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Acababan de subir al avión rumbo a Inglaterra. Los estudiantes de último curso del Instituto de Beacon Hills siempre hacían un viaje de intercambio, y este año les tocaba a Lydia y a sus amigos cruzar el charco por siete días.

Stiles se había sentado junto a la ventanilla, a su lado estaba Malia, su novia desde hacía unos meses, y al lado de esta, Isaac. Lydia también iba en la ventanilla, pero en la fila de detrás: puestos a ir de carabina, prefería que fuera de Scott y Kira que de Stiles y Malia.

Últimamente estaba muy rara; no aguantaba verlos tan acaramelados y más de una vez se había sorprendido a sí misma poniendo los ojos en blanco cuando Stiles y Malia se besaban o mostraban demasiado afecto en público. Sabía que se debía a que, hasta el momento en que empezó a salir con Malia, Stiles y ella eran inseparables, un equipo, pero ahora la había dejado a ella, su mejor amiga, en segundo plano para prestarle toda su atención a su novia.

Los oyó reírse por una broma que había hecho Stiles y la chica no pudo evitar pensar que ella también quería a alguien que la hiciera reír de esa manera, una pareja como la tenían sus amigos. Lydia nunca había tenido ningún problema con las relaciones esporádicas, los rollos de una noche, pero en esos momentos sentía que necesitaba a una persona que estuviera con ella, que la hiciese reír, que la conociera mejor que nadie, en quien pudiera confiar plenamente. En definitiva, que la quisiera de verdad.

Era la primera vez que Stiles viajaba en avión, así que, cuando comenzaron a sobrevolar Reino Unido, no paró de comentar lo pequeñas que se veían las casas y las calles.

-Me encantan los aviones, aquí no nos puede alcanzar ninguna criatura sobrenatural - comentó Stiles. -A menos, claro, que la criatura en cuestión tenga alas, en cuyo caso ya no estaríamos a salvo en ningún sitio. Quizás en el mar...

Lydia se rió para sí con el comentario de su amigo. Tenía cada ocurrencia que lo hacían único.

Finalmente, divisaron el Big Ben a lo lejos y Lydia tuvo una idea. Se acercó a la butaca de delante, donde estaba sentado su amigo, y le habló por el lado de la ventana.

-Stiles, prométeme una cosa -dijo mientras el aludido se giraba hacia ella. -Prométeme que, como mejores amigos, pasaremos al menos una tarde juntos por la ciudad para ponernos al día de todo lo que ha pasado en las últimas semanas.

Stiles se mostró sorprendido, pero en seguida le puso su mejor sonrisa, esa que tanto le gustaba a ella.

-Lo que sea por mi mejor amiga.

De repente, las palabras "mejor amiga" le pegaron una patada a Lydia en el estómago. No entendía por qué le habían sentado así, teniendo en cuenta que ella sabía perfectamente que eso era lo que había entre ellos, una mejor amistad. Además, había sido ella misma la que había usado esas palabras hacía unos segundos. Decidió no prestarle más atención y olvidarlo, contenta por la promesa que le había hecho Stiles.

Nada más aterrizar y recoger sus maletas, subieron todos a un autobús que los estaba esperando para llevarlos al albergue donde iban a pasar la próxima semana. Se estaba haciendo tarde, así que conocerían a los ingleses de intercambio al día siguiente.

Las habitaciones eran dobles, y Scott no tardó ni un segundo en preguntarle a Kira si compartían una. Para sorpresa de Lydia, Stiles se lo pidió a Isaac en vez de a Malia. Si aquello molestó a la coyote, no dio muestras de ello, así que las dos chicas se acomodaron en la habitación que les habían asignado. Sin embargo, en cuanto hubieron acabado de deshacer las maletas, Malia le dijo a Lydia que se iba a ver a Stiles.

-No me esperes despierta -anunció mientras salía por la puerta.

La pelirroja puso los ojos en blanco, para variar, y decidió salir de la habitación a dar un paseo por el barrio. Tenía la sensación de que el viaje no había empezado demasiado bien, pues se sentía sola mientras sus amigos estaban en la cama haciendo a saber qué. Le hubiera gustado poder hablar con alguien. Pensó en Isaac, pero no tenía tanta confianza con él como para contarle todo lo que pasaba por su cabeza, así que lo descartó. Sabía lo que necesitaba, más bien a quién. Necesitaba a Allison. La echaba muchísimo de menos.

Can't fight this feeling || StydiaWhere stories live. Discover now