Capítulo XXII

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Hola! Espero que disfruten el capítulo de hoy, les mando besos y gracias por las 2K+ lecturas.


Capítulo XXII


Dicen que el que busca encuentra. Después de todo, lo que me había dicho Alexandra no era lo único importante sino también lo que detonó que yo fuera a buscar a Gael y me topara con ella, Daniel Green. Si iba a quedarme con él ya fuera a base de amor o amenazas, por lo menos quería saber quién era en realidad, quería asegurarme de que no hubieran más sorpresas desagradables como las que sin querer había estado dándome últimamente. Toda su vida había sido un manipulador de primera, eso empezaba a quedarme claro.

Encontrar el número de Daniel Green no había sido difícil, es más ese mismo día se lo habría pedido si no hubiese estado perpleja, todo lo que hice fue buscar entre los directorios actuales del escritorio de Gael y ahí estaba el número de su "rival".

-¿Hola? –La voz inconfundible de ese hombre se escuchó detrás

-Buenas noches

-¿Quién habla?

-Soy Sigyn, Sigyn Sue.

-Oh –Se escuchó una ligera risa –Ya no debería usar su apellido de soltera, señora Legendre.

-Por favor evite las bromas, quisiera hablar con usted...

-¿Sobre?

-Usted sabe bien sobre QUIÉN –remarqué –La verdad es que desde su visita las cosas se han complicado mucho

-Sí, lo he notado. Tengo algunas llamadas perdidas del celular de tu marido, no dudo que venga a búscame en cualquier momento.

-Si lo hace, ¿podría avisarme?

-¿Y qué obtengo yo a cambio?

-Debería parecerle suficiente arruinar un matrimonio –Escuché una ruidosa carcajada esta vez

-No, mi intención jamás ha sido esa. Pero si te hace sentir más tranquila así lo haré, Sigyn. Pero dime, ¿qué es lo que querías hablar conmigo?

-¿Puede ser en persona? Tengo eh... Muchas dudas sobre todo lo que me dijo y quisiera aclararlas.

-¿Piensas que mentí?

-No, sé que no lo hizo. Solo quiero saber más.

-Está bien Sigyn, ¿mañana a las tres?

-Sí, en el café gotham

-¡Sigyn! –La voz de Gael retumbó en las paredes del departamento

-Tengo que colgar, adiós –Colgué de prisa

-¿Qué quieres? –Salí de la pequeña oficina -¿Por qué gritas?

-¿Qué hacías en la oficina?

-¿Ahora no puedo estar en donde se me dé la gana?

-Solo se me hace extraño

-No debería –Me crucé de brazos junto a la puerta, soy consciente de lo nerviosa que lucía

-Sigyn –Se acercó –Cualquier cosa que estés planeando, espero que no sea en mi contra

-Ya tienes a suficiente gente planeando cosas en tu contra como para que yo también lo haga

-¿De qué demonios hablas? ¿Es lo que te dijo Daniel el otro día?

-No tengo por qué hablar contigo de eso

Bajo su espectroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora