Capitulo ocho

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IMPRESIONANTE.

Mi mente decía que no estaba haciendo nada malo, que solo era un café, y bueno, realmente no hacia nada malo. Lo que halla pasado entre nosotros fue hace meses, y no es mas que eso; pasado.

Mientras mi carrera de medicina pendía de un hilo, la tercera guerra mundial con mi padre se acercaba, yo estaba tranquila tomando un café con el hombre con quien tuve un idilio de una noche. ¿Genial, no?

—Y, ¿Eres de aquí? —preguntó creo que un poco nervioso, o yo estaba tan nerviosa que veía nervios en él.

—No. Soy de Australia

Estaba ansiosa y estupidisada, se supone que esto no debería pasarme, una chica que se crió en casinos ¿nerviosa por un chico?, entonces es que me doy cuenta de lo boba que puedo llegar a ser, y que generalmente no somos tan malos como aparentamos.

—Ah... vale. ¿Trabajas hace poco en el hotel?

—¿Que? —lo mire un poco confundida.

Entonces mi mente comenzó a rebobinar... hotel, mesera, evento, noche en la que te acostaste con él... ayer, casino, trabajo en la barra... y niñera. El me creía empleada de servicio del hotel. Genial.

—Umnhh... —era algo que no respondería, seguro esta seria la ultima vez en vernos.

—Disculpa —murmuro y frunci un poco el ceño hasta que me di cuenta que se refería a su teléfono.

Hay momentos de la vida en la que me doy cuenta de cuantos errores cometo, y este es uno de esos días, en los que debo preocuparme por no seguir actuando inmaduramente, por dejar de lado la vida y encerrarme en los libros, y en el preciso momento en el que debo salir. Me equivoco.

A veces me preguntó que hubiese sido de mi si no... si siguiera con la cabeza solo para libros, para amores de película, para amores de letras, para amores que incluyeran sonreír, para leer sobre amores de una nerd y que que en realidad la única nerd fuera yo por suspirar porque la protagonista era demasiado perfecta para realmente ser "nerd".

Pero ya no soy eso, tal vez, muy en el fondo lo sigo siendo, pero realmente, realmente en lo que muestro a los demás soy la chica fuerte e invencible, que de fuerte no tiene un cabello.

—Lo siento —dirigí mi mirada al frente donde el lindo chico con el que tomaba un café se había vuelto a sentar.

En momentos como este debía asimilar la realidad, y la realidad es muy simple.

Estoy tan estupidisada por un chico al que solo e visto cuatro veces en mi vida, pero con el que mantuve relaciones que resulta tonto hasta para mi.

*No le conozco.

*Sera padre

*Tiene una relación

Y sobre todo, se vuelve estupido que enumere cosas. Y que diga muchas veces la palabra esrudipo y estúpida.

A veces pienso lo asustadizas(os) que llegamos a ser los lectores, muchas veces, en la mayoría de casos, estamos buscando tanto una historia que la vemos donde no la hay, donde no existe, donde sólo conocemos las ilusiones porque alguien las plasmó en papel, pero siempre las queremos experimentar.
También esta el echo de que a veces, cuando conseguimos algo real nos asustamos, nos atemorizamos de tenerlo, y esa es la simple mente dándonos malas pasadas.

Creo, que los psicólogos viven de cada persona así, que incluso somos todas las personas en el mundo. Nos acostumbramos a querer lo que no tenemos, buscar lo que poseemos y temerle a lo certero.

—Era mi hermana —él sonrió—. Es la chica que viste anoche en el casino, esta loca por la llegada de su bebe y quiere que la acompañe para ir de compras.

Genial. Su hermana. Parece que cada cosa que pasa alrededor de él o cada cosa que pienso sobre él, es un error. Como cada cosa que hago últimamente.

—Oh... tu hermana.

—Si, esta de visita en la ciudad.

—Genial. ¿Cuantos hermanos tienes?.

Nuestra conversación solo pudo enfocarse en cosas triviales, normal para dos personas que no se conocen.

Y cuando salí de allí, lo supe. Simplemente es el momento de cerrar el ciclo.

—Adiós —sonreí—. Gracias por el café.

—Gracias a ti, fue una muy buena compañía.

Cuesta abajo del hermoso local estaba el hotel, y al otro lado estaba el centro de la ciudad, íbamos en direcciones opuestas.

Y es cuando tal vez lo entiendes, a veces paras por algo, por un café camino a la universidad por ejemplo, pero tu camino no es allí, solo se interrumpió por una cosa que te gusta, y cuando lo termines debes seguir por lo que quieres, lo que realmente si buscas.

En ese momento, mientras caminaba de vuelta a la habitación del hotel con unos audífonos y el mundo a mis pies me sentí feliz.

Porque la felicidad es el momento en cuando las presiones se olvidan y es justo lo que pasa ahora.

Llega el momento de decir adiós a un ciclo, de decirle adiós al chico que quizá nunca olvide porque a pesar de todo soy una chica que quería un amor de cuento para perder su virginidad, y aunque solo fue un momento de locura fue un stop para mi vida, y tal vez, solo tal vez un letrero que decía cuan necesario era que madurara dos rayitas y le bajara la velocidad a mi carro desenfrenado que solo pensaba en diversión y banalidades diarias.

Mas que una noche [EDITANDO]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu