Capítulo 8 .- Ojos tristes

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A la mañana siguiente los niños conversan de lo que el pequeño hablo. El día anterior su papá estaba molesto y por eso se fueron cada uno a sus habitaciones. Ahora el padre se encuentra en el despacho, ellos toman desayuno pero nadie había levantado a Gonzalo.

-Es tan tonto -dice Alberto

-Es solo un niño, es normal que no entienda esas cosas -dice Francisco

-Hasta yo se que hacían -dice Antonella riendo.

-Yo también lo se -dice el mellizo.

-Ahora quisiera saber que castigo le dará papá, aunque quien sabe. Gonzalo siempre se sale con las suyas.

-Papá debe entender que es pequeño.

Los muchachos terminan su comida, y su padre se acerca.

-¿Gonzalo donde esta?

-No ha bajado papá

-Son las nueve y sigue durmiendo.

-¿Ustedes están listos?

-Si -dicen todos.

-Bueno, los llevaré a los juegos, regreso en un momento.

Entra a la habitación del pequeño, Gonzalo está despierto sentado en su cama.

-Me voy con tus hermanos a los juegos.

-Ok, me cambio rápido.

-No, voy con ellos. Tu te quedas.

-¿Por qué?

-Estás castigado.

El padre sale del dormitorio, baja las escaleras, los niños ya lo están esperando y se va con ellos a que jueguen.

Gonzalo se queda llorando en su cama sin entender porque papá no lo quiere y no lo llevo con el. A las cuatro de la tarde regresan a casa, pregunta a Armando por su hijo y le dice que ha estado todo el día en su cuarto, que cerró la puerta con seguro y no quiere abrir.

Enrique molesto sube las escaleras, se asoma al cuarto del pequeño, toca la puerta. Gonzalo no contesta y le dice:

-Gonzalo soy papá abre la puerta.

-¡No!

-Gonzalo abre por favor.

-¡No quiero!

Se dirige a su habitación a buscar la llave del cuarto del pequeño, y consigue encontrarla.

Vuelve donde se encuentra Gonzalo, y abre la puerta, el niño sigue sentando en su cama ahora viendo televisión.

-Malcriado.

-No lo soy -dice gimoteando.

-Pensaba llevarte a comer helado pero ahora no. No has comido nada, vamos debes comer le dice mientras toma su mano

-¡No! Cómprame un helado dice el pequeño quien rechaza su mano.

-No.

-Por favor -haciendo un puchero.

El padre le dice que va a llevar a sus hermanos por helado, que si come, luego puede comprarle uno. Pero el pequeño no hace caso una hora después su padre regresa y Gonzalo no ha comido nada.

Ya cansado el padre prepara un pan con queso y jamón y se lo sube a su cuarto.

-Toma bebe come.

-¡No quiero!

-Gonzalo por favor -suplica el padre.

-Quiero helado -dice llorando.

El niño comienza a hacer una rabieta, delante del padre, el padre lo cargó y lo grito.

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