¿Debo creerte o amarte? (Jeff the killer y tu)

Capítulo 17

*Pov _____*

Habían pasado un par de días desde la noche en la que tuve mi encuentro con Liu. Menos mal que Jeff llegó y me ayudó, bueno, no solo le ayudó si no que también me besó.

Lo que sentí en el instante que me besó fue bastante increíble, hizo el cosquilleo más fuerte en mi estómago y me hizo olvidar por segundos lo que había pasado con Liu.

Hace tiempo que tengo ese cosquilleo por el, desde que Emily habló conmigo y me dijo que quizás el chico que buscaba lo tenía más cerca de lo que pensaba, vi a Jeff con otros ojos.

Estos días Jeff y yo hemos estado más amables el uno con el otro de lo normal. Aún que no tocamos el tema del beso ni nada, sería algo incómodo y avergonzante.

Hoy era halloween, por lo que teníamos pensado salir a dar una vuelta sin preocupaciones. El no tendría que preocuparse por disfrazarse siquiera, y no lo reconocerían. Yo por mi parte me disfrace a un estilo Jeff: Una sudadera negra, jeans, converse negras, una sonrisa "tallada" y me dilineé los ojos.

Estaba viendo que todo estuviera en orden frente al espejo. No me faltaba nada. Estando tan concentrada no me percaté de que Jeff había entrado a la habitación, con rapidez se posicionó detrás de mi abrazándome por la cintura y colocando su mentón sobre mi hombro.

—Te queda muy bien la sonrisa. —Tras decir eso, besó mi cuello.
Me sonroje un poco ante tal repentino contacto.

—Gracias. Ya podemos irnos. —El asintió y se fue, conmigo detrás casi pisándole los talones.

Salimos de mi casa, algunas casas estaban decoradas para halloween, por las calles habían luces puestas con formas de calabazas o brujas. La gente pasaba disfrazada.

—¿Vamos a pedir dulces? —Me preguntó Jeff.

—¿No estamos un poco mayores ya para esto? —Lo miré algo divertida.

—No, además, llevo mucho tiempo sin ir a pedir dulces por halloween. —Por un momento parecía algo nostálgico, pero luego sacudió un poco la cabeza apartando aquello. —Vamos. —Me agarró de la mano y comenzó ha arrastrarme hacia una casa.

Nos paramos frente a una casa con decoritivos y Jeff llamó al timbre. No tardó en abrir la puerta, una mujer de unos 30 años.

—¿Truco o trato? —La voz de Jeff era aterradora y muy intimidante.

La mujer se estremeció, normal, el no llevaba disfraz. A toda prisa nos dio una bolsa naranja con forma de calabaza, que contenía varias golosinas.

—Gracias. —Dijo amablemente el pelinegro.

Nos dimos la vuelta, y el me volvió ha agarrar de la mano, solo que esta vez la entrelazó con la mía. Sentía que me estaba poniendo colorada por el calor que sentía en mis mejillas. Parecíamos una pareja.

—Se te da bien intimidar... —Comenté.

—Es normal, soy el verdadero. —Dijo triunfante.

—Entonces vamos a conseguir varios dulces. —Sonreí.

—Sí, tienes suerte de salir conmigo. —Por un momento me paré.

—¿Sa-salir contigo? —No sabía en qué sentido se refería, pero aún así me sonrojé.

—Sí, para conseguir dulces. —Aclaró.

Me sentí decepcionada por un instante, pero el tenía razón. Ya era suerte que pudiera salir con el aún que solo fuera para ir a por dulces a las casas de las personas.

Seguimos caminando, hasta que nos pararon un par de chicas disfrazadas de conejas "sexys".

—Vaya, parece muy real tu disfraz. —Le dijo la coneja rubia a el, sin siquiera percatarse de mi.

—Gracias. —Contestó el. Me tensé un poco, sabía que esas chicas no tenían intenciones de solo felicitarlo. Eso me enfurecía un poco.

—¿Y ella quién es? ¿Tu hermana o tu prima? —Fruncí el ceño cuando preguntó la pelirroja.

Pensé que diría alguna opción de esas, y tontearía con ellas. Pero no fue así.

—Es mi novia. —Tiró de mi mano para que me acercara más a el.

—Que pena. —Hizo puchero la pelirroja. —Vamonos. —Le dijo a su compañera de zorreo, y no tardaron en irse, probablemente a zorrear con más chicos.

Seguimos caminando, hasta que visualicé a una persona conocida. Me solté de la mano de Jeff y me acerqué a el.

—Hola Steban. —Le sonreí.

—Ah, hola _____, tiempo sin verte.

El era el chico del que tanto me hablaba Emily, llevan un tiempo de novios ya, y el ha venido unas cuantas veces al local. Emily me lo presentó, es bastante simpático y agradable.

—¿No vienes con Emily? —Pregunté.

—No, no le gusta halloween. —Hizo una pequeña mueca. —¿Y tu vienes con alguien?

—Sí. —Recordé a Jeff, miré atrás para verle pero no estaba, miré hacia delante y estaba a unos dos metro de mi. Había seguido caminando sin mi. —Me tengo que ir, ya nos veremos. —Me despedí.

—Claro, adiós.

Caminé en la dirección de Jeff, pero el no se detenía, ¿Qué demonios le pasaba?

—Jeff. —Lo llamé, pero me ignoró y siguió caminando. —Jeff. —Lo volví a llamar, pero nada.

Corrí hasta llegar a su lado pero no me miraba. Me quedé en silencio por un rato, tratando de seguir su ritmo. Caminaba con grandes zancadas, estaba cabreado.

Estábamos pasando por un parque, y quise aprovechar que no había gente por ahí para preguntarle.

—¿Qué te pasa? —Pregunté con mala manera. Odio que se comporte así de infantil.

—¿Quién era ese? —Fruncí un poco el ceño por la pregunta.

—El novio de mi mejor amiga. —El pareció analizarme con sus ojos todavía llenos de enfado. —¿Estas celoso? —Le pregunté.

—¿Y tu estabas antes celosa de las conejas? —Fruncí el ceño.

Que se vaya a la playa. Me crucé de brazos y me senté en un banco, de un momento a otro sentí mis ojos cristalizarse un poco. Odiaba las peleas con gente que me importa, y esta era una de esas.

El se sentó a mi lado en silencio. Las lágrimas salieron sin consentimiento, pero las manos de el las limpiaron, yo ni siquiera le miré.

—¿Recuerdas que antes te dije que tenías suerte de salir conmigo? —Lo miré sin entender a que venía eso. El miraba al suelo, sin levantar la cabeza. —Me gustaría haberte dicho que estábamos saliendo de otra manera, y no de salir de paseo. —Sorprendida le miré, el levantó la cabeza para conectar nuestras miradas, ya no había signos de cabreo en el.

¿Esto era una confesión?

—¿Qué me dices si salimos en otro sentido oficialmente? —Yo asentí sonrojada.

Solo bastó con eso, para que juntara sus labios con los míos.

—¿Eso significa que soy... tu novia? —Pregunté tímidamente y algo avergonzada cuando nos separamos.

El no contesto y me volvió a besar confirmando cualquier duda.