Capítulo 10

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Flashback:
El pelinegro ya no podía más, el deseo lo había nublado.

-Eres una maldita perra!! .- El pelinegro azotó las nalgas de la chica hasta dejarlas coloreadas de rojo.

-Eres una perra tan provocadora! Joder!!. -replicó éste y una vez más, seguidamente el pelinegro azotó las nalgas de la chica con sus manos, fuertemente. Esas cosas a ella la ponian caliente. La chica se sostenía de su cuello mientras sus piernas rodeaban la cintura de éste, el pelinegro comenzó a mover su pelvis con mayor fuerza hundiéndo la palpitante erección que habia provocado la chica, en su húmeda entrada, satisfaciendo las ganas que sentían ambos..

-Ahh!.. ahh!.. no pares! No pares Billy!! .- La chica gemía a gritos colmada de placer y el pelinegro la embestía con mayor fuerza y rudeza una y otra vez. La chica gritaba el nombre del pelinegro con desesperación mientras éste la embestía con fuerza e intensidad cada vez más y más, se oían los golpeteos de su pelvis chocando de manera continúa, penetrando en el interior de la chica. Luego la tomaba de los muslos apretandolo con ganas, moviendose frenéticamente sin detenerse. Los senos le rebotaban por el impulso. La boca del pelinegro deseosa se encontró con éstos lo cual se apoderó rápidamente saboreando gustoso la rugosidad de los pezones erectos. Juntos comenzaron a sentir la culminación de dicho acto, sentian explotar en cualquier momento, la chica no paraba de gemir alto a causa de cada estocada, juntos sintieron orgasmo apoderándose de sus cuerpos. El pelinegro se corrió fuertemente en el condón que se encontraba dentro del interior de la chica, sintieron sus respiraciones entrecortadas apoderarse de ellos.

Fin del flashback.

Pasados los minutos estaba caminando hacia un taxi el cual me dirigió hasta mi casa; al llegar me sorprendió mi mascota, saludándome con felicidad, percibí lo mucho que me había extrañado por lo que me quedé acariciándolo un rato. Papá estaba esperándome en la cocina con una taza de café caliente, me conocía bastante bien! Así que lo abracé fuerte y le sonreí amplio pero ..quedaba una parte de mí que debía contarle lo sucedido allí en el bar así que fingí una sonrisa para pasar desapercibido.

Narra Tom:

Al ver la pantalla mi teléfono, veia que tenia varias llamadas y mensajes como así mensajes de voz, era Melany. Así que la llamé por mera curiosidad

-Al fin te dignas!. -Dijo gritándome. Estaba enfadada conmigo. No me convenía que lo esté, su cintura y sus piernas me mataban.

-Ya estoy de regeso, preciosa. -Le había dicho calmado. Con voz seductora. -¿Qué significa eso? .- Seguía enfadada. Me lo veía venir pero no olvidemos algo. Ella no era mi novia.

-Vente conmigo ésta noche ¿Qué te parece preciosa? .- seguía seduciendola por el móvil.

- ... .- No escuchaba ninguna respuesta.. se habia quedado ¿muda?

-¿Preciosa? .-Mi tono de voz había cambiado, estaba calmado. O tal vez la mandaría a la mierda si me reprochaba algo.

- Está bien. - se oía desde el otro lado. Eso había sonado como un ¿ suspiro?

- Te pasaré a buscar. ¿Qué opinas?.

-Dentro de media hora estaré lista. -

-Alli estaré, preciosa. Mi voz seductora la había atrapado.

. -Ok.- luego de aquella última palabra de ella, corté.

Estaba viajando de regreso, me la había pasado bien y los chicos me iban a acercar hasta donde yo vivia. Llegue a mi casa, no había nadie. Siempre era lo mismo, siempre era igual. Me duché.

