01 - CAP I: NADA ES CASUALIDAD, EL DESTINO ESTA SELLADO - 1ra Temp.-

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Eran las tres de la tarde en mi reloj, por un momento olvidé que esa hora ya no me servia en este país. Caminé buscando los baños con mis maletas a cuestas. Mis ojos estaban cansados, ya no podía mantenerlos bien abiertos. Mi único consuelo eran mis audífonos que repetían una y otra vez la misma canción, con esa canción podía relajarme. Esta canción tenia el poder de calmar a las fieras, o sea a mí.

Luego de un largo trecho llegue al fin a los baños, raros pero comprensibles símbolos me indicaban a cual debía entrar yo. Parada frente a las dos puertas tarde un poco en reaccionar. Mi cuerpo estaba un poco entumecido, 30 horas sentada en un avión, tres trasbordos y varias horas de espera entre un vuelo y el otro, a cualquiera le afectarían. Como auto viejo que no consigues encender intentaba mover un pie haciendo fuerza con mis ojos... -no tengo superpoderes para hacer eso-me dije. Inmediatamente una carcajada se salió sin pleno aviso. Estaba apunto de hacerme pipi encima (por tanta risa) cuando de pronto alguien choca mi espalda. Con mi mejor cara (desafiante) gire lentamente hacia esa persona dispuesta a reclamar unas sinceras disculpas.

Literalmente me quede paralizada, no podía siquiera parpadear, mi corazón comenzó a golpear fuerte en mi pecho, mi respiración se aceleró a mil. Flotaba entre nubes cuando escuché su dulce voz.-I 'm sorry girl, sorry-. Automáticamente el botón de la vergüenza se encendió. Sentí como un calor subía desde mis pies hasta mi rostro, comencé a sudar y antes de mi boca pronunciara alguna palabra noté algo que me sorprendió. ¡Su cara también se puso roja! No sabia que al igual que cuando bostezas y otra persona te ve... - lo del rostro colorado también se contagia?- me pregunté por dentro.

No sé por qué pero ¡se sintió muy bien! A nadie antes le había provocado semejante reacción.

Un minuto después de que lograr procesar la información (estaba frente a LEE HONGKY o JEREMY, como me gusta llamarlo a mí) y de que mi respiración se normalizara fui consciente y reconocí a ese rostro angelical.

Respire profundo y comencé con la inspección ocular exhaustiva.

Se debe sentir muy feo que te examinen así pero tenía que confirmarlo antes de hacer cualquier cosa. Como si fuera una obra de arte en exhibición, lo observe detenidamente desde la punta de los cabellos que cubrían su frente hasta la punta de los zapatos y hacia arriba una vez más. Y rodeándolo me saque lentamente los lentes oscuros que traía puestos y dije casi susurrando - WELCOME TO SOUTH KOREA, LAURA! - Esta vez me sorprendí de mi misma y sin permiso una sonrisa se dibujo en mi rostro.

- REACCIONA, DI ALGO POR DIOS!- pensé. Él todavía estaba avergonzado, sus mejillas rojas así lo indicaban.

Una vez frente a frente no podía dejar de contemplar sus ojos, él tampoco corría su mirada. Esos minuto me parecieron horas. De repente él baja la mirada, hacia mi boca (sí, me di cuenta de eso) e inconscientemente mordí mis labios. Labios que había pintado de un color rojo furioso que combinaba perfectamente con el color de mi cabello ondulado.

Mientras jugaba a ser una FEM FATAL escuché en mis oídos mi canción favorita. Tratando de quitarme los audífonos los malditos se desconectaron de mi teléfono celular y yo quedé en evidencia total. Por su cara me di cuenta de que no esperaba que una chica extranjera que recién llegaba a Corea estuviera escuchando su música, era su canción.

Se dibujó en su cara una bella sonrisa traviesa. (Mis babas cubrían todo el suelo) Con desesperación apagué mi teléfono y caminé lentamente hacia él. Me paré con una postura muy firme (aparentando, por dentro estaba que me moría) abrí mi boca y lancé esta frase: -estas perdonado, solamente por tratarse de ti... - (hablando en inglés)

A lo que rápidamente respondió: - usted... me conoce?

Tardé unos segundos en responder, para evitar decir algo tonto. -no te conozco a ti... en persona... conozco tu música.-

Un poco confundido preguntó: -entonces... te gusto? Mi música te gusta? Aclaró rápido. Esta vez sin pensar respondí: POR ESO ME MUDÉ A ESTA OTRA MITAD DEL MUNDO...

Al terminar de pronunciar estas palabras traté de corregirme inútilmente. - No es por ti, ni por tu música, tampoco porque me gustan los dramas en los que trabajaste- Ya era tarde, ahí mismo me di cuenta del error que cometí... -ouch!- Incapaz de arreglar lo dicho me resigné... Mirando el piso y avergonzada lo dije: - me descubriste! He viajado desde Sudamérica, desde Argentina sólo para dormir bajo el mismo cielo que tú... (si te vas a declarar hazlo con estilo)

Sentí como la bolsa de piedras que traía en mis espaldas de pronto desaparecía, mis hombros ya no pesaban y mi pecho estaba libre al fin.

Después de semejante confesión y con la vejiga aún llena (no había podido ir al baño todavía) caminé enérgicamente hacia el baño de mujeres, sin voltear la cabeza por vergüenza- tonta, tonta, tonta qué hiciste?- repetía por dentro.

Una vez dentro me paré frente al espejo y sin saber que hacer solo comencé a llorar, lagrima tras lagrima desahogue todos mis sentimientos. No podía hacer otra cosa que partir hacia el hotel. Arregle mi cabello, me cambié de ropa y retoqué el maquillaje. Con la cabeza en alto respiré profundo y grité: FIGHTING! - OPPS! -Eso se escuchó muy fuerte-dije después.

Una vez en la salida del aeropuerto busqué un taxi y llegué al hotel, desempaqué las maletas y rendida me lancé a la cama. Caí en un sueño profundo que duró mas de 10 horas.

Al día siguiente tomé un baño de tina, me puse mi mejor vestido y con una ansiedad terrible salía a conocer la Ciudad de Seúl. Como una buena turista había seleccionado ya todos los restaurantes y bares de moda, mi objetivo principal eran las discos mas exclusivas y lujosas. Con 22 años que chica no querría hacer eso ¿no?

Por las tardes luego de almorzar paseaba por los centros comerciales y parques. Por la noche disfrutaba de mi juventud. Aunque era difícil acostumbrarse a los distintos ambientes, eran muy serios para mi gusto, en comparación con los argentinos, unos santos estos chicos coreanos. Cada tanto encontraba otros turistas sudamericanos, pero solo estaban de paso por unos poco días, poco tiempo para hacer amistad.


Historia de un Viaje EternoWhere stories live. Discover now