8. MY DAY IS BETTER BY MOMENTS...

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Mientras me dirigía a la sala de ordenadores me topé con Rick y Glenn, los cuales iban con las toallas. Yo les mandé una mirada asesina mientras que Glenn le dio un beso al aire. Seguí caminando hasta llegar a la sala de ordenadores, donde Jenner estaba explicando el procedimiento de la transformación. Yo me uní a la explicación, ya que no tenía nada más que hacer. Cuando esta acabó, nos sentamos todos en las sillas de alrededor de la mesa, aguardando por los que quedaban. Empezaron a hablar de cosas sin sentido, como si el apocalipsis ya no existiera, como si hubiera desaparecido. Yo simplemente observaba todo lo que había a mí alrededor, topándome, de pronto, con un reloj que iba marcha atrás. No sé porque, pero eso no me daba muy buena espina.

- Ya tardabais.- dijo Andrea muy sonriente mirando hacia uno de los laterales. Por ahí llegaban Rick, Glenn y Daryl, los tres con el pelo mojado. Yo miré a Daryl, quien después de unos segundos observándolo me miró. Yo le sonreí maliciosamente y él negó con la cabeza. Al final se había duchado. Glenn y Rick se sentaron a mi lado, mientras Daryl se sentó delante de mí, al lado de Carol. Jenner trajo unas botellas de vino, vasos y la comida. Nadie se lo pensó dos veces y nos servimos. Todo el mundo estaba comiendo y bebiendo, había que aprovechar la oportunidad que teníamos de poder comer en condiciones. Todos empezaron a hablar entre ellos, incluido Daryl. Yo no hablaba, simplemente comía. Una vez acabé volví a llenar el vaso de vino, me lo bebí y me levanté.

- Permiso.- Salí de la sala y fui buscando un lugar tranquilo, donde poder relajarme sin nadie que moleste. Abrí una de las puertas, encontrándome con una biblioteca. El sitio ideal. Entré en esta y observé las estanterías. De repente se iluminó la cabeza y empecé a buscar un libro en particular. Y lo encontré. Lo cogí y me dirigí al puff que había en la entrada.

Empecé a leer el libro, metiéndome en la piel del personaje principal: David Gurney, el mejor detective del mundo, al cual, aun estando retirado, le encargan casos en los cuales tendrá que dejarse la piel para resolverlos junto con la ayuda de su inteligente mujer, Madeleine.

Seguí leyendo hasta que escuché la puerta abrirse.

- Hey.- dijo Daryl entrando a la biblioteca.

- Oh, hola.- dije poniendo un trozo de papel como punto de libro y cerrando el libro.

- ¿Por qué te has ido?

- No soporto estar tanto tiempo en una mesa rodeada de tanta gente, me resulta algo incómodo. ¿Y tú? ¿Por qué me has venido a buscar?

- Bueno..., creo que prefiero estar contigo antes de estar con ellos. Eres más consciente de lo que está pasando y estás más preparada.- dijo mientras miraba el libro entre mis manos- ¿Qué lees?

- Oh... Em... Se llama "Nunca confíes en Peter Pan", es de la saga de "Sé lo que estás pensando". Dos de ellos me los leí antes de todo esto y... bueno... supongo que nunca viene mal continuar algo. O al menos intentarlo.

- Supongo que eras una gran lectora antes de... esta mierda.- dijo sentándose a mi lado. Yo le miré y sonreí.

- Fiel lectora y escritora.

- ¿Escribías?

- Sí, y no sabes cuánto añoro ese tiempo libre.- dije sonriendo mientras recordaba esos días no tan lejanos.

- A mí también me gustaba leer, aunque la mayoría del tiempo lo pasaba en el bosque con mi hermano. Para mí el tiempo libre no existía. Siempre era cazar, cazar y cazar.

- Oh... Eso suena... algo estresante.

- Dímelo a mí...- hubo un corto silencio, pero no fue incómodo- Joyce... perdón por... apuntarte con la ballesta y amenazarte, me puse muy nervioso y...

- Nah, da igual. No importa. Después me salvaste la vida, así que...

- Ya...- Daryl suspiró- ¿Crees que esto durará? Quiero decir... ¿Crees que esto es seguro?

- Bueno... No creo que dure mucho, no me acabo de fiar de ese tal Jenner. Pero por otra parte creo que por esta noche estará bien.

