.
- ¿De qué hablas tonto? Lo dices como si no fueras mi hermano, y obvio lo eres. -decía divertida, Félix empezó a reír y asintió.
-Es verdad, solo bromeaba. -
Los dos volvieron a reír por un momento, cuando las risas terminaron el rostro de Félix se tornó serio. Al llegar a la casa de los Jauregui, Félix le pidió a Lauren que corriera a su habitación y diera su mejor actuación, y así fue, Lauren subió las escaleras y se metió a su habitación, con rapidez se quitó su ropa y se puso su pijama, esperó un momento y a los pocos segundos escuchó la voz de su Padre.
- ¡Felix, hijo! -exclamó Mike.
Lauren sonrió y para hacer más realista el momento despeino su larga cabellera y se acostó, de pronto recordó los peluches y empujó estos últimos con sus pies, por un momento pensó en salir pero si hacia aquello su Padre se daría cuenta que no estaba durmiendo, y para no levantar sospechas se durmió poco a poco.
Mientras tanto, a kilómetros de la ciudad, un auto estaba volcado, había sangre al rededor y se podía distinguir dos hombres, uno de rodillas y el otro totalmente inmóvil.
-Sangre joven, me encanta. -susurró Zayn, él estaba alimentándose plácidamente.
Detrás de él apareció Harry, y al ver la escena resopló.
- ¿Era necesario hacer tanto drama en la escena del crimen? Hay sangre por todos lados. -cuestionó un tanto molesto, Zayn lo miró de reojo y siguió bebiendo de la sangre de aquel pobre hombre. -Zayn, si Jen se entera de que has regresado a Minneapolis provocando desastres... -
-Ella no tiene por qué saberlo, porque tu no dirás nada. -dijo amenazante con los ojos completamente negros.
-El no, pero yo sí. -se escuchó la voz de Camila.
Zayn volteó furioso y vio a Camila salir de la niebla; ella era otra, el viaje que hizo a Canadá y Transilvania la transformó completamente, ahora su mirada era fría, débil pero fría, aquella Camila torpe y tierna había desaparecido por completo, ahora derrochaba sensualidad, su fuerza había engrandecido así como sus habilidades de vampira.
-No lo harás. -contestó Malik, Camila sonrió de lado y elevó una ceja.
-No me retes, Malik. -dijo y caminó hacia el sin dejar de elevar la ceja, le gustaba provocar a Zayn.
-Y tú deberías de bajar esa ceja, sabes que me pone cuando haces eso. -
-Oh Malik, entiende que a Camila no le gustan los chicos. -le recordó Harry.
- ¿Y a ti si, cierto? -le preguntó con una mirada pervertida.
-No eres mi tipo, lo siento. -respondió y rodó los ojos.

Before the Dawn (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora