Capítulo 38.

10.1K 412 61
                                    

Daniel

—Te estoy empezando a coger manía —susurro mientras Martín me mira enfadado—. Ya no eres mi favorito.

—Daniel, no le digas eso a tu hijo —me regaña Lorena apareciendo por la puerta del salón y dejando a Lucas en el suelo—. ¿Es que tienes tres años?

—Date cuenta cómo me está mirando. A mí: a su padre —me ofendo sin dejar de mirar a Martín—. Que cara de hijo de puta tiene.

—¡Daniel! ¡Deja en paz a tu hijo! —exclama entre risas, cogiéndole en brazos.

—Este de mayor nos va a traer problemas, acuérdate de lo que te estoy diciendo —aviso dándole el chupete a Lucas—. Mucho carácter tiene para ser tan pequeño.

—Qué manía le has cogido —murmura Lore con seriedad.

—¡Es que es un egoísta! ¡No me deja darte besos! Le das más mimos a él que a mí —me molesto jugando con un peluche de león.

—¿De verdad tienes celos de tu hijo? —ríe Lorena dejándole otra vez en el suelo.

—No tengo celos de mi hijo.

—Sí los tienes, cariño —sonríe acercándose a mí y sentándose en mi regazo—. Y no deberías tenerlos —susurra besando mi cuello lentamente.

—Lore, aquí no —niego cuando su boca sube a mi mandíbula y sus manos recorren mi camiseta—. No con los niños delante.

—He pensado... —murmura contra mi oído, provocando que un escalofrío me recorra todo el cuerpo—. Esta tarde podrías acompañarme a comprar ropa interior mientras dejamos a los niños con tu hermano y... quizá esta noche te pida opinión para saber cómo me queda —vuelve a murmurar, esta vez bajando su boca a la mía.

—¿Ropa interior? —pregunto sonriente, llevando mis manos a su cintura—. ¿Me dejarás elegir el conjunto?

—Hoy te dejo elegir todo a ti —asiente rozando mis labios intermitentemente—. Todo.

—Nos vamos —decido poniéndome de pie rápidamente—. Vamos, sube a vestirte mientras yo llamo a Jesús.

Después de reír y darme un pico, Lorena sale del salón y yo miro a Martín desafiante.

—Jódete, que me la voy a follar —susurro con una sonrisa malévola.

—¿Qué es lo que le acabas de decir al niño, Daniel? —pregunta Lorena desde la puerta, notablemente cabreada.

—Que más le vale no llorar —miento mordiéndome el labio inferior, a lo que sonríe de buena gana y se acerca a besarme con necesidad.

Siempre Tú II [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora