Capitulo cinco

153 15 0
                                    

GEMELOS.

Mi mirada se centro en los ojos azules frente a mi. ¡Oh joder!

Después de un leve recorrido mental, deducí que quien había salido antes llevaba traje, y estaba con su esposa, pero ahora solo estaba "la misma persona" con una vestimenta totalmente distinta y una mirada sorprendida.

Sin duda, es él.

Pude sentir el gran escalofrío recorrer mi espalda, estaba atemorizada y paralizada, tenia a el objeto de mi reciente y adquirida locura frente a mi y no sabia que hacer.

—¿Adriadne? —sentí como un escalofrío recorría mi columna vertebral ante su voz grave y profunda, al menos sabia mi nombre, aunque yo estaba tan asustada de que ni siquiera recordara mi nombre, simplemente hubiese sido un gran choque pensar en eso después de mi alerta de embarazo, que él no me hubiese recordado, el él real.

—¿Ti..Tiago?.

Creo que en ese momento era muy necesario darse topes contra la pared, ¿como es que tartamudeo? ¿No se supone que si fui lo suficientemente arriesgada como para tener un acoston de una noche, debía ser lo suficientemente cínica como para hacer que nada paso? Y tal vez lo hubiese sido, su la alerta pudiste ser madre no estuviera en rojo.

—¿Que haces aquí? —lo mire unos segundos antes de reaccionar. No buscándote a ti idiota. Creo que mi yo insensatamente sensata esta haciendo su gran aparición.

—soy canguro.

El me miro y su ceño se fruncio un poco, me sentí la chica tonta del cuento que esta viviendo una vida escrita desde la perspectiva de un escritor que dice que el mundo es tan pequeño que las personas que no deberían reaparecen tan fácil como él.

—¿Tiago?

Mi mirada voló a mi jefe que físicamente era igual, pero en la manera de moverse y de hablar no eran para nada similares.

—Theo hermano.

En ese preciso momento note que debía desaparecer, entre a la casa dejando la puerta abierta, mis nervios estaban al borde, es ilógico ya que debería actuar como si nada, pero no es algo que haga seguido, de hecho jamas e tenido la oportunidad de acostarme con alguien y luego no recordar nada. O mas bien, jamás había tenido la oportunidad de que algo así sucediea.

Me senté en el sofá, el bebé aun dormía.

—¿Adriadne? —mi "jefa" llego hasta mi con su posición elegante y su mirada fría—. Aquí esta el dinero, gracias por sus servicios.

Mire sorprendida como de inmediato se dio la vuelta y desapareció.

Analice el lugar y tome mi móvil que estaba en una pequeña mesa de centro frente al sofá, simplemente ese era mi momento de desaparecer.

—Buenas noches -asenti a los dos hermanos saliendo de la casa.

No deje tiempo para que respondieran cuando yo ya había cruzado la puerta y me encontraba caminando a la cera.
La presión en mi pecho no disminuía y mi corazón solo se aceleraba con los segundos, casi me sentía aliviada de poder salir de allí y desaparecer, pero solo casi.
La típica parte masoquista y soñadora decía que seria genial encontrármelo de nuevo y sentía como mi mente comenzaba a maquinar historias un poco ilógicas que incluso ante mis pensamientos me hacían sentir como una total ridícula y tonta; aunque seria interesante verlo nuevamente pero que en ese momento mi mente este preparada psicológicamente para lo que se enfrenta, y que no sea solo una cosa insegura que no sabe responder ni siquiera cuento es dos mas dos.

*-*----*-*

Besos, I.L.

Mas que una noche [EDITANDO]Where stories live. Discover now