Sam sonrió.—De acuerdo, si no hay ningún problema...—Tomó a su hija la cual se removió incomoda cuando esta la alzó.—Buenas noches, chicos.—Finalmente la pareja subió las escaleras y despareció de la vista de ambos jóvenes.

El silencio gobernó el lugar, Drew estaba mirando un punto fijo en silencio. La situación fue la misma por unos segundos más hasta que decidió colocarse de pie.—Voy a acostarme. ¿vienes?—Aquello había sonado más a un proposición indecorosa que a una simple y sana pregunta.

—Oh sí, dame un segundo.—Drew asintió mientras dirigía su camino hacia la habitación.

Thaiel sacó su teléfono y mandó un mensaje. Esta vez era al médico de Drew, el doctor Meason. Días atrás él le había contado sobre lo que estaba ocurriendo, que necesitaba encontrar la forma para acelerar el proceso. Aunque era muy peligroso, el doctor aceptó darle ideas para ayudarlo que no fueran demasiado agresivas, pero que podrían llegar a funcionar como había pasado en casos anteriores. Aunque obviamente no aseguraba nada. El hombre había aceptado ayudarlo con la condición de que al finalizar cada día le enviara un informe con los avances.

Lamento enviarle el mensaje a esta hora, disculpe si lo desperté. No hubo avances.

Thaiel se colocó de pie decidido a hacer el mismo recorrido que Drew pero el que su celular vibre lo detuvo.

Tranquilo estoy en guardia, ¿No hubo avances? Bien, tendrás que pasar a la siguiente etapa que te comenté. Esperaré tu mensaje contándome el progreso. Saludos.

¿La siguiente etapa? Recordaba de qué se trataba eso, Thaiel debía hacerle recordar por medio de acciones físicas. Tal vez llevándolo a sitios, diciendo frases que hayan significado algo en sus vidas o hasta teniendo algún contacto. Esto sería más complicado de lo que creía.

Guardó su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón, presionó sus labios mirando hacia afuera donde la lluvia no dejaba de caer con fuerza. Un refucilo iluminó el cielo antes de que el joven hiciera su camino hacia arriba.

###

El pelirrubio se asomó por la puerta de la habitación de huéspedes, esta tenía las luces apagadas. La cama estaba destendida y dentro de esta se encontraba Drew con su rostro dando hacia la pared. Sus ojos estaban abiertos y su cuerpo se había tensado cuando escuchó como ingresaba el mayor.

Thaiel se quitó su camiseta y rebuscó dentro del closet de la habitación algún pantalón que le quedara. Allí estaba el que Matt dejaba para que usara Thaiel cuando venía a dormir. Drew más de una vez se había preguntado a quién pertenecía, pero decidió dejarlo ahí pensando que sería de su hermano, ahora sabía bien quien era su dueño.

Se quitó el jean y deslizó sus piernas por el pantalón de buzo gris. Lanzó el otros sobre el sillón y se acercó hacia la cama.

Tomó aire y un simple movimiento de sabanas le dio a saber que Drew aún seguía despierto. Se adentró en la cama decidido, se cubrió con las mantas quedando a la misma altura que el contrario el cual dejo de moverse.

Thaiel suspiró cuando termino de acomodarse mientras posaba sus ojos en el techo, a pesar de que ambos chicos estaban separados por tan solo uno o dos centímetros intentando no tocarse la tensión que emanaban sus cuerpos no era normal.

—¿Todo en orden?—La voz de Drew sobresaltó a Thaiel.

El pelirrubio nervioso se giró encontrándose con los ojos marrones del menor posados sobre su rostro. ¿Cuándo se había movido?—Sí, solo era un mensaje del trabajo.—Mintió.— ¿Tu estás bien?

Se encogió de hombros.—Algo agotado, realmente intento avanzar pero es inútil.

—No es tu culpa Drew, sabemos que te estas esforzando.—Giró su cuerpo dejándose cara a cara uno con el otro. Sus respiraciones estaban siendo compartidas, sus pestañeos se sincronizaban al igual que sus miradas—Sabes, he extrañado el tenerte así. Dormir contigo.—Sonrió con tristeza.

Memorias. /Yaoi/ [Finalizada] حيث تعيش القصص. اكتشف الآن