Untouchable Player (Yeongyu)

020

Miro a Taehyun y él me hace un pequeño movimiento de cabeza que interpreto como una estupidez y, por una vez, no creo que esté dirigido a mí.

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"Mis padres van a salir a cenar. ¿Nos vemos en mi casa lo antes posible?"

Corro a la parada del autobús, con la esperanza de no haberme perdido uno. ¿Cuánto tarda la cena? ¿Una hora? ¿Dos horas? Espero que hayan ido a uno de esos sitios de lujo donde tardan una hora entre platos y es una comida de cinco platos.

Habían pasado al menos cuarenta minutos cuando llego a casa de Beom. Casi esperaba que su madre abriera la puerta y me preguntara qué demonios hacía allí.

Afortunadamente es Gyu, con jeans y un suéter gris fino, con rizos desordenados enmarcando su rostro.

Vamos directo a su habitación y Beom me besa antes de que pueda decir algo.

—Oye..—dice mientras se aleja.

—Hola.

Se ríe. Qué lindo...

Me agacho para besarlo de nuevo y me acaricia los brazos.

—Levántame a la cama—dice.

Hago lo que me pide. Es mucho más ligero que mis compañeros cuando me entretengo levantándolos en el hielo. Pero es más fácil levantar a la gente cuando no tienes la polla tan dura que te duela.

Le beso el cuello y la parte del hombro que sobresale del suéter. Ojalá pudiera tomarme mi tiempo y hacerlo todo muy despacio. Provocarlo hasta que no aguante más. Pero no sé cuándo volverán sus padres, así que no tenemos mucho tiempo.

Le beso el suéter y lo levanto para alcanzar su vientre desnudo antes de pasar mis labios sobre el botón de sus jeans.

—Yeon—me jala la camisa para llamar mi atención y lo miro—. Quítame los pantalones antes de que me corra..

Me deslizo de nuevo hasta sus labios y le desabrocho los vaqueros antes de bajárselos. Esta vez me arrodillo y se los quito por completo. Sus pies descalzos son adorables y se ríe cuando beso uno.

—No, tengo cosquillas.

Tengo que evitar hacerle cosquillas como lo haría con un compañero de equipo.

Engancho mis pulgares en la cinturilla de su ropa interior y le pregunto si puedo quitársela.

Él asiente.

—Dime.

—¿El equipo de hockey tuvo que ver un vídeo sobre el consentimiento o algo así?

Sonrío, pero no me echo atrás. Sí, quiero su consentimiento, pero también quiero saber que él lo quiere, que me quiere.

—Dime.

—Sí—dice—puedes quitarlos, por favor.

Ese por favor me mata.

Le bajo los pantalones cortos de un tirón y su polla se suelta. Beom se incorpora y me rodea la cintura con las piernas mientras me besa.

—Tu turno.

—Quítate la camisa primero, quiero verte..

Beom me mira entre pestañas y creo que va a decir que no. Quiero recordarle que ya lo he visto y que me gustó lo que vi, pero entonces se quita el suéter por la cabeza y se recuesta para que pueda observarlo mientras me desvisto, sintiendo su mirada penetrante todo el tiempo.