La Propuesta/ Serie de boda

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Ignazio:

Venecia, Italia era el lugar mas hermoso que podía existir y que tu novio te pidiera que lo acompañaras a unas vacaciones allí, era aun mