6.

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Lydia había pensado mucho en lo que le había dicho Allison la mañana anterior. Apenas disfrutó del resto del día, pues su cabeza no paraba de darle vueltas al asunto; no sobre sus sentimientos, que ya eran innegables, sino más bien sobre cómo actuar a continuación. No coincidió con Stiles en la actividad de la tarde, cosa que agradeció porque de ninguna manera habría podido fingir que no le pasaba nada teniendo la cabeza al borde de la explosión.

Tras hacer una lista mental de los pros y contras de contarle a Stiles lo que sentía por él, Lydia llegó a la conclusión de que no existía ni una sola ventaja. Él estaba con Malia, se querían. Confesarle sus sentimientos no cambiaría las cosas, en todo caso arruinaría su amistad, y Lydia ya había visto lo que había sido alejarse de Stiles. La última vez se habían distanciado sin ninguna razón aparente, pero esta sería una razón de peso para que Stiles ya no se sintiera cómodo a su alrededor. No estaba dispuesta a arriesgar su amistad. Definitivamente, nada bueno podía resultar si le contaba la verdad.

Este era un nuevo día y había decidido que todo seguiría como si nada hubiera pasado. Seguiría actuando con Stiles como lo que eran, mejores amigos, y no dejaría que nada arruinara lo que ya tenían. Malia había salido, así que se metió en la ducha y, para su sorpresa, al salir tenía un mensaje del chico.

"Te recuerdo que te debo una tarde por la ciudad, pero, ya que hoy no hay nada planeado con los ingleses, ¿te parece si lo transformamos en un día por la ciudad?"

En seguida le contestó: "¿Qué pasa si digo que no?", pero ya se estaba vistiendo para la ocasión.

"No se puede rechazar un plan con Stiles Stilinski". A Lydia se le dibujó una sonrisa tonta en la cara cuando leyó ese último mensaje.

-Olvídate, Lydia -se dijo. -Nada de sonrisitas pensando en él, eso no va a ayudar a que desaparezcan tus sentimientos. Solo sois amigos.

Stiles llamó a la puerta de su habitación diez minutos después. A la chica le costó mucho ahogar la voz interior que le pedía que saltara a sus brazos, así que se limitó a sonreír y saludar.

Pasaron toda la mañana paseando por las calles, contándose todo lo que se habían perdido el uno del otro en las últimas semanas. Recordaron momentos vividos y rieron hasta no poder más. Recorrieron los caminos de Hyde Park y, cuando sus pies les rogaron por un descanso, alquilaron una barquita para pasar un rato en uno de los lagos del parque.

Stiles remaba, Lydia estaba sentada enfrente de él y lo miraba en silencio, pero con una pequeña sonrisa.

-No te herniarías por ayudarme, lo sabes, ¿verdad? -insinuó el chico.

-Me gusta verte remar, estás muy guapo -dijo Lydia, y en seguida se mordió la lengua.

Lo había dicho sin prestar atención, porque era realmente lo que le estaba pasando por la cabeza en ese momento. Stiles dejó de remar por unos segundos, y se quedó mirándola como si intentara descifrar la expresión de su rostro. Lydia sabía que la forma en que se había callado de repente la podría delatar, pues ese comentario lo podría hacer cualquier mejor amiga, pero ella se había cortado y, seguramente, hasta sonrojado. Sin embargo, Stiles no pareció entenderlo.

-Por favor, soy Stiles Stilinski, me paran por la calle para recordarme lo guapo que soy -bromeó.

Se levantó de la barca para hacer el tonto y presumir de cuerpo. En un momento, fue a pisar y se tropezó con el bolso de Lydia, que estaba en el suelo, así que, ahogando un pequeño grito, cayó al agua. Lydia no pudo aguantar la risa. El lago no era muy hondo, así que el chico se puso de pie y le extendió la mano a su amiga para que le ayudara a volver a subir. Lydia se la dio y, en seguida, él tiró de ella, de modo que acabaron los dos en el agua.

Lydia gritó, pero no pudo evitar caer encima de Stiles y acabar totalmente mojada. Sus caras estaban a apenas cinco centímetros de distancia y tuvo que hacer un gran esfuerzo por no acariciarle los labios con los suyos. Pero Stiles estaba con Malia, no con ella. Eran mejores amigos; no podía besarle, así que se apartó, incómoda. Evitó mirarle porque sabía que se había sonrojado.

-No te habrás enfadado, ¿verdad? -le preguntó el chico. -Tú has sido la que se ha reído primero.

Lydia esperó que el color rojo de sus mejillas se hubiera esfumado y se giró hacia Stiles.

-Te has caído al agua, creo que con eso vale la pena -rio.

Salieron del parque empapados, pero contentos. Hacía mucho que no lo pasaban tan bien.

Can't fight this feeling || StydiaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon