Capítulo 9

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Detuve su mano y la quite antes de que llegara más arriba

– Nicola, contrólate – susurre

-Como me pides eso – respondió sonriente.

-Por favor – dije en tono de suplica

-Lo intentare, pero con alguien como tu quien puede controlarse – sonrió

Dejé de verlo ya que el mesero había llegado con nuestra comida.

Desayunamos contentamente y nos reímos por las ocurrencias de los chicos. Al terminar pagamos y salimos, subimos al auto y regresamos a casa.

Cuando llegamos, vi que Nicola subió rápidamente; me extrañó mucho ya que él nunca había hecho algo así, bueno con Nicola nunca se sabía lo que iba a hacer; les agradecí a Gino, Yaco y Patricio por el delicioso desayuno.

-Bueno, voy a arreglar un poco mi habitación – dije con una sonrisa y subí las escaleras

Pasé por el cuarto de Yaco, luego por el de Pato, después por el de Gino, y estaba pasando por la puerta del cuarto de Nicola, vi que se abrió, Nicola salió rápidamente y me cogió de la cintura atrayéndome a él, me metió en su cuarto, cerró la puerta y me empujo a esta; ahora estaba entre la pared y él, puso una mano en mi cadera y la otra la dejo en la puerta; me miro a los ojos con una mirada muy intensa; sentía como mi corazón latía muy rápido, pero no solo de la sorpresa, sino por esa hermosa mirada, esa mirada que siempre me deja hipnotizada; Nicola mostro una leve sonrisa y se fue acercando lentamente hasta que me beso, un beso suave y tierno, sentía sus labios suaves y carnosos, moviéndose a un ritmo hipnotizante, de a pocos fue metiendo su lengua a mi boca, si la saboreo toda, ahora podía sentir su sabor, Nicola sabia a hombre, una esencia varonil y encantadora; me apretó mas contra la pared y sus besos fueron pasando por mi barbilla, luego por mi oreja la que mordió, solté un grito ahogado.

-Me debes algo Angie- susurro

- ¿Y-Yo?

- Si, o crees que ya se me olvidó lo de tu habitación –quitó su mano de la puerta, la puso delicadamente sobre mi seno y comenzó a acariciarlo- o lo del restaurante... -bajó su mano de mi cadera hasta mi entre pierna, entró por debajo de mi vestido y empezó a subirla lentamente, sentí un calor subir por todo mi cuerpo, sabía que tenia que detenerlo, pero no quería; subió más hasta encontrarse con mi panty, y comenzó a frotarme, lentamente, como queriendo torturarme.

-¿Por qué no lo aceptas Angie? – dijo

-¿Qué... que cosa? – dije susurrando, de por si tenía que hacer un esfuerzo para no gemir y es que Nicola lo hacía tan bien.

Sonrió y comenzó a bajar el cierre de mi vestido- porqué no aceptas que te mueres de las ganas –termino con mi vestido y este callo al suelo; guió su mano a mi pecho, entró por debajo de mi brasier y empezó a acariciarlo jugando con mi pezón- de ser mía -tocando mi feminidad mas rápido-

-Yo ya te dije –Nicola presiono mas su cuerpo con el mío y sentí su... emmm... erección, Dios era grande, muy grande- nunca... seré tuya.

-Y yo ya te lo dije...-sonrió y fue hacia mi espalda para desabrochar mi sostén- nunca digas nunca... -me desabrochó el sostén y quitó su mano de mi feminidad, yo ya estaba completamente húmeda, llevó sus dos manos a mis pechos y comenzó a masajearlos, me mordía el labio mientras lo observaba con mis mejillas completamente rojas, se acercó a mí y me volvió besó mientras tocaba mis pechos...


El placer de Tu InocenciaWhere stories live. Discover now