Capítulo 9.

11.5K 461 19
                                    

Lorena

-¡Silencio! -grita Dani después de sentarnos.

Le miro sorprendida ante la potencia de su voz, y se crea un silencio sepulcral mientras todas las miradas se posan en nosotros dos. Después de soltar un suspiro y tranquilizarse, agarra mi mano por debajo de la mesa y se dispone a hablar.

-No nos vamos a mudar a ningún sitio -informa nervioso-. Vamos a seguir viviendo en nuestra casa. Solo llevamos viviendo ahí un año, no vamos a irnos.

-¿Entonces? -pregunta mi madre descolocada.

-Entonces lo que venimos a deciros es que Lorena está embarazada -sonríe mi novio ampliamente-. Y no os hacéis una idea de lo que nos ilusiona la idea de que vamos a ser padres.

-¡Voy a ser tío! -exclama Miguel poniéndose de pie y dándome un abrazo-. ¡Hermanita! ¡Que vas a ser madre! ¡Con este! -grita de buen humor mientras señala a Dani-. ¡Te va a descalabrar al niño!

-Apoyo su teoría -murmura Lucas después de solar una risa-. ¿No había uno mejor, Lore?

-Eso quiere decir... -empieza a decir Eva con una sonrisa-. Que vamos a ser abuelos. ¡Abuelos!

Momentos después, todo se vuelve un caos. Nuestros familiares gritan, brindan y nos agobian sin dejar de abrazarnos y de darnos besos. La verdad es que me tranquiliza que se hayan tomado tan bien la noticia, de veras os digo que temía que el embarazo no cayese bien.

-¿De cuánto estáis? -pregunta Manuel padre con una sonrisa.

-Dos meses -informo viendo cómo se acerca a darme un abrazo.

-Vais a ser unos padres increíbles, cariño -susurra sin soltarme-. Qué suerte va a tener ese bebé con vosotros.

Sonrío sin poder evitarlo al escucharle y me vuelvo a sentar en mi silla mientras miro a Dani feliz. ¿Sabéis esa sensación que se siente cuando miras a alguien y sabes que lo estás haciendo bien? Pues con él me pasa algo así cada vez que nuestras miradas se cruzan.

-¿Y vosotros cuándo tenéis pensado animaros? -pregunta Eva mirando a Lucas y a Jesús.

-No jodas, mamá. Nosotros queremos vivir un poco más -ríe mi cuñado pasándole un brazo por los hombros a Lucía-. Dani siempre ha sido muy precoz.

-Sí, nosotros más bien lo mismo -carcajea mi hermano mirando a Miriam-. Si viene un embarazo, bienvenido será. Pero si podemos elegir... con 22 años preferimos seguir disfrutando la vida.

-Espero que sea un niño -dice Miguel mirándome-. Así podré llevármele a correr a la pista de motos conmigo. Voy a ser el tío más guay del mundo.

-Ponte a la cola, colega -ríe de nuevo Jesús-. Lucas y yo te vamos a hacer la competencia.

-Si es niña también podrás llevártela a las motos, no seas sexista -sentencia Lucía mirándole-. Ojalá venga una niña.

-Niño o niña, no va a ir a las motos. Ve olvidándote -dice Dani serio-. Yo también quiero una niña -sonríe haciéndole un guiño a Lucía.

-Yo creo que es un niño -vacilo chocándole los cinco a Jesús, que en seguida me lleva la razón.

-Confío en que le llaméis Lucas -bromea mi hermano mayor después de beber de su copa.

-No nos hemos puesto a pensar nombres, ni siquiera conocemos todavía su sexo -carcajea Dani cogiéndome la mano-. Pero... cuando teníamos diez años te prometí que cuando tuviera un hijo le llamaría Lucas en honor a mi mejor amigo, y yo siempre cumplo mi palabra.

-¿Y no crees que en el nombre de nuestro hijo yo también tengo derecho a opinar? -me ofendo mirándole-. Menos mal que Lucas me parece un nombre precioso.

-Ya tenemos demasiada repetición de nombres en esta familia, sed un poco más originales -ríe Juan Carlos padre-. Todavía tenéis muchos meses para pensarlo.

La conversación se alarga un buen rato más, hasta que Dani consulta su reloj de muñeca y me da un toquecito en la pierna.

-Tenemos cita en el ginecólogo, tenemos que irnos -anuncia poniéndose de pie-. Ha sido un placer comer con vosotros, familia. Chicos, acordaos de que mañana vamos a la piscina de bolas -sonríe mirando a Rodrigo y a Manuel-. Y tú acuérdate de pasarme lo de Italia, que tengo que firmarlo esta noche -ordena mirando a Lucas-. Nos vemos, familia.

Después de despedirnos, salimos de casa y nos montamos en el coche para ir a la consulta del ginecólogo. Hemos decidido venir a uno que nos han recomendado que tiene su despacho en Sevilla capital. Dicen que es el mejor de la ciudad, así que vamos a probar con él a ver qué tal se da.

-¿Quieres agua? -pregunta Dani después de comprarse una botella en la máquina, sentándose a mi lado en la sala de espera.

-Por favor -sonrío quitándosela de la mano.

-Lorena Martínez -me llama el doctor desde la puerta de la consulta-. Vaya, un Oviedo. Hace un rato se ha marchado la mujer de Carlos Baute, mi despacho acabará siendo exclusivo para vips -ríe de buen humor-. Contadme, ¿en qué puedo ayudaros? -pregunta después de sentarse en su mesa.

-Está embarazada -sonríe Dani sentándose en una silla-. Y nos han dicho que eres el mejor y el más íntegro de Sevilla, así que venimos a confiarte la noticia y el seguimiento.

-Lamentablemente, pocas personas son capaces de resistir a no recibir un cheque de cinco cifras a cambio de algo de información -sonríe mirándonos-. Me llamo Antonio, es un placer que hayáis decidido confiar en mi criterio y profesionalidad. ¿De cuánto estás?

-Ocho semanas y media -contesto sonriente.

-Genial, pues túmbate en esa camilla que vamos a echar un vistazo a ver qué se cuece ahí dentro -ríe poniéndose de pie-. Súbete la camiseta.

En seguida me pone el gel en el vientre y empieza a pasar la máquina, haciendo que la pantalla se torne de blanco y negro y la miremos interesados.

-Aquí hay algo que no está bien -sentencia Antonio totalmente serio, provocando que los dos le miremos preocupados.

Siempre Tú II [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora