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Me dirigí rápidamente a nuestro salón de inglés. Por suerte, no compartía esa clase con Jun Seo o con Mandy; pero sí con Sun Hee. Tomé asiento, esperando encontrarla pronto, pero todo lo que vi fue a un cansado Jung Kook entrar por la puerta.

—¿Puedo tomar este asiento? —me preguntó educadamente. Asentí, aún concentrada en encontrar a Sun Hee.

Al cabo de unos minutos, la vi en la puerta, siendo despedida por un feliz Tae Hyung que le daba un apasionado beso en los labios. Jung Kook se percató de que observaba algo y siguió mi mirada. Su expresión no cambió para nada, pero la mía se endureció de tal manera que sentí que mis dientes se quebrarían en cualquier instante.

Sun Hee entró al salón, totalmente embobada, y nos vio a Jung Kook y a mí juntos. Su ceño se frunció ligeramente y se acercó a nosotros. Sin dirigirle la mirada a Jung Kook en ninguna ocasión, empezó a hablar.

—Si no es mucha molestia, ¿podrías, por favor, permitirme este asiento? Me gustaría hablar de algo importante con mi mejor amiga.

Jung Kook la miró por un largo rato sin responder. Ambas nos percatamos de su silencio y lo enfrentamos. Jung Kook suspiró.

—Claro —respondió finalmente. Ambos intercambiaron asientos; Jung Kook sentándose frente a Sun Hee, y ella a mi lado.

Tuve que tomar un fuerte respiro antes de hablar.

—Hola —le dije a Sun Hee con una leve sonrisa—. Yo... Tenemos que hablar.

—Lo sé. ¿A qué no sabes lo que pasó? —preguntó. Pude notar cómo Jung Kook ponía atención a nuestra conversación, mientras fingía leer una novela en inglés—. ¡Tae Hyung me invitó a pasar el rato en su casa mañana en la noche! —chilló Sun Hee. Por suerte, no había nadie más en el salón para escucharla.

Jung Kook y yo nos tensamos al mismo tiempo.

—Emm, Sun Hee, yo... Hay algo que quiero decirte —le dije en voz baja.

—¿Ocurre algo? —me preguntó con una expresión de preocupación en su rostro.

—Yo... No sé cómo decirte esto, pero, hoy en la mañana vi a Tae Hyung con alguien. —Su rostro se oscureció al instante. Continué—. Él saludó a una chica y la... —Me detuve de repente. Sun Hee parecía desesperada.

—¿Y la qué, Young Mi? —preguntó en voz alta.

—Él la besó. Dos veces.

Silencio. Sun Hee mantenía su mirada fija en el escritorio. Jung Kook seguía leyendo su libro, y yo me sentía completamente apenada por tener que confesarle a mi mejor amiga que su novio la estaba engañando.

Después de unos minutos, Sun Hee volvió a hablar.

—¿De qué estás hablando, Young Mi? —dijo en un tono sombrío. La enfrenté de inmediato—. ¿Cómo puedes decir algo así cuando Tae Hyung estuvo conmigo hoy esta mañana? Él no sería capaz de hacer algo así; tú lo sabes. Es muy dulce y educado, y... —Una risa nos interrumpió.

Sun Hee enfrentó a Jung Kook, quien seguía tratando de ocultar su risa. Cuando le tocó el hombro para decirle algo, este empezó a reírse a carcajadas sin ningún tipo de pudor. Sun Hee palideció.

Jung Kook se fue volteando poco a poco, enfrentándonos y tratando de recuperar el aire.

—¡Por Dios, Sun Hee! ¿En serio crees que Tae Hyung es tan inocente y fiel como para estar solo contigo? —preguntó Jung Kook con sorna.

—¡Cállate! —le gritó Sun Hee en respuesta—. ¡No tienes idea de lo que dices! ¡De seguro estás solo y resentido, y por eso quieres arruinar mi relación; justo como todo el mundo en esta puta escuela!

—¡Hey! Detente ahí. ¿Yo? ¿Arruinar tu relación? ¿Crees que eres tan importante como para que todos anden pendientes de que estás saliendo con el tonto más tonto de toda la secundaria?

—Young Mi siempre ha dicho que él es uno de los chicos más amigables que ha conocido, ¿no es así? —Sun Hee me miró. Absolutamente, habría dicho hace unas semanas. Pero ahora... todo era diferente. Empezaba a notar que, tal vez, Jung Kook y los chicos de la escuela conocían otra faceta de Tae Hyung que pasaba desapercibida para chicas como Sun Hee y yo.

—Yo... —titubeé. Sun Hee me miró ofendida por unos segundos.

—Sí. Estoy seguro de que Tae Hyung es el chico más amigable de toda la secundaria. Tan amigable que le hace favores a Mandy prácticamente a diario —dijo Jung Kook de repente. El rostro de Sun Hee se congeló y lo observó en silencio.

—¿Qué acabas de decir? ¿Ma... Mandy? —tartamudeó Sun Hee.

Jung Kook la miró fijamente con una expresión indescifrable.

—Sí —dijo finalmente. Sun Hee me miró de repente; lágrimas empezaban a brotar de sus ojos. Jung Kook me dio una mirada fugaz, y Sun Hee salió disparada del salón, mientras el profesor Lee y el resto de los estudiantes llegaban para iniciar la clase.

Esa mirada © ➳ Park Jimin || Esa mirada #1Where stories live. Discover now