Maldita Perra

Capítulo 31

Pasó la semana un poco lenta. Al menos, April y Kate ya no me miraban mal.

Me uní más al grupo de Andy, con Bill y Mike. Bill era un chico muy misterioso, no hablaba mucho y le gustaba más la compañía de Andy que la de los cuatro juntos. En cambio, Mike era un chico muy alegre y me agradaba mucho. Ya hasta podría considerarlo uno de mis mejores amigos.

Llegó el viernes, y eso significaba campamento. Nicholas había firmado la autorización a último momento, ya que me había olvidado en la cafetería. Hoy nos iríamos temprano en la mañana rumbo a uno de los bosques más cercanos del lugar. Había mandado a Kevin (mi guardaespaldas) a comprar la carpa y demás cosas que se necesitaban para acampar. A mi mala suerte, también fueron Camille y Thomas. Éste último se había dedicado a ignorarme en toda la semana. Ya es viernes, y mientras todos esperábamos al autobús, noté que Thomas me miraba, pero de una forma un tanto extraña... ¿Felicidad? Me extrañó bastante.

A lo lejos vimos el autobús y tomamos los bolsos y maletas. Cuando paró frente a nosotros, el chofer se encargó de nuestras maletas. Me senté junto a Andy y ella me cedió el lugar de la ventanilla. Durante el camino, fijé mi vista fuera del autobús, ignorando las payasadas que hacían los demás.

Llegamos cuando empezaba a oscurecer. Después de tomar nuestras cosas, nos adentramos al bosque, hasta un punto donde nos indicó el profesor.

- ¿Trajiste la cámara? Tenemos que grabar a Slenderman.

Chicos, pensé.

A Mike le animaba bastante salir al aire libre y más a este tipo de bosques lleno de vida. Estaba tan alegre que incluso nos ayudó a Andy y a mi a hacer nuestra carpa. La mayoría tuvo alguna que otra dificultad, pero al final lo lograron.

- Bien -dijo el profesor, una vez que encedimos una fogata y nos colocamos alrededor de ella, comiendo malvaviscos y salchichas asadas-, mañana vamos a dividirnos en dos grupos: el primer grupo vendrá conmigo a recorrer el bosque, mientras que el otro grupo hará una serie de actividades que les dejaré con otro profesor que se nos unirá mañana. ¡Ah! Y no crean que esta noche no estaré atento... Me quedaré despierto toda la noche, ya tomé varias tazas de café, así que no intenten nada.

Cuando se lo proponía, era serio. Pero esas tazas de café no le bastarían. Se dormía en clase cuando teníamos exámenes por el silencio que había, y de paso nosotros aprovechabamos a buscar las respuestas en los libros.

Todos comían animadamente después de caminar unos cuantos kilómetros sorteando robles caídos y rocas. Incluso Bill parecía más agradable. Por encima del fuego, vi a Thomas mirarme. Yo le devolví la mirada, pero con mala cara, y creo que divisé una pequeña sonrisa. Está enfermo.

Al día siguiente, nos levantó el pitido del silbato de la profesora Smith. Hay, carajo. Me levanté de mala gana y me vestí con una pequeña musculosa blanca, encima una sudadera turquesa y unos shorts rasgados de jean. Por las dudas, me calze con unas zapatillas deportivas.

Nos formamos en un círculo alrededor de los profesores.

- Muy bien, buenos días a todo el mundo -dijo enérgicamente y con ánimos-. Como les comentó su profesor ayer, hoy nos dividiremos en dos grupos: grupo uno vendrá conmigo. Iremos a dar un paseo al bosque, para que se liberen al menos por un día de esos infernales celulares. Y grupo dos se quedará con el profesor Phillips, él les dirá sus actividades.

Pareció que el profesor Phillips quería realmente dar un paseo, pero la entrenadora era demasiado estricta y difícil de cambiarle las ideas.

La profesora dictó los nombres de los que irían con ella. Y entre ellos, estaba yo. Ni Andy, ni Becky, ni Kate, ni April iban. Pero por suerte, sí iba Bill... ¿Por suerte? No era una muy buena compañía.

- ¡En marcha! -gritó la profesora y se encaminó directo al corazón del bosque.

- ¿Segura que sabe por donde va? Digo, no me quiero perder -le preguntó una de mis compañeras unos pasos más adelante.

- ¡Por supuesto que sé por donde voy! ¿Por quién me tomas? -le respondió algo molesta.

A mi lado, caminaban los chicos que habían comentado la idea de ver a Slenderman. No puede ser cierto, pensé irritada. Llevaban en manos una cámara.

Bill iba más adelante que yo, y claramente parecía no querer conversar con nadie, por lo que le dejé solo.

Seguimos un camino en el bosque y luego nos adentramos más al bosque evitando el caminito. El follaje era hermoso: había verde en cada rincón del bosque, y se escuchaba el cantar de los pájaros a lo alto de los árboles. Llegamos a una zona donde la luz apenas podía penetrar dentro del bosque, y donde los altos pinos parecían intimidar. Dejamos de pisar tierra, y llegamos al césped. Había algún que otro grupo de flores cerca de los arbustos. Una vez creí ver una pequeña ardilla subir por un pino y desaparecer en el hueco del tronco.

Habíamos sido una gran mayoría en venir a la caminata que los que quedaron en el campamento. Muchos iban haciendo algún que otro chiste. Uno se puso a corretear a una ardilla regordeta, pero no la alcanzó. Otros se empujaban, se tiraban bichos entre ellos, le llenaban de piedras las mochilas a otros, etc.

De pronto, se escuchó un trueno en el cielo. Paramos un segundo, mientras que la profesora intentaba descifrar al cielo, y luego habló.

- Será mejor que volvamos. No me gusta para nada esta tormenta.

- Deberíamos habernos quedado en casa -comentó uno.

Y entonces, comenzó a llover. La mayoría se escandalizó y la profesora dijo que trotaramos hasta el campamento.

Iba detrás de ellos, cuando mi mochila se enganchó con una rama sobresaliente y se rasgó por completo. Hay no. Intenté recoger todo, y ahora me arrepentía de haberme comprado una mochila lujosa pero inservible y haber traído un montón de cosas a una simple caminata.

Miré a lo lejos en busca de mis compañeros, y casi se veían, perdiéndose entre los árboles.

- ¡Esperenme! -grité, pero mi voz fue apagada por un trueno. No iba a dejar todas mis cosas ahí.

N/A

Quería agradecerles a todos los que leyeron y leen mi historia. Con el simple hecho de que la lean soy feliz ( ˘ ³˘)❤