39.- El problema será la luna. (Remus Lupin)

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- No seas necia - Tomé su mano y puse el trozo de pan dentro de ella - Yo comí la otra mitad cuando desperté - Mentí.

Asintió despacio finalmente y lo aceptó, comiendo.

La observé dentro de la poca luz que había: Su cara estaba llena de cicatrices, unas menos frescas que otras. Su labio inferior estaba hinchado y reseco, ante cualquier estímulo sangraba. Su ropa estaba ensangrentada y rota. Yo debía lucir igual.

Cada día venían a interrogarnos 'amablemente'. Cómo no decíamos nada, nos ganábamos golpes, tortura, y un par de días sin agua o comida.

La noche anterior Bellatrix había bajado y había puesto una cuchilla en el cuello de Ayra y presionado con el filo hasta que sangró, por lo que grité un nombre inventado como un miembro de la Orden del Fenix y su escondite. Ahora nos esperaría lo peor cuando se enteraran de que fue un mentira.

Aunque lo realmente peor se vendría en un par de días, porque dentro de lo que lograba llevar como cuenta mental... la luna llena de este mes se acercaba. Y era lo que más daba vueltas en mi cabeza. Si me transformaba y no estaba esposado, atacaría a cualquier persona... y la chica que estaba comiendo lentamente un trozo de pan a mi lado, sería la primera.

- Ayra tenemos que hablar - Dije después de varios minutos en silencio - Desde ahora... cada vez que traigan comida, tú comeras la de los dos.

- ¿Qué? - Me miró extrañada y se sentó frente a mí - Ambos debemos sobrevivir y tal vez...

- Ayra - La interrumpí y tomé sus manos - Voy a transformarme en lobo en un par de días como máximo... y no quiero herirte, lo único que se me ocurre es que... esté tan débil que no pueda atacarte.

La chica quedó mirando fijamente nuestras manos juntas y luego alzó la mirada a mis ojos.

- No, buscaremos otra manera de solucionarlo...

- Hay otra manera - Solté sus manos y busqué dentro de uno de mis bolsillos - ¿Recuerdas que dejé caer el vaso de vidrio con el agua anoche? - Ella asintió desconfiada - Logré quedarme con esto - Saqué un trozo de vidrio y lo puse en la palma de su mano.

- ¡No! - Adivinó mi plan y lo dejó caer al suelo de piedra y se alejó un poco - ¿Estás demente?

- ¡Ayra no quiero dañarte! ¡Tendrás que hacerlo!

- No, no - Negó con la cabeza - Esto lo estás diciendo porque tienes hambre... estás comenzando a delirar.

- ¡No tenemos cadenas, ni un misera amarra para que puedas detenerme ¿Qué piensas hacer? ¿Pelear cuerpo a cuerpo contra un hombre lobo?

- ¡No voy a matarte, Remus! - Comenzó a llorar - ¡No puedes pedirme eso!

- Necesito que sobrevivas... - Tomé su cara entre mis manos mientras ella hacía lo imposible por no mirarme y dejar de llorar - No quiero despertar a la mañana siguiente y ver que te hice daño o que... te asesiné.

Ayra me abrazó con fuerza y la puerta del sótano se abrió.

- Vamos a ver si ahora los prisioneros hablan conmigo a cargo - Régulus Black se acercó a nosotros y me miró fijamente, mientras su sonrisa se ampliaba a más no poder. - ¡Pero si tenemos a Lupin aquí! ¿Quién hubiera creído que serías tan estúpido para caer en una trampa así? - Rió y sin mirar a Ayra la apuntó con la varita y haciendo parecer unas cuerdas la amarró. Luego fijó toda su atención en mí.

- No voy a decirte nada, Black - Le escupí las palabras.

Él solo rió.

- No me importa si hablas o no. Preguntaré una vez y luego acabaré contigo de todas formas. Me des información o no. Así que si te niegas solo me facilitas las cosas - Sacó un cuchillo de uno de sus bolsillos del pantalón - Sé que puedo usar magia para hacerte sufrir... pero Bellatrix me dijo que con este juguete cantas más.

MERODEADORES: Historias de amor y guerra.Where stories live. Discover now