CAPÍTULO I

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Ha pasado un mes desde aquella misteriosa y dolorosa desaparición, Alejandro y Sinuhé Cabello se la pasan en el departamento de policías con la esperanza de tener buenas noticias acerca de su única hija, por desgracia los detectives no han encontrado nada.

-Tienen que hacer algo, mi hija no puede desaparecer así nada más como si se la hubiera tragado la tierra, ella solo tiene 18 años, es una niña bien, por favor tienen que encontrarla. -suplicaba el afectado Padre mientras su esposa lloraba recargada en uno de los pasillos.
-Señor Cabello estamos trabajando en ello y haremos todo por encontrar a su hija. -contestó el jefe de policías.
-Por favor, encuéntrenla viva o muerta, pero encuéntrenla. -dijo asegurándose de que Sinu no escuchara aquello.
La Madre afectada tenía la esperanza de que su hija estuviera con vida y cada que escuchaba la posibilidad de que ella estuviera muerta se ponía a llorar histéricamente, Alejandro ya no quería ver sufrir más a su esposa, a los dos les hacía tanto daño a ver perdido así tan de repente a la luz de sus ojos, a la alegría de su hogar.
El señor Cabello caminó hacia su esposa con el nudo en la garganta, ella lo miró y al verlo cabizbajo supo que aún no había noticias de su adorada Camila.
-Yo sé que ella va aparecer, lo sé. -murmuraba la señora Cabello.
Su esposo la abrazó y posó su quijada sobre la cabeza de ella.
-Sí, cariño, ella aparecerá. -le aseguró aun sabiendo que quizás no sería así.
Mientras los señores Cabello se abrazaban entristecidos, el Jefe de policías y uno de los oficiales los observaban a lo lejos.
-Te apuesto a que la chica se ha huido con algún chico, y regresara en nueve meses con un bebé en brazos. -decía el oficial, el hombre comía una rosquilla.
-Este no es el caso oficial Hunter, la chica tiene preferencias distintas. -habló su jefe.
Los señores Cabello seguían abrazados, los dos mantenían sus ojos cerrados, cuando Alejandro abrió sus ojos notó que habían varios carteles de jóvenes desaparecidos, cada uno de ellos había desaparecido sin dejar rastro alguno en diferentes años, Sinu reconoció a uno.
-Siguen sin encontrar a Harry. -comentó la señora Cabello. - ¿Crees que a Camila le pasó lo mismo que a Harry? -le interrogó a su esposo.
Alejandro se acercó a ver el cartel del joven Styles y observó los carteles de "Se busca" que estaban alrededor, eran varios, y en cada uno venia el rostro de aquellos jóvenes que desaparecieron al igual que Camila. Pronto un cartel más se sumaría al panel de búsqueda con el hermoso rostro de la señorita Cabello.
Al caer la noche, los señores Cabello ya estaban en su casa, Sinu pasaba la mayor parte de su tiempo en la habitación de Camila, acariciaba cada objeto de su hija y dejaba caer sus lágrimas, Alejandro observaba a lo lejos a su esposa y le partía el corazón verla así.
La tarde siguiente, el señor Cabello fue de nuevo al departamento de policías para pegar el cartel de su hija desaparecida, al terminar salió del lugar y vio un auto color negro, este auto se le hizo conocido, esperó un momento a fuera del departamento de policías mientras examinaba cabizbajo uno de los carteles de su hija, su plan era pegarlos por toda la ciudad. Cuando Alejandro levantó la mirada sonrió débilmente al ver que el auto negro era de Michael Jauregui, uno de los arquitectos más famosos de la ciudad; Alejandro conocía a Michael desde hace mucho ya que eran vecinos, no mantenían una amistad pero en ocasiones se reunían solo para tomar un trago. El arquitecto era conocido por sus excelentes trabajos y por su dinero, y a la señora Cabello no le agradaba mucho la idea de que su esposo mantuviera una "amistad" con él, ella decía que Michael era amargado, misterioso y presumido.
-Hey, Mike. -habló Alejandro haciéndole señas.
El arquitecto sonrió y le dio un apretón de manos a su vecino.
-Siento mucho lo que pasó con tu hija, de verdad esperó que aparezca pronto. -
-Confió que así será. -respondió entre suspiros. - ¿A qué has venido? -curioseo, Michael tenía una carpeta color beige en su mano y Alejandro la observaba.
-A nada, solo trabajo. -dijo con nerviosismo y abrió la puerta de su auto para dejar la carpeta sobre el asiento. -Voy a mi casa ¿Te gustaría tomar un trago? -
El señor Cabello miró los carteles que le faltaban por colocar y pensó que un trago no le caería nada mal.
-está bien...pero solo uno. -Se decidió y Michael sonrió de oreja a oreja.
Pasaron las horas, Sinu estaba preocupada por su esposo, se asomaba en la ventana imaginando que Alejandro vendría junto a su hija y que por fin la pesadilla terminaría, y si, vio que su esposo venia, pero no venía con su hija, Alejandro venia caminando con dificultad con la ayuda de Michael y Sinu corrió a abrir la puerta.
- ¿Que le has hecho a mi esposo? -cuestionó enojada.
-Solo le envite un trago, pero él se ha pasado. -respondió agitado pues el peso de Alejandro le dificultaba respirar.
El arquitecto ayudó a Alejandro hasta su habitación, puesto que el señor Cabello no podía ni con su alma. Cuando Alejandro se acostó se quedó dormido al instante y Michael esperó unos segundos, mientras esperaba observó el portarretrato que estaba en la mesa de noche, en el venía Camila.
-Creo que debería irse. -habló la señora Cabello.
Michael dejó el portarretrato, y caminó hacia Sinu.
-Siento mucho lo que ocurrió, no pensé que Alex tuviera una garganta veloz. -bromeó divertido, Sinu estaba muy seria y Michael borró su sonrisa. -También siento mucho lo de Camila, es una pena que la vida de una jovencita haya acabado así. -
La señora Cabello frunció el entrecejo y se movió de la puerta dándole espacio a Michael para que se retirará 

Before the Dawn (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora