Capítulo 4

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La puerta de la sala de resonancias se abrió, una joven de como unos treinta años de cabello castaño salió mirando las imagenes en sus manos un poco cabizbaja. No dejaba de observarlas asegurándose de no haber cometido ningún error.

En la sala de espera estaban todos los que acompañaban a Drew, al verla se pusieron de pie.

A la chica en parte le dio gracia que tantas personas estuvieran para la misma, pero no era el mejor momento para reír.—Aquí las tengo. Además de radiología soy medica y puedo decirles que les tengo malas noticias.

—¿Qué ocurrió?—Preguntó Matt. Al ser su hermano era una de las personas más

—Como habrán notado Drew a perdido parte de su memoria. Pero según lo que hemos hablado con ustedes, parece simplemente haber perdido cosas muy puntuales. Desde personas de su propio entorno, todo lo que esté relacionado con ellas y demás.

A Sam se le cayó una lagrima, su esposo la contuvo.—Eso quiere decir ¿qué nunca recordará?

—La mente de Drew ahora mismo es un rompecabezas, hay piezas que faltan. Pero el día a día se puede ir haciendo que recuerde algunas cosas de a poco, reconstruyendolo. Pero una advertencia, no deben acelerar el proceso, eso le hará daño, así que paciencia. Aunque les advierto que hay cosas que puede llegar a olvidar permanentemente. Tal vez simples tontería o cosas muy trascendentales. La mente es un misterio.

Eso fue como una daga en el pecho de Thaiel.

Todos asintieron en silencio, la joven les sonrió en despedida antes de caminar de nuevo a la sala de resonancias.

Los presentes se giraron dándole una mirada a Thaiel, este estaba depositado en uno de los sillones mirando un punto exacto con la mirada ausente. Parecía no creer que esto le estuviera pasando.

A su lado Ana no dejaba de llorar, se sentía súper mal por todo esto, ella se repetía que era la culpable, solo ella. Nadie más. Todos trataban de contenerla pero era inútil. No solo le había hecho un mal a su mejor amigo, había arruinado la vida de Thaiel.

La puerta de la sala se abrió y de allí salió Drew siendo ayudado por un chico joven de como unos 20 años de cabello oscuro, este le daba estabilidad para poder caminar. Un enfermero supuestamente. Matt vio la escena y corrió hacia su hermano para poder ayudarlo.

Matt lo guió a lo largo del cuarto llevándolo junto a sus seres queridos. Drew le dio una mirada a todos los presentes.—Lo siento.—Susurró, sus ojos viajaron hacia Zac y a Thaiel, el chico de cabello rubio llamó bastante su atención pero aun así no le dio importancia.— Por no poder recordarlos.—Sonrió con tristeza.—Me encantaría saber quiénes son y qué tienen que ver conmigo.

Sam largó un sollozo pero lo cubrió con su brazo, no quería que Tania la viera así.

Thaiel le dio una mirada a Drew, su corazón latía con fuerza cuando lo veía, como siempre. Pero se sentía como si hubiera vuelto al principio, cuando Drew era algo imposible e inalcanzable.

Después de decir esto todos hicieron su camino hacia la habitación dejando solos a Thaiel y a Tom. Thaiel no quería moverse, no sentía ánimos de nada. Tom se sentó en el sillón de los pasillos del hospital a su lado.—Lo lamento tanto.

El otro suspiró —Igual yo.—Ambos jovenes cruzaron miradas, los ojos del pelirrubio estaban cristalinos. Parecía a punto de quebrarse.

—¿Crees que no te recordará?

—Me gustaría cree que lo hará.—Su hablar era apenas audible.

—Lo hará, te ama.

Thaiel negó con la cabeza.—Él no sabe eso. No lo recuerda.

Una ola de decepción y tristeza los recorrió a ambos. No querían ni pensar en eso, no querían ni imaginárselo, aunque existía la posibilidad.

El mayor se puso de pie.—Tal vez esto es una señal.

Tom se extrañó.—¿De qué hablas?

-Tal vez lo mejor sería que él se recupere, conozca una chica, forme su familia, tenga la vida que merece, esa que no puedo darle.—Sonrió con tristeza, Tom abrió los ojos como platos.—Quizás es momento de que me aparte de su vida.

El otro joven lo miraba asombrado, no podía creer que estaba escuchando decir aquello a Thaiel, el cual se desvivía por su amigo todos los días de su vida. La mueca en su rostro se transformó por una de furia e indignación.—¡¿Cómo puedes siquiera pensar algo así?! ¡Lo amas, él te ama! Son felices juntos. ¿Por qué quieres...

Una lagrima recorrió la mejilla de Thaiel antes de caer sobre su camiseta arrugada.—Adiós, Tom—Este comenzó a caminar hacia la puerta del hospital, sin decir más.

No entendía porqué pero Tom no corrió a buscarlo, la sorpresa y el desconcierto lo había dejado inmóvil, solo podía ver como el ser humano que significaba para su mejor amigo absolutamente todo días atrás, se marchaba con tristeza.

***

Cuando Tom ingresó en la habitación vio a Tania hablando con su tío animadamente sobre cómo le estaba yendo en el jardín de infantes, sobre sus amigos, etc.

Drew le sonreía cálidamente y le daba algunas respuestas que hacían reír a la pequeña, todos estaban mirando la escena con una expresión de satisfacción en el rostro. En parte se sentían felices de que haya despertado, pero la felicidad obviamente no era absoluta.

Sam se giró extrañada al no encontrar al rubio en escena.—¿Dónde está Thaiel?—Preguntó en un tono altísimo atrayendo la atención de todos los presentes, menos la de Drew y Tania los cuales parecían fascinados estando juntos.

Se giraron esperando una respuesta, pero las que les dio a nadie le trajo satisfacción.

—Se fue—Bajó la mirada desesperado removiéndose incómodamente, no podía creerlo, negó con la cabeza en silencio.— y no creo que vuelva.

***

Secrets.

Espero que les este gustando la historia :)

Memorias. /Yaoi/ [Finalizada] Where stories live. Discover now