CAPÍTULO ESPECIAL #2

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(LIAM POV)

-¿Contra quién pelearé hoy? -Pregunté mientras depositaba la colilla del cigarro en el cenicero.

-Contra Romeo, el rompe corazones ¿No te resulta irónico que su nombre no tenga mucho que ver con lo que es?

Bufé y puse los ojos en blanco.

-Me importa una mierda, rival fácil. -Aclaré colocando en mi rostro una sonrisa arrogante. -Lo tendré como a todas las chicas en minutos, a mis pies. -Terminé de decir y me levanté lentamente de aquel sillón sonriendo de forma ganadora.

-¿Podrías recordarme en que momento te volviste tan idiota? -Cuestionó Josua, mi actual manager. -El hecho de que seas jodidamente caliente e irresistible para cualquier chica adolescente con hormonas descontroladas, no quiere decir que debas presumirlo. Hace a penas siete meses estabas más deprimido y furioso que una mona.

-¿Desde cuando los monos son furiosos y se deprimen? -Pregunté ironizando mientras peinaba mi cabello hacia atrás con mi mano derecha.

No me gustaba recordar aquellos días en los que me deprimía por Kaetheniss, aún le echaba mucho de menos, aún la amaba, pero no podía quedarme estancado en ello.

El solo suspiró cansado de la situación y me lanzó los guantes de boxeo.

-Te quiero en el ring dentro de cinco, no antes, ni después. Te estás jugando $16.000 con esta pelea, así que más te vale ganar.

-Y ganaré Josua, ganaré.

Cerró la puerta del camerino y yo me levanté de mi silla para luego colocarme todo el equipo necesario para pelear, me quité mi camiseta, me puse los tenis Adidas, me coloqué vendas desde los nudillos hasta el final de la muñeca, para luego colocarme los guantes sobre estas. Me miré al espejo una vez más y salí al ring.

-A ganar. -Me dije a mi mismo antes de adentrarme a través de las cuerdas del ring.

-¿Ya estás Listo, gatito? -Preguntó Romeo chocando sus guantes de boxeo uno contra otro repetidas veces.

-¿Para partirte el rostro? Siempre lo he estado, gusano. -Respondí y contraje mis brazos haciendo que mis músculos se tensaran más de lo que estaban. Causando varios gritos femeninos provenientes de la audiencia, coloqué una sonrisa arrogante en mi rostro.

Romeo solo asomó una mueca y puso los puños frente a su cara en posición de defensa

Imité su posición y la campanilla sonó indicando el inicio de la pelea.

Retiré las manos de mi cara, dándole camino libre, pero el idiota se lanzó a golpear mi pecho, sigue así.

Golpe tras golpe contra mi pecho y abdomen

Es un idiota, no sentía mayor cosa a causa de sus golpes.

Una vez le ví lo suficientemente cansado, le propicié un puñetazo a su cara desprotegida, partiendo su labio.

Sonreí mientras el recuperaba el aliento.

Me lancé a su rostro, golpeando su nariz, un último golpe fuerte a su estómago, causando su pérdida de aire.

-Mi-mierda... -Murmuró para luego vomitar en el suelo del ring.

-Primera regla, novato. -Comencé. -Nunca desprotejas tu cara, segunda regla, cuida tu estómago, sobre todo si comiste antes de la pelea. -Al terminar de decir esto, Romeo se desplomó contra el suelo con respiración agitada y lanzándome una mirada de desprecio.

Bien por mi.

1... 2... 3...

Gané

Sentí la mano del arbitro en mi antebrazo, levantándolo.

-¡Tenemos un ganador! ¿Y como no? ¡El invicto, Slay!

Sonreí para luego simplemente salir del ring de vuelta al camerino, darme una ducha, recoger el dinero ganado en la pelea y salir del establecimiento.

Realmente, extrañaba boxear, a eso me dedicaba por las noches, a ser boxeador clandestino, obviamente en peleas ilegales en un establecimiento abandonado, para variar. Las peleas comenzaban a las 5 de la tarde y terminaban a las 7 de la noche.

El resto del día me la pasaba haciendo lo que me diese la gana.

Desde las siete de la noche en punto, me dedicaba a administrar el Club que yo había fundado en la playa, hasta que cerraba, tres de la madrugada, claro, yo me iba hasta que el último cliente y empleado abandonaba las instalaciones.

Era un club nocturno, si esos que tienen bar, mucho alcohol, música de todo tipo, luces, habitaciones, discoteca, y claro, putas. Un bar obtiene clientela cuando consigues buenas zorras que no piden mucha paga. 

Así que claramente, con los miles que ganaba en las peleas y el dinero ganado del bar, no me iba nada mal.

Sonreí mientras entraba por las instalaciones del bar y me sentaba en la silla de mi oficina, mientras me tomaba un vaso de vodka y terminaba de administrar las cuentas del bar y guardar el dinero ganado de la pelea en una bóveda

Ahora si... Lo de todas las noches

Abrí una carpeta con fotos mías con Kaetheniss, o solamente de ella, durmiendo o haciendo cosas, desprevenida.

Sonreí bobamente sintiendo nostalgia.

Vaya que la chica me hacía falta.

Escuché unos gritos de la parte de la discoteca.

-¡Que me sueltes, maldita sea! -Gritó una voz femenina.

A la mierda, otra vez. ¿Y ahora quién será la chica que necesita de mi atención?

Abrí la puerta para dirigirme para visualizar a aquella chica, que llevaba el cabello en unas californianas, con vestido rojo. Siendo sujetada por varios chicos.

-¡Te dije que me soltaras, idiota! -Dicho esto, esta chica le propició una patada con sus tacones al chico en sus partes nobles causando que los otros dos que la sujetaran la soltaran.

Hasta a mi me dolió.

Ella se acomodó el cabello y arregló su vestido para luego enganchar su brazo con el que al parecer, es su novio, se dio la vuelta y ahí pude visualizarla bien

-¿Kaetheniss?

{CONTINUARÁ EN LA SEGUNDA TEMPORADA}

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ESPERO LES HAYA GUSTADO, UN BESO. :* 

-Mamá Gomita, fuera.

I Am Not A Lady [SIN EDITAR] -LIBRO1Where stories live. Discover now