La hija del gobernador

1K 52 12
                                    



Siglo 17, Isla de Reyes, con las aguas del pacífico bañando sus costas. Unas de las cuantas ocupadas por los ingleses en el siglo pasado por lo cual los ya habitantes de la misma se adaptaron a sus costumbres. Es regida por el gobernador Sang, gran hombre, esposo y padre de tres hijos, cuya hija mayor, Sang Woo Ri, se prepara para su boda con el hijo de un importante mercader de telas de la isla. Esa mañana del primero de septiembre, la joven Woo Ri junto con su madre y su criada personal, veían los distintos modelos de vestidos de novia en busca del indicado para el casamiento que sería dentro de mes y medio.

-¿Qué tal éste? – pregunto la modista mostrándoles un vestido muy pomposo con muchos adornos bordados.

Woo Ri ladeaba la cabeza de un lado a otro admirando dicho vestido, volteó a ver a su madre y a su criada quienes hicieron un gesto de desaprobación y ella también estaba de acuerdo así que negando con la cabeza, le hizo entender a la mujer que no era lo que buscaba. Ella a pesar de ser hija del gobernador y poder darse cualquier lujo, era una chica sencilla a la que no le gustaba destacar tanto.

-¿Y éste que les parece? – les mostró otro menos llamativo pero con un armazón muy grande.

-No es feo, pero si me pongo ese vestido me llevaré a todos por el medio ¿No tiene uno que tenga menos tela en la parte de abajo? No quiero que sea muy exagerado.

La mujer revisó entre los otros vestidos que tenía en la tienda y sacó uno que inmediatamente le llamó la atención a la chica. Era exactamente lo que buscaba, muy elegante, con bordados discretos de flores en el corsé y una falda que caía naturalmente, sin esos enormes armazones.

-¡Éste es precioso! – lo tomó y se lo puso por encima - ¿Qué les parece?

-Te verás como una princesa en él, más de lo que ya eres – dijo su madre con una amplia sonrisa.

-¿Y a ti que te parece, Sun Gi?

-Creo que le quedará hermoso, señorita.

-Me lo probaré.

Woo Ri entró al probador y al cabo rato salió. La encargada le colocó el velo para ver como se vería el atuendo completo y la chica no pudo evitar botar lágrimas de alegría al verse al espejo ya como toda una novia lista para su casamiento con el amor de su vida.

-No puedo creer que mi niña se vaya a casar – dijo su madre también con lágrimas.

-Madre, ya no soy una niña, tengo 20 años.

-Para mí sigues siéndolo, pero lo bueno es que te casarás con un gran chico.

-Lo sé – rió apenada – Sun Gi, estás muy callada ¿No te gusta?

-Claro que sí, me encanta, sólo estaba imaginándome con uno de esos – dijo tímida.

Woo Ri se acercó a ella y la tomó de las manos.

-Algún día encontrarás a un buen chico como hice yo que te haga muy feliz y también te pondrás un vestido tan hermoso como éste, o como aquel – señaló el pomposo que le mostraron primero.

-No, prefiero uno sencillo también.

-Tenemos los mismos gustos, por eso somos amigas – le regaló una sonrisa y luego se dirigió a la modista – Me quedaré con éste, en cuanto esté listo con los ajustes lo envía a mi casa.

Woo Ri, su madre y Sun Gi dejaron la tienda. En la calle la gente las reconocía fácilmente por ser la esposa y la hija del gobernador, ya sabían de su pronto casamiento y muy amablemente la felicitaban. La población de Isla de Reyes es poca por lo que muchos se conocen entre sí, todos se llevan muy bien y es gente muy honesta y amable. El ambiente en el lugar es pacífico y ordenado, si un pirata llegaba a acercarse para causar disgustos, la guardia naval los interceptaba rápidamente y los hacía regresar por donde vinieron. Desde hace días habían visto un barco rondando las aguas cercanas, no llevaba la bandera pirata pero por su aspecto parecía ser unos de estos, sin embargo, dicha embarcación desapareció por lo cual no tuvieron que preocuparse más.

Seven SeasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora