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-¿Qué crees que opinen tus padres?- Preguntó Justin, acariciándole el cabello suavemente.

-¿Sobre qué?- Preguntó ella, con una mano sobre su pecho.

-La pintura- Susurró él.

-Les encantará. Mamá adora todo lo relacionado con pintura. De hecho, ella pintó las paredes de mi casa-.

-¿De verdad?- Preguntó Justin curioso.

-Si. Es una amante del arte- Confesó. Justin sonrió. Antes de que pudiera responder a eso, alguien tocó a la puerta de su habitación en el hotel. Habían llegado ahí aproximadamente 1 hora atrás, después de su mágica visita al Empire State.

-¿Quién es?- Preguntó Justin, con tono de voz fuerte. Nadie respondió.

-Debe ser servicio a la habitación- Susurró ella.

-Espera aquí- Pidió él. Se levantó de la cama y se puso sus tenis. Caminó hacia la puerta. No se escuchaba ruido alguno afuera. Se asomó por el agujero de la puerta, pero no había nadie ahí. Sujetó la chapa y la giró lentamente. Abrió. Efectivamente, no había nadie. Suspiró. Apenas iba a cerrar la puerta, agachó su vista, encontrándose con una pequeña caja en el suelo. De inmediato supo que algo andaba mal. Cerró la puerta velozmente, corrió hasta el mueble junto a la cama y sacó de un cajón su pistola. Rosalyn se quedó boquiabierta.

-Justin- Dijo, asustada. Se levantó de la cama rápidamente. -¿Qué pasa?- Preguntó, mientras él cargaba su arma.

-Están aquí- Susurró. -Ten, esta es para ti- Le entregó el arma que acababa de cargar. Rosalyn se quedó aún más sorprendida, asustada, nerviosa, todo en un mismo momento. Justin sacó otra arma del cajón y se dispuso a cargarla también.

-¡Justin! ¿Para qué me das esto? ¡Dime que pasa! ¿Quiénes están aquí? ¿Por qué tienes pistolas aquí?- Gritó, asustada.

-Richard. Ethan. Christian. Ellos. Las tengo por seguridad. Necesito que me escuches y te tranquilices. Recuerdo el día en que te secuestramos. Usaste mi arma, me disparaste y la bala rozó a mi lado. Sabes usarla, ¿Cierto?- Preguntó.

-Si... si, pero es que...- No la dejó terminar.

-Entonces, confío en ti. Guarda la pistola bajo tu pantalón, en la cintura. Aquí- Le levantó el suéter y se la colocó. -Justo así. Necesito que la lleves ahí todo el tiempo. Esos imbéciles están en el hotel, estoy noventa por ciento seguro. Dejaron una caja frente a la puerta. No hay nada bueno ahí dentro. Necesito que salgas del hotel como si nada estuviera pasando. No luzcas nerviosa, actúa normal. Ten, las llaves de mi auto- Le entregó las llaves. Ella escuchaba atentamente, pero el miedo y los nervios estaban matándola. -Ve al estacionamiento subterráneo, donde lo dejé. Camina apresurada, pero no corras. Súbete al auto y sácalo. Conduce rápido hasta tu casa. Cierra puertas y ventanas. Asegura la alarma. Explícales a tus padres lo que pasó. ¿Quedó claro?- Ordenó.

-Si, pero Justin... ¿Qué hay de ti? ¿Por qué no vienes conmigo?- Preguntó, envuelta en miedo. Él la sujetó de los hombros.

-Revisaré la caja. Sacaré mis cosas de aquí y me iré. No tardaré. No puedo parecer sospechoso o los del hotel llamarán a la policía. Recuerda que están buscándome, Rosalyn. Te llamaré en veinte minutos, ¿De acuerdo?- Preguntó. Ella simplemente asintió con la cabeza. Justin la atrajo a sus brazos y le dio un fuerte abrazo. Duraron algunos segundos así, juntos, sin decir ni una palabra. Suspiraron al mismo tiempo. Justin la separó poco a poco de él y le dio un beso en la mejilla. Luego uno en los labios. Se mantuvo sobre su boca pocos segundos, brindándole un dulce y suave beso, sujetándola de ambos costados del rostro. Se separó de sus labios, pero instantáneamente volvió a juntarse a ellos. Un beso más. Corto. Dulce. Luego otro. Y otro más. Solo para hacerla sonreír y quitarle ese miedo de encima. Y lo consiguió. La hizo sonreír enormemente. -Así es, sonríe- Pidió él, dándole un beso más. -No te preocupes por mí. Estaré bien. Nos vemos en un rato, ¿De acuerdo? Haz lo que te pedí, no hagas nada que no haya estado en mis órdenes. No quiero que te pase nada, no lo soportaría. Pase lo que pase, no regreses al hotel. Ve a tu casa, no te desvíes a ningún lado. Por favor- Volvió a abrazarla fuerte. Ella soltó un profundo suspiro. Como desearía estar en sus brazos por siempre.

Detrás de los Mester. 1temTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang