Capítulo 8 - Amigos por siempre

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Melanie POV:

Me despierto en mi cama con un dolor de cuello que hace que no pueda moverlo fácilmente.
Voy al baño y me lavo los dientes mirándome al espejo con unas ojeras que parezco un panda, abro el grifo del agua y me enjuago la boca.
Vuelvo hacia mi habitación y me hundo nuevamente en mi cama pensando en todo lo que paso en estos meses.

Muchas veces las personas te critican sin conocerte, no importa si eres positivo o buena persona, a pesar de todo, siempre encontraran una manera de hacerte sentir mal o buscando algún defecto tuyo. Pero el punto es que no te tienes que dejar llevar por lo que dicen los demás, por que al fin y al cabo es tu vida, tus defectos, tus problemas. No tienen que estar pendientes de lo que dicen o vivir de ello, vivan a su manera, a su manera que los hagan felices sin importar lo que diga el mundo, por que lo más grande que estas pisando es la Tierra y nada más.
Y eso es lo que a mí me paso, toda mi vida estuve pendiente de lo que me dicen los demás, pero de una manera u otra eso no te tiene que importar.

He avanzado mucho, a poder aceptarme tal y como soy, por que yo soy yo y nadie me va a cambiar.
Pensar que soy una chica cerrada en su burbuja sin querer contemplar el mundo, pero aún no puedo liberarme de esa burbuja.

Otro tema de que he estado pensando es Derek, ese chico simpático, sarcástico, viviendo tal y como es.
Cuando murío su padre el ha estado mucho tiempo encerrado en su habitación sin poder salir al exterior, pero a pesar de eso el lucho y lucho, queriendo superar eso.

Y a eso quiero llegar, que las cosas buenas siempre llegan, luchando.

*********

Me llega un mensaje de Facebook por chat de Derek invitandome a su casa para terminar de mostrarme la canción y pasar la tarde con él.

Me voy hacia la cocina, que allí está mi madre cocinando.

-Má -me coloco al lado de mi madre sacando una rodaja de tomate y metiéndomelo en la boca.
-Que pasa...
-¿Me dejas hoy ir a la plaza? -miento. Me voy a la casa de Derek.

Deja de cortar el tomate dejando el cuchillo sobre la tabla para cortar verduras y me mira poniendo una mano sobre la mesada y otra mano en la cintura.

-¿Que haces, que sales tanto a la plaza? -me mira detenidamente.
-Pues...te explico, YO voy a inhalar y a exhalar aire de los frescos árboles -mi madre me mira.
-Melanie...hablo en serio., -se que te estás juntando con un chico y quiero que me digas de donde lo conoces -mis ojos se abren que en cualquier momento se salen de órbita.

"¿En que momento lo supo?"

-Pues... -suspiro. -lo conozco de aquella excursión del otro instituto ¿te acuerdas? -asiente. -y...bueno de hay lo conozco y somos mejores amigos.
-¿Y se puede saber porque nunca me lo has dicho?.

"Dile una mentira, dile una mentira, dile una mentira" mi subconciente habla.

-Umm...¿por qué... es mi amigo? -me encojo de hombros sin saber que responder. Me mira con desaprobación, pero hace una sonrisa con la comisura de sus labios negando levemente con la cabeza.
-Está bien...te dejo, pero quiero que no me ocultes más las cosas ¿si? -asiento. -y le vas a llevar unas galletas. -bufo rodando los ojos.
-Ok... -digo pesadamente.

Me voy a mi habitación a cambiarme para ir a la casa de Derek.
Me pongo unos pantalones negros ajustados y una remera rosa con mis zapatillas Converse All Stars.

-¡Mamá! ¡Me voy! -grito mientras bajo las escaleras.
-¡Espera que te doy las galletas! -ruedo los ojos, viene mi madre con una canastita de mimbre envuelta en una tela roja con blanco a cuadros.
Agarro la canastita, me despido de mi madre y me voy.

Tan solo una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora