Él no tiene idea de lo que está haciendo y tengo que decirle todo, desde la posición de sus pies hasta su postura.

—Agáchate, así —le digo, poniendo las manos en su espalda a través de la chaqueta. No le voy a decir que se la quite, ya parece estresado—. Y trae el bate hacia atrás así. Bien, ahora da un paso a la derecha y espera la pelota.

Tenerlo tan cerca me hace poder oler el champú de su ducha. Siento la silueta de su cuerpo a través de su chaqueta. Me detengo un segundo...Le pongo la mano en los hombros y lo pillo mirándome de reojo.

Bajo las manos y le digo que se prepare.

Beom parece aterrorizado, y cuando la pelota viene hacia él, en lugar de golpearla, deja caer el bate y salta para esquivarlo.

—Lo siento—dice.

Me eché a reír a carcajadas.

—Gyu, ¿nunca has hecho esto antes?

Él asiente: —Hace años, con mi padre y Soobin, yo también era terrible en eso.

Parece tan triste que parece que voy a gritarle.

—Escucha, Gyu —regreso y le pongo las manos en los hombros para que levante la cabeza y me mire— No tienes que ser bueno, no se trata de eso. Lo importante es divertirse.

—¿Cómo puedes decir eso cuando literalmente practicas deportes de manera competitiva?

Me encojo de hombros y bajo las manos—No juego béisbol competitivo. Y tú tampoco.

Beom mira hacia atrás al bate en el suelo.

—¿Quieres intentarlo otra vez? Tenemos veinte minutos más, tómate tu tiempo.

Él frunce el ceño y es gracioso lo conflictuado que parece al tomar el bate de béisbol.

Cuando lo coge, celebro por dentro. ¿Qué demonios le pasó para que le tuviera tanto miedo a los deportes? Supongo que si su padre se parecía al mío cuando me enseñaba cosas así, pues sí, lo entiendo. Al menos se me daban bien estas cosas. No me imagino lo cabreado que se habría puesto mi padre si se me hubiera dado mal o no hubiera mostrado interés y hubiera preferido leer un libro.

En cierto modo, consigue la postura que le enseñé y esta vez, cuando la pelota le llega, no suelta el bate ni sale corriendo. Tampoco le pega, pero no importa.

Él me mira y debo estar sonriendo como una idiota, porque él sonríe.

—Te dije que era malo en esto.

—Lo tienes, vamos, ahí viene otro.

Esta vez, le pega a la pelota. No le pega justo en el lugar correcto, no va muy lejos ni hace un ruido muy satisfactorio, pero le pega y eso es una mejora. La siguiente es mejor, y ahí está ese golpe sordo y la pelota casi llega al otro lado de la jaula. Cuando Beom me mira de nuevo, está radiante y mi corazón empieza a latir con fuerza.

—Eso fue... bastante divertido en realidad.

—¿Por qué suenas tan sorprendido?—Me río.

Estamos esperando el autobús de vuelta a casa y empieza a hacer frío y a oscurecer. Beom tiene las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta y tengo que resistir la tentación de rodearlo con el brazo para calentarlo.

—Es que los deportes nunca han sido realmente divertidos para mí.

Él mira sus zapatos y espero a ver si dice algo más.

—De niños, papá nos llevaba a todas las jaulas de bateo, pistas de hielo, campos de fútbol, a donde fuera, buscando el deporte en el que éramos mejores. Soobin era bastante bueno en todo, pero el hockey era su mayor fortaleza. Y Yo... —Beom sonríe, pero la sonrisa no le llega a los ojos— Era pésimo en todo. Soy descoordinado y no soy atlético. Se me daba mal jugar en equipo...

Untouchable Player (Yeongyu)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon