Capítulo 9

3.4K 152 3
                                    

Thomas no se había movido de lugar. Y yo tampoco. Nos asesinabamos mentalmente con la mirada. Sonó el timbre y los alumnos se fueron al pasillo y a sus respectivas clases. Pero ni Thomas ni yo nos percatamos.

- Bueno, señor Reed -dijo la profesora Carter-, tendremos que hablar sobre su exposición muy seriamente -levanté una comisura de mis labios, en forma de burla. Lo iban a castigar.- y también usted señorita Hudson.

Se me borró la sonrisa de la cara y miré incrédula a la profesora. Antes de poder siquiera quejarme, ya se había ido.

- ¡Imbécil, idota, bastardo, maldito sea! -tras cada palabra, me tomaba un momento para patear la puerta de una cabina de baño.

- Quinn, cálmate -me pidió dulcemente April.

- ¡Es que no puedo! ¡Van a castigarme por algo que no hice! -el odio floreció de nuevo en mí. Eso me impulsaba a golpear con más fuerza la puerta, hasta que se dobló un poco.

Me giré y fui a verme al espejo. Kate y April estaban sentadas en el lavamanos.

- Mira, estas hecha un animal -dijo April, bajándose y arreglandome el pelo. Eso me tranquilizaba.

Se abrió la puerta del baño y Becky entró, con mirada cautelosa.

- ¿Quinn? La profesora Carter te busca.

- Mierda -revolee los ojos.

De camino a la oficina del director me encontré con Thomas, que también iba de camino allí. Nos paramos a escasos metros de distancia, mirándonos con odio. Movi mi cabello a un costado con la mano, y con gracia me encaminé primera a la oficina.

Entré a la oficina. La profesora Carter y el director Wright estaban allí, esperándonos. Vi a Thomas entrar.

- Bueno, profesora Carter, la dejo con sus alumnos -dijo el director y se fue, cerrando la puerta a su paso.

La profesora hizo una señal para que nos sentáramos en las sillas que habían frente al escritorio del director. Ella se sentó en su sillón de cuero marrón oscuro.

La oficina no era tan grande. Habían sofás detrás de nosotros, con una mesita de café y una biblioteca contra la pared. A nuestra izquierda había una gran ventana con cortinas azules. Las paredes eran blancas y el piso de madera caoba. El escritorio estaba atiborrado de papeles, lápices, sellos y  cartas. Detrás del sillón del director había un cuadro de honor a su nombre. Unos archivadores estaban a nuestra derecha. El lugar de por si era aburrido y estresante. No tenía vida.

- Bien, chicos -empezó la profesora, uniendo sus manos-, es obvio que entre ustedes hay una... -buscó la palabra adecuada- Rivalidad evidente -Thomas y yo nos miramos por unos segundos-. Sin embargo, me gustaría saber a qué se debe... Se debe a una broma, o... Seguro seréis ex novios.

- ¡¿Qué?! ¿Está loca? Jamás sería novia de un bruto como él -dije ofendida. Esta señora estaba loca.

- Hay que estar ciego para fijarse en una chica mimada como ella... Un intento de Barbie fallido.

Lo mire con odio. Si las miradas matasen...

- Bueno, no hace falta comentar que es más que obvio que se odian. Aunque, ¿saben? Del odio al amor hay sólo un paso, como dicen -Tanto Thomas como yo miramos a la profesora Carter como si estuviera loca. Ella solo nos miró entornando los ojos y frunciendo el ceño-. Creo que ya tengo el castigo perfecto para los dos.

- Antes que nada, yo no hice nada, profesora. Sería usted muy injusta si me castigara a mi también -dije en mi defensa.

- Si, pero a ésta enemistad hay que arreglarla. Y no bastará con una simple disculpa -nos miró con detenimiento-. Van a hacer un trabajo sobre Romeo y Julieta, hablando del relato, de los personajes de la historia... En fin, un informe completo. Lo espero a fin de mes.

- Pero...

- No quiero excusa alguna. En mis clases se sentarán juntos y escribirán él informe entre los dos. No quiero trampas.

Se levantó de la silla del director y se  fue, dejándonos solos.

- Gracias, ¿eh? -le dije mirándole con el ceño fruncido.

- No es mi problema que me castiguen por algo que pienso y se -dijo como si no le diera mucha importancia.

- ¿Porqué dijiste eso sobre mi? ¿Qué te hice, Thomas? -le pregunté, hablándole muy en serio.

Él solo me observo a los ojos sin apartarlos, se levantó y se fue. ¿Cuál es su problema?

Cuando salí de la oficina del director, me fui directo a clase de Biología, pero en el camino me encontré con una escena que no me esperaba para nada.

April y Dimitri Boyd estaban hablando solos en el pasillo. No parecía que peleaban. Si no, más bien, que hablaban como si hubieran sido amigos toda la vida.

Tosí con fuerza, y dejaron de conversar para mirarme. Los ojos de April se abrieron como platos.

- Qu... Quinn -tartamudeó.

- ¿De qué me perdí? -le pregunté sonriendoles falsamente. April conocía mi sonrisa.

- Sólo hablábamos de...

- De la tarea de Química. Es muy difícil -intervino Dimitri. Lo mire fríamente ¿no me creerá tan estúpida, verdad?

- Claro -tome del brazo a April y la saqué de allí a las rastras.

N/A

*El de la foto es: Dimitri Boyd*

Maldita PerraWhere stories live. Discover now