Capítulo XXXVI

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Les dejo besos!


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Desperté en medio de un desagradable hedor a humedad, la frente me latía de forma constante y mis ojos parecían salirse de sus órbitas, me costó un poco enfocar la vista pero al final logré apreciar que me encontraba en una habitación cuadrada de hormigón, solo tenía una ventana justo al lado de la puerta y los único muebles que habían dentro eran una mesa larga de metal y una gastada colchoneta. Me puse de pie un poco vacilante e intenté abrir la puerta pero fue inútil, era obvio que estaría cerrada.

Me sentía asustada y principalmente no entendía lo que estaba sucediendo o más bien por qué, no recordaba más que estar a punto de responder un saludo y enseguida un golpe que me hizo perder el conocimiento hasta que desperté en ese lugar, completamente dolorida y confundida.

Escuché pasos en la parte de afuera y no pude ver quién se acercaba pues la ventana tenía varias maderas clavadas que impedían la luz y la vista, vi que el cerrojo de la puerta comenzaba a ceder y dos hombres con capuchas puestas se pusieron frente a la puerta como si fuesen dos guardaespaldas enmascarados, enseguida una figura entró por en medio de ellos.

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-Estoy preocupado por Sigyn -Gael aclaró la garganta -Más bien estoy enojado, no contesta el celular y quiero saber en dónde demonios se metió.

-Seguramente ya está en casa -Jonathan le pasó otra copa de champaña -¿Hablaste con Alexandra?

-No, quisiera preguntarle qué demonios le dijo pero no tengo ganas de dirigirle la palabra, sé que en cualquier momento va a empezar a recordar cosas... -Frunció el ceño

-¿Cosas?

-Tú sabes bien a qué me refiero y no tengo interés en recordar lo que hice antes, mucho menos con ella.

-Está bien, la verdad es que es lo mejor, Alexandra está mal de la cabeza y más que estar enamorada... -Se detuvo al notar que Gael lo interrumpía abruptamente para volver a marcar un número

-¡Maldita sea! Tampoco contesta el teléfono del departamento. -Colgó de mala gana. -Se fue sola, Jon y lo mejor será que me vaya a ver si está todo bien. -Su mezcla de mal humor y preocupación era evidente

-Te acompaño, de cualquier modo ya no quiero estar aquí. Sigo preocupado por ese fraude y a pesar de que es tarde, quiero llegar a trabajar.

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-¡¿Usted?! -Apenas pude emitir un patético chillido - ¡¿Por qué?! ¿Qué es lo que quiere de mí?

-¿No es obvio? No quiero nada de ti, Sigyn -Daniel Green tenía la palabra satisfacción pintada en el rostro. -De quien quiero algo es de Gael Legendre. Tú sabes bien todo lo que me ha hecho.

-¿Por qué simplemente no acepta que perdió la presidencia y ya? ¡Ya han pasado varios meses!

-¡No solo se trata de la presidencia! -Exclamó con furia y su humor apaciguado y divertido de antes se esfumó -Se trata de mi vida entera, destruyó mi familia, mi carrera, mis negocios, ahora yo voy a destruir algo importante para él.

-¿Qué? -Me quebré por dentro y por fuera al oír esas palabras -Usted no tiene idea de lo que dice, para Gael no soy ni de cerca lo importante que usted cree que soy. -Bajé la cabeza y comencé a sollozar. -No me quiere y le va a importar muy poco si usted me deja aquí, viva, muerta, herida. ¡No le importa! Así que por favor le suplico que me deje ir porque a mi pesar, no hay nadie que pueda ayudarme.

Bajo su espectroKde žijí příběhy. Začni objevovat