Me dirigí hasta donde Melany en mi audi. cuando la vi salir , ella lucía muy sexy.... sus curvas estaban bien formadas, sus grandes melones me volvia loco. Traía un vestido negro algo ajustado, su cabello suelto y sus labios rojos. Jamás fantasee tanto con ésa cintura tan delgada y esos gluteos apetecibles, bien marcados. Al entrar a mi casa, hice lo de costumbre me quite el abrigo lo deje en el perchero y las llaves en la mesa. Ella pasó lentamente, llevaba tacones. Así que no soporté deleitarme con simplemente verla, cerré la puerta tras ella y la acorrale contra la pared y luego lleve mis manos hacia su esbelta cintura. Ella rodeó mi cuello con sus brazos, me miraba con cierto grado de excitación y sus labios me estaban tentando. Aquellos labios rojos y carnosos y no pude soportar más sin probarlos. Sin dudarlo rocé mis labios y metí mi lengua en su boca a más no poder y ella también metía su rica y apetecible lengua en mi boca, juntos entrelazamos las mismas hasta acalorarnos. La miré separándome a cierta distancia. Tomé ambas manos suyas por las muñecas y las presione en la pared arriba de su cabeza. Noté sus hermosos ojos perfectamente delineados, luego solte sus brazos para poder disfrutar de la textura de su suave piel. Una de mis manos descendieron..acaricié una de sus piernas que tenía alrededor de mi cadera, volvi a besar sus labios pero mis manos se metieron hasta acariciar su trasero el cual estruje con ganas. Ella soltó un jadeo y sin más me encamine a mi cuarto. Llegamos hasta la cama donde le pedí que se recostara. Me quite la camisa trate de abrir sus piernas pero el vestido no me dejó así que lo subí pasando mis manos por sus piernas ella las abrió y me dejo acomodarme entre éstas. Apoyé mis brazos al costado de su cabeza y la bese de nuevo; subí un poco su espalda para desabrochar su vestido y subirlo para quitarselo por completo. Lo hice, pude observar sus pechos redondos y bien formados frente a mí a lo que me acerque a ella nuevamente y bese sus labios bajando por su rostro y cuello hasta sus pechos mientras bajaba su sostén. Al hacerlo no me pude controlar. Comencé a besar sus pechos, sus pezones se endurecían entre mi boca y podía sentir la punta de estos en mi lengua. Mis manos bajaban por su espalda, se metían inconscientemente entre su panty. Ella jadeaba descontrolada y comenzaba a desprender ella misma su sostén para aventarlo lejos. Comencé a quitar su panty deslizandola por sus piernas que anteriormente me habían matado. Éstas quedaron abiertas completamente ante mi rostro lo cual observé su ya humedecida feminidad, pase mis manos desde sus tobillos hasta su cadera, para poder inclinarme más cerca. Bajé mi rostro para llegar a su sexo y hundí mi rostro entre sus piernas para poder deleitarme con su humedad, también le acariciaba un poco con mis labios, la oía gemir de placer. Me separé de a poco mirándola y sonriendole de lado, me encantaba ver su rostro, me gustaba que fuera yo quien la haga gemir una y otra vez. Ahora la acariciaba con una de mis manos y deslizaba ésta en vaivén por su ya humedecida femineidad. Ella comenzó a gemir y gritar y mas, se removía y arqueaba la espalda moviendo su cadera en busca de más contacto, me pedía más mientras yo la miraba desde arriba. Luego tomó un condón, lo abrió y me pidió colocarlo. Baje mis pantalones junto con mi boxer, metiendome entre sus piernas. Acepté gustoso. Ella lo tomo con su mano lo deslizo desde la punta hasta la raíz y luego subió sus manos rozandolas suavemente por mi miembro y las paso por mi abdomen hasta mi pecho. Rápidamente me pegue al cuerpo de ella y la acosté en la cama antes de penetrarla debía detenerme. Comence a jugar con ella rocé la punta de mi ya endurecido miembro por su clítoris y ella soltaba gemidos, a lo que me excite más y baje un poco hasta su ya humedecida entrada. Comencé a penetrarla suavemente pero sólo la punta. Me encantaba hacerla desear. Notaba su rostro deseoso y lujurioso pedirme más a lo que rápidamente la embestí con rudeza de una estocada. Soltó un gemido alto y luego comencé a moverme dentro y fuera de ella cada vez más.. Ella no dejaba de gemir y gritar cuando la embestía cada vez mas duro, mas adentro de ella. Me excitaba tanto oírla, yo gemía arqueando mi espalda y ella me estaba dando suaves rasguños por la misma. Ambos jadeamos de placer ya mi miembro estaba totalmete mojado por su humedad. La embestía profundamente mientras le besaba el cuello, dejaba marcas y le mordía gruñendo. Juntos sin saberlo ya habíamos logrado el orgasmo. Noté a ella encurvandose un poco sobre la cama y clavando sus uñas en mi espalda. Salí de ella para quitar el condón, me acosté otra vez pero a su lado algo cansado. Que morena candente. Sentía mi respiración subir y bajar, me había dejado exhausto pero algunos vagos pensamientos se cruzaron por mi mente. Así que me me hundí entre ellos un momento.

"-qué miras?

-¿Te gusta lo que ves? " Nunca me habían llamado la atención los hombres. ¿Deberia llamarle? ¿Yo? Me vería como desesperado. No me apetecía andar tras de alguien a menos que sea sólo para tener sexo. Sus tatuajes eran extraños pero se apreciaban demasiado bien en la luz tenue de aquél apartado. Su piel blanquecina me incitaba y provocaba. Pero es un hombre y me tienta, me provoca con el sólo pensarle. Me negaré a llamarle. Que lo haga él!. Le haré desear. Me encantaría ver su rostro de frustración, su actitud, su enojo hacia mí. Su actitud.. me encantaría poder provocarle de ésa manera.

El Capitán [Versión extensa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora