capítulo 37

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POV Amaral.

La parte exterior de la prisión es un verdadero campo de batalla; un tanque de guerra había derribado las cercas, las torres estaban en llamas, disparos y caminantes por todos lados, comencé a buscar desesperadamente a mis primas y a Rick pero los caminantes trataban de atacarnos saque mi machete y con las niñas comenzamos a defendernos.

—Debemos salir de acá — grito a las niñas.

—Pero no encuentro a mi madre— habla Sofía.

—Luego nos encontraremos con los demás, ahora debemos salir de acá.

Corrimos buscando una salida, me agarro el vientre ya que siento un fuerte dolor, sigo corriendo unos gritos nos alertan, me encuentro con Ty que está a punto de ser mordido, le quito la pistola a Sofía y le disparo a los dos caminantes que tratan de devorarlo. El me agradece con la cabeza, nos dice que sabe por dónde salir.

—Hay un agujero en una de las rejas, por ahí entramos la primera vez a la prisión— nos dice Ty.

Los seguimos, estaba exhausta, mis piernas ya no daban más, pero debía seguir, tenía que proteger a mi bebé, antes de llegar al lugar oímos unos llantos de bebé, con Ty no dudamos dos veces y fuimos a ver qué ocurría. Me llevo mis manos a la boca ante la impresión, no puedo dar cuenta de lo que ven mis ojos, Lori estaba en suelo con una gran mordida en su brazo izquierdos, mientras que al lado se encontraba la pequeña Judith llorando desconsoladamente.

Corro a socorrerla.

—Lori— ella levanta la cabeza y me mira asustada.

—Me... me... han mordido— logra decir antes de romper en llanto.

—Tranquila, algo haremos— le digo tratando de tranquilizarla, Ty me toca el hombro y me hace una seña con la cabeza hacia el cuello de Lori, tiene una gran mordida y está perdiendo mucha sangre.

Mis lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, nunca nos llevamos bien, pero no tenía que morir, eso era injusto.

—Amaral, ven aquí— hago lo que me pide Lori, con mucha dificultad bajo hasta su nivel —. Necesito que me prometas que protegerás a mi hija y a Carl, que los cuidaras con tu vida, por favor.

Las palabras no me logran salir, solo asiento con la cabeza.

—También quiero pedirte perdón y te pido que hagas feliz a Rick, él es un hombre maravilloso y merece ser... — Lori comienza a toser — merece ser feliz. Con mucho esfuerzo toma de mi mano y me pasa su anillo de matrimonio — Hazlo feliz.

Lori le pide a Ty que le acerque a Judith.

—Mi pequeña princesa, mi pequeño milagro, te amo tanto, sé que serás una gran mujer— le da un beso en la frente a la pequeña— .Amaral despídeme de mi hijo, dile que lo amo más que a nadie en el mundo— luego de eso Lori cierra los ojos para no volver abrirlos más.

Ty me da a la pequeña Judith para que la tome en brazos.

—Vayan hacia el bosque yo las alcanzare— nos dice, le hago caso y comenzamos a correr hacia el bosque, miro por última vez la prisión, un fuerte dolor en el pecho se apodera de mí, nuestro hogar está completamente destruido y lo peor es que no tengo idea de cómo se encuentra mi familia.

Unos crujidos de las ramas, nos hacen colocarnos en posición de alerta, me relajo al ver que se trata de Ty, pero él no viene solo Carol lo acompaña.

— ¡Mamá! — grita Sofía lanzando a los brazos de Carol, ella llena de besos la cabeza de su hija y me da las gracias por cuidarla.

—Ty, Lori... Lori — antes de terminar mi oración, Ty me interrumpe.

—Está descansando.

Abrazo fuerte a la pequeña Judith.

Unos gruñidos, nos indican que debemos irnos.

No sé cuánto tiempo pasamos caminando, pero un fuerte dolor en el vientre me hace parar.

— ¿Qué te pasa Amaral? — me pregunta preocupada Carol.

—Me duele... me duele mucho— apenas le puedo responder ya que el dolor se intensifica.

—Debemos encontrar un lugar seguro para que descanse, corrió demasiado y eso puede causarle dos cosas, que pierda al bebe o que se adelante el parto— dice Carol mirándome con preocupación.

Luego de caminar un poco más, encontramos una pequeña cabaña, Ty nos pide que nos quedemos ahí mientras se asegura que no haya peligro alguno, luego de que la revisa vuelva a donde nos dejó.

—Está libre, podremos descansar ahí.

Una vez ya instalados en la cabaña, me siento en el suelo y me quiebro, lloro con todas mis fuerzas; pienso en mi familia, en los demás del grupo, en Rick.

— ¿Qué paso? — le pregunto a Carol, tratando de calmar mi llanto.

—El gobernador— me responde.

— ¿Pudiste ver a alguien de mi familia?

Ella asiente con un gesto de cabeza.

—Tu tío, el...— Carol guarda silencio un momento—. Él está muerto, el gobernador lo mato.

Algo en mi interior se rompió, el hombre que me abrió las puertas de su hogar cuando mis padres murieron, me apoyo, fue como un padre para mí.

Caro se acerca hacia mí y me abraza con todas sus fuerzas, es ahí cuando me doy cuenta que una parte de mi murió.

Nuevamente me vienen los dolores.

—Carol... los dolores volvieron... ¡ahhh! — grito del dolor.

—Recuéstate y respira profundo— Carol trata de tranquilizarme—. Ty, necesito que busques mantas, tráeme todas las que puedas rápido— le ordena.

— ¿Qué sucede? — le pregunto tratando de respirar hondo.

—Te voy a revisar cariño, lo más seguro es que estés en proceso de parto.

Comienzo a respirar profundo, no puedo ponerme nerviosa, necesito estar tranquila para que todo esté bien. Carol me quita las calzas y las bragas.

—Como lo pensábamos estas en trabajo de parto, te necesito tranquila, solo respira hondo y bota— me habla calmadamente. Ty, llega con varias mantas, se las entrega a Carol ocupa algunas para improvisar una cama. — Sofía, hija necesito que me traigas botellas con agua— Sofía hace lo que le ordena su madre—. Solo hay que esperar que se te rompa la bolsa.

Solo asiento, no soy capaz de decir nada, otra contracción se hace presente.

— ¡Ahhh! — me quejo, Sofía me toma la mano y se la apretó con todas mis fuerzas.

Pasan horas y horas y aún estoy con contracciones, Anael con un paño mojado me limpia el sudor, ciento un líquido tibio correr desde mi intimidad a mis piernas.

— ¡Caaaarool! — le grito, ya que ella se encontraba en otro lado de la cabaña haciendo dormir a Judith. Llega en segundo y me revisa.

—Cariño, llego la hora, sé que estas cansada, pero necesito que hagas tu ultimo esfuerzos y pujes con todas tus fuerzas— me dice, respiro profundo y comienzo a pujar —. Vamos cariño, puedo ver su cabecita, puja, puja.

Siento que ya no tengo fuerzas, mis ojos comienzan a cerrarse, pero doy todo de mí, logro pujar una vez más y todo se vuelve negro.

Hola a todas, estoy super mal acaba de haber un terremoto  en mi país, pero menos mal que todo esta bien.

perdón de verdad si esta con faltas o errores no tengo cabeza para nada ahora u.u

las adoro y no me canso de darles las gracias por sus comentarios y buena onda. 


Tentación apocalíptica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora