Capítulo 7

252 30 0
                                    

Ya es Viernes otra vez. Me llega un mensaje de un número desconocido:

"—Hola Dylan, soy Iker. Le he pedido tu número a Daniela.
Hola, no pasa nada. ¿Como estás?

Bien ¿y ?
Bien.
Por cierto, después van a venir Daniela, Hugo y Valeria a mi casa que se van a quedar a dormir. ¿Quieres venir y quedarte tu también?
Si claro. ¿A qué hora?
A las cinco y media más o menos.
Vale yo a esa hora voy.
Vale aquí te espero. Chao.
Chao."

Son las tres y media. Salgo al salón. Me doy cuenta de que mi madre no está en casa. Le escribo un mensaje:

"Mamá, ¿Dónde estás?"

Me responde a los cinco minutos.

"—Estoy en casa de abuela. Hoy me quedaré seguramente aquí porque ella está mala. En la cocina tienes comida para cenar y desayunar mañana.

Te iba a decir que hoy me quedo en casa del nuevo vecino, Iker, que me invitó a quedarme con Hugo, Valeria y Daniela.

Ah vale, pues mejor. Mañana cuando te levantes seguramente ya estaré en casa.

Vale, mañana nos vemos.

Pasatelo bien, te quiero."


Se me hacía raro escuchar a mi madre decir te quiero. Ella es cariñosa pero no suele decirlo.

Pasa una hora y ya casi son las cinco. Preparo la maleta con el pijama, cepillo de dientes, calcetines para dormir con ellos por si hace frío, cargador del móvil, las llaves... Creo que lo llevo todo, bueno no pasa nada, vivo a dos pasos.
Me empiezo a vestir para no llegar tarde. Tengo un poco de hambre así que me hago un poco de café con leche y unas tostadas con mantequilla y  mermelada.

Ya son las cinco y media. Salgo de mi casa y me aseguro de tener las llaves que es lo más importante. De todas formas lo tengo todo.

Llego al portal de Iker y toco el telefonillo.

—¿Si? —dice Hugo.
—Soy Dylan, abre.
—Voy.

Al subir veo a Hugo y Daniela. Valeria no ha llegado.

—Hola —digo mientras les saludo —¿Dónde está Iker?
—En el baño duchándose, ahora sale.
—Ah vale.

Cuando sale del baño, me saluda con una sonrisa y con la mano. Huele bastante bien.

—Dios, ¿Cómo se llama tu colonia? —le pregunto
—No lo sé, me la regalaron —contesta mientras sonríe. Al rato sonrío yo— ¿Y Valeria?
—Está en la casa terminando de preparar las cosas, ya sabes como es —dice Hugo—. Por cierto Iker ¿Dónde nos vamos a quedar a dormir?
—Nos quedaremos en la habitación de mis padres  que es grande, y traemos mi cama que es de matrimonio a la otra habitación.
—A mi me da igual con quien quedarme— digo.
—Si quieres tu te quedas con Hugo, y Daniela y yo con Valeria.
—Vale.

Llega Valeria a los diez minutos y le comentamos que tiene que dormir con Daniela e Iker. No le importa.

Cuando ya es de noche dice Iker:

—¿Les apetece ver una película?

Nos miramos todos y asentimos.

—Tengo una de acción guapísima, si quieren la ponemos —dice.
—Vale —contestamos los demás a la vez.

Cuando nos ponemos en el sillón a Daniela se le antoja ponerse con Valeria, como siempre. Así que se ponen ellas dos juntas, Hugo al lado, yo en el centro e Iker en la esquina derecha del sillón, la verdad es que es bastante grande por lo tanto no estamos incómodos.

La película está interesante, cuando de repente, noto algo grande y redondo caer en mi hombro derecho. Es la cabeza de Iker, se ha quedado dormido. Está muy gracioso la verdad. Hago un gesto a los chicos para que lo miren y nos reímos. El ruido de las risas lo despierta. Cuando se percata de que esta acostado en mi hombro, me mira y dice sonrojado y con voz vergonzosa:

—Lo siento.
—No pasa nada, puedes continuar —digo mientras me río. Me mira avergonzado y con los mofletes rojos. Le doy un golpecito en el hombro en señal de cariño y sonrío. El lo hace y se ríe también.

Al rato, nos vamos a la habitación a hablar y jugar a a las cartas. Lo hacemos por equipos de dos, ya que Daniela no sabe jugar a casi nada y según ella, quiere mirar y aprender. Por lo tanto cabemos en una cama. Iker y yo nos pusimos en frente el uno del otro, y Valeria y Hugo igual entre ellos. Daniela está sentada en la silla del escritorio apartada, la verdad es que parece una niña solitaria ahí, me río bastante al verla así. Al mirarme sabe el por qué lo hago y sonríe ella también, acercándose con la silla.

Después de varias partidas, ya tenemos un poco de sueño pero seguimos hablando en la misma posición de antes. Cuando me doy cuenta, están todos dormidos. Hugo y Valeria, con la cabeza hacia un lado, Daniela en la silla e Iker está a mi lado, soñando, en mi hombro otra vez. La verdad es que no me importa, es más, me gusta, tiene el pelo suave y al tocarme la cara me relaja.

—Buenas noches dormilones —les digo sin esperar una respuesta.

Una y otra vez.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon