Capítulo 53.

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Daniel

Nada más bajar a la planta principal, me dirijo al jardín con Martín en brazos para reunirme con Luke, Miriam, Lucía y Jesús, que están sentados hablando entre risas.

—¿Y Lorena? —pregunta Lucía cuando llego a ellos.

—No se encuentra bien, se ha echado un rato —contesto dándole un aspito a Martín—. ¿Y Lucas?

—Con mi padre, Manuel y Rodri —sonríe Luke señalándoles—. No sé qué narices hacen, pero parece que lo pasan bien.

Asiento sonriente al ver cómo mi hijo se ríe a carcajada limpia y me concentro en la conversación que mantienen mis amigos durante unos minutos.

—Voy a subir a ver a Lore —informo dejando a Martín en brazos de Miriam—. ¿Les echáis un ojo?

Todos asienten en respuesta y subo a nuestra habitación preocupado. Nada más abrir la puerta, me encuentro a Lorena tumbada en la cama boca arriba, con los ojos cerrados y las manos en la frente.

—Cariño, ¿qué tal estás? —susurro sentándome a su lado y acariciándole la pierna con delicadeza.

—Mareada —contesta en apenas un hilo de voz—. Y tengo mucho frío.

—¿Frío? —me extraño tocándole la frente—. Tienes fiebre, Lore. ¿Por qué tienes fiebre?

—No lo sé, no me regañes —se queja apretando los ojos con más fuerza.

—No te regaño, cariño —susurro acomodándole la almohada para que se incorpore—. Vamos al baño a mojarte la frente, ven.

—¿No puedes ir tú solo?

—¿Y entonces cómo te mojamos la cara? —sonrío de buen humor, ayudándola a levantarse—. Vamos, cariño. Despacito, yo te ayudo.

—No puedo —sentencia con una mueca de dolor, llevándose las manos al vientre.

—¿Te duele la tripa? —pregunto poniéndome cada vez más nervioso—. Nos vamos a urgencias, Lore.

—Dani, que no puedo —repite agarrándome con fuerza del brazo y comenzando a llorar.

—Vale, vale, vale —murmuro volviendo a dejarla en la cama—. Lore —la llamo al ver que no dice nada más—. ¿Cariño? —me preocupo zarandeándola—. ¡Lorena! ¡Mierda! —exclamo perdiendo los nervios.

Antes de hacer nada abro la ventana de la habitación, que da al jardín y busco a mi familia con la mirada.

—¡Lucas! ¡Sube echando hostias! ¡Ya! —ordeno desesperado, llamando la atención de todo el mundo y provocando que Luke entre corriendo en casa—. ¡Jesús! ¡Papá! ¡Quiero a todo el mundo fuera de mi casa! Se acabó la fiesta —sentencio antes de cerrar la ventana con fuerza.

—¿Qué cojones ha pasado? —pregunta Luke cuando entra en la habitación y ve el panorama.

—Le dolía la cabeza, y la tripa, y estaba mareada, y... tiene fiebre, hemos ido a mojarle la frente, pero... —explico de carrerilla mientras él se acerca a ella para comprobar que solo está inconsciente—. No sé qué ha pasado.

—Hay que llamar a una ambulancia —ordena con calma, mirando a Marcos, que está parado en la puerta de la habitación preocupado—. Que no suba nadie y que no cunda el pánico, no queremos que la prensa se entere de nada.

—Dani, relájate —dice Marcos mientras marca el número de Emergencias—. Lore va a estar bien, ya viene la ambulancia de camino.

—Baja y pon orden —decide Luke mirándole—. Despeja la casa, ya, y haz pasillo para que pueda pasar la ambulancia al jardín. No queremos que la saquen de casa en camilla, no queremos hacer portadas con esto. ¿Estamos de acuerdo?

Asiento en silencio y le cojo la mano con cariño a Lore. Que Luke esté tan tranquilo ayuda, porque él sabe muchísimo de medicina y estas cosas, así que si no pierde los nervios es porque realmente sabe que no está tan mal como podría.

—Lore se va a poner bien, colega. No te preocupes —susurra poniéndole un paño de agua fría en la frente a mi novia y mirándome convencido.


Siempre Tú II [RESUBIDA]Where stories live. Discover now