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Un fuerte portazo arriba, la despertó. Dio un brinco del susto. Volteó a sus alrededores, estaba sola de nuevo, en el sótano. Atada de manos y pies. De pronto, gritos. Al parecer, Richard había vuelto, y no estaba contento.



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–¡¿Cómo que casi se escapa?! –Gritó Richard. Justin le lanzó una mirada amenazante a Ethan.

–Fue... mi culpa. –Susurró Justin. –Pero todo está bajo control, lo juro. –Prometió.

–Más te vale, Bieber. –Amenazó él. –Porque realmente no quiero sorpresas. –Finalizó. Se acercó a la barra de la mesa.

–No pasará de nuevo. –Habló Justin. 

–Ehm... Richard, ¿Ya tienen el dinero? –Preguntó Ethan.

–No. Solo venimos a darnos un baño. Regresaremos en una hora. Y esta vez, Ethan, vendrás con nosotros. Ryan, tú te quedas con la chica. –Avisó Richard.

–¿Y yo? –Preguntó Justin, confundido.

–Con Ryan. Pero él la cuidará, no tú. No quiero que se te escape de nuevo. –Advirtió. Justin permaneció callado.



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Estaba quedándose dormida de nuevo, cuando la puerta del sótano se abrió. La luz se encendió y un chico apareció ante sus ojos, pero no era Justin...

–¿Dormías? –Preguntó él. Rosalyn no respondió. Él se acercó a ella. –¿Tienes hambre?

Rosalyn negó con la cabeza. Él sonrió levemente.

–¿Eres muda? –Preguntó. Ella volvió a quedarse callada. Lo hizo sonreír de nuevo. –Veo que sí. Me llamo Ryan. Tengo 22 años. ¿Y tú? –Preguntó. De nueva cuenta, no hubo respuesta. Ella realmente tenía miedo de él, de todos ahí. –¿Tienes novio?

De nuevo, sin respuesta. Ryan pasó una mano por su cabello.

–¿De verdad no responderás nada? No vine a hacerte daño, vine a conocerte. –Dijo él, tratando de parecer confiable.

–A conocerme antes de matarme, igual que a las otras, ¿Cierto? –Habló ella finalmente. Ryan se quedó perplejo. Se puso serio ante su comentario.

–Vaya... Bieber tenía razón. –Susurró él. –Eres muy inteligente. Menos mal que ya sabes lo que haremos contigo, para que te vayas mentalizando. –Amenazó. Ella no efectuó ningún movimiento. Siguió mirándolo, con profundo odio en sus ojos. –Pero... todavía hay forma de que te salves. –Confesó. –¿Quieres saber cómo? –Preguntó. Se sentó junto a ella en la cama y le acarició la pierna, igual que Ethan lo había hecho el día anterior. El miedo la recorrió de nuevo, empezó a temblar.

–No... por favor, no... –Susurró, cerrando los ojos con fuerza. Intentó moverse, pero él seguía acariciándola.

–Eres modelo... ¿Cierto? Me imagino la belleza que eres debajo de esta ropa... –Dijo, levantándole la blusa.

–¡NO! –Gritó ella. Ryan rió y prosiguió a acercarse a su abdomen, en el cual le dejó un suave beso.

–No te dolerá... lo prometo. –Volvió a dejarle otro beso. Ahora, se subió encima de ella.

–¡POR FAVOR, NO! ¡TE LO RUEGO! ¡NO ME LASTIMES! –Gritó ella. Las lágrimas se apoderaron de sus ojos.

–Te dije que no te dolerá. No grites, no queremos que Justin escuche. –Dijo, sonriente. Se bajó el cierre de su pantalón. –Voy a darte algo, quieras o no... –Dijo.

–¡AYÚDENME! ¡AYÚDENME! –Gritó con fuerza. Ryan le tapó la boca y la jaló del cabello. Ella soltó lágrimas.

–Cállate, perra. –La amenazó. –Nadie te ayudará. Y si no quieres sufrir, será mejor que cierres el puto hocico –Dijo, enojado.

Detrás de los Mester. 1temTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang