La Niñera; One Direction (+18)

v e i n t i t r é s

Me sentí completamente vacía.

— ¿Zayn? Wow, ¿enserio? — no me atreví a mirarlo a los ojos, pero escuche perfectamente su tono de voz, era tristeza mezclada con enojo. Seguía aún un poco ronco.

No sabía ni como debía reaccionar, lo único que pude hacer era evadir lo más posible su mirada.

— Niall yo... — no me dejó tiempo suficiente de hablar.

— ¿Ahora si Niall? ¿O te gusta más Zayn? Si tanto placer te dio, mejor vete con él — no pasaron ni cinco segundos cuando oi un portazo.

— ¡Niall!.

¡Herí su ego!

Me sentía de la mierda.

¿Alguien con la misma suerte que yo? No creó que haya.

Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo.

Me coloque la ropa lo más rápido que pude y salí inmediatamente en busca del rubio.

Pero caí en cuenta de que su auto ahora no estaba.

Todo había sucedido tan rápido.

Yo, Niall, y mi estúpida boca mencionando a Zayn.

¿Porqué?

No paso ni media hora de lo ocurrido, cuando un auto entró de manera descontrolada a la casa, y era lógico que eran los chicos. Lo que no sabía era porqué estaban aquí tan temprano.

— ¡_________! — gritó Louis desde el auto.

¡¿Qu...!?

Todos venían cayéndose de borrachos. No creí que esto pudiera pasar.

Ya tenía bastantes problemas.

Busque entre ellos a Niall haber si de causalidad se lo habían encontrado o algo, pero no apareció. No esperaba eso, y fui muy idiota al pensar que Niall podía estar ahí ya que no tenía mucho que se había ido.

Desearía que todo simplemente fuera un mal sueño.

— ¡Chicos! — mi voz salió ronca, y con un tono que en realidad no reflejaba lo enojada que me encontraba ahora.

Todos salieron del auto y avanzaron ignorándome. Ni tan siquiera cerraron las puertas del auto. Lo dejaron abierto.

Suspiré y me sentí abatida.

Nunca me había sentido peor, no es tan lindo que cuando estés follando con alguien digas el nombre de otra persona. O al menos eso pienso yo.

Cerré las puertas del auto de manera suave y entré a la casa.

Todo mi ceño se fruncio al ver que los chicos actuaban normales, toda aquella ebriedad que hacían notar hace unos minutos parecía haber desaparecido.

En realidad no estaban borrachos.

— ¿Chicos, de donde vienen? — pregunté agudizando mi voz y alentándola. Los chicos me miraron de una manera extraña.

— Se supone que TÚ, irías a una fiesta con nosotros para disfrutar, pero a la cual NUNCA llegaste — el recelo en la voz de Liam se hizo notar.

Tal vez estén pensando que aquí no se sabe quien es quién, ya que no me tratan como en verdad deberían de hacerlo, digo, soy la niñera, pero siempre eh odiado todo tipo de formalismos y más si se trata con chicos de mi misma edad, e incluso un poco más grandes.

Raro, ¿verdad?.

— Si, lo lamento chicos. Pero preferí quedarme aquí, ya estaba un poco cansada — forcé una sonrisa lo cual fue inutil. Los chicos me miraron como si me comprendieran pero sabía que en el fondo me odiaban ya que les había arruinado una fiesta, algo que para los chicos es imperdonable.