- Menos mal.

- ¿Menos mal? ¿Qué quieres decir con eso?

- Alguien que piensa igual que yo. Todos los demás piensan que esto es lo más seguro, que aquí van a pasar todo el tiempo, que van a encontrar la solución al apocalipsis cuando no es así.

- Ya... Bueno... Creo que tienen demasiadas esperanzas en este sitio.- Daryl suspiró.

- ¿Qué es eso?- dijo señalándome la espalda.

- Ah, unos de los muchos tatuajes que tengo. De hecho es mi favorito.- dije sonriente.

- ¿Puedo verlo?- me preguntó con una mirada curiosa. Yo asentí y me levanté dejando el libro donde anteriormente estaba sentada. Daryl también se levantó. Me levanté la parte de atrás de la camisa, dejando el tatuaje al descubierto.

- Son alas, el ala derecha es de ángel, y la izquierda de demonio. Siempre me lo quise hacer. Representan que el lado bueno y el lado malo de las cosas siempre tienen algo en común.

- Es jodidamente precioso.- dijo pasando su mano por el tatuaje. Mientras lo hacía, me entraron escalofríos. Cuando quitó su mano, me bajé la camisa lentamente y me giré, quedando frente a frente con él. Él me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

- Mi día mejora por momentos...- susurró. No sé qué pasó, pero en unos instantes estaba entre sus brazos, o mejor dicho, él estaba entre mis brazos. Daryl tardó en corresponderme al abrazo, pero lo hizo. Nos separamos, yo me mordí el labio y de repente la puerta se abrió, dejando ver a un sonriente Carl.

- Hola pequeño.- dije abrazándole.

- Joyce, Daryl, ¡papá y mamá me han dejado que duerma con vosotros esta noche!- dijo emocionado.

- ¡Qué bien! Lo vamos a pasar en grande.- le contesté sonriente. Miré hacia Daryl, quien observaba la escena con una pequeña sonrisa.- Carl, ves y abraza a Daryl.- le susurré al chico. Este asintió e hizo lo que le dije. Al principio, Daryl estaba algo confuso, pero luego lo abrazó. Yo contemplaba esa escena con ternura, era bonito ver como Daryl abrazaba a Carl. El pequeño vino hacia mí y depositó un pequeño beso en mi mejilla antes de irse dando saltitos.

- ¿A qué ha venido eso?- preguntó.

- Se lo he dicho yo.

- ¿Por qué?

- Porque me ha venido en gana.- dije pareciendo estar seria, aunque no duró mucho, ya que me empecé a reír.

- No tienes remedio...

- No creo que lo tenga.- dije

- Creo que deberíamos ir yendo a la habitación ya.

- Sí, vamos.- emprendimos el camino hacia la habitación. Por el camino íbamos hablando y riendo. Cuando llegamos, no había nadie, así que nos tumbamos los dos en mi cama y seguimos hablando hasta que llegaron Rick y Glenn junto con Carl, le cual se tiró sobre nosotros.

- Auch, como pesas.- le dije. Carl solo se rio y se bajó de mi cama para ir corriendo a la de Daryl.

- Hey, esa es mi cama.- dijo.

- ¿Puedo quedarme esta cama y vosotros dormís juntos?- preguntó inocentemente Carl. Daryl y yo nos miramos.

- ¿Por qué?- pregunté.

- Porque yo no puedo dormir acompañado. No estoy cómodo. Y los únicos que dormís solos sois vosotros.- dijo haciendo puchero. Daryl y yo nos mirábamos confundidos, mientras Rick y Glenn miraban la escena con diversión.- Además, ya estáis los dos en la misma cama.

- Pero...- dijo Daryl.

- Está bien. Pero solo lo hago por mi querido Carl.- dije ganándome la sonrisita de Carl.

- ¡Bien!

- Pero con una condición chaval: hay que dormirse ya.- dijo Daryl. Carl asintió y se tapó con las sábanas. Todos hicimos lo mismo y nos pusimos cómodos. Cuando ya estaba a punto de dormirme, noté que alguien me abrazaba. Daryl. Yo me acerqué más a él, dejándole más facilidad para abrazarme y logrando así quedarme dormida, no sin antes pronunciar unas últimas palabras.

- Mi día mejora por momentos...

The End {Daryl Dixon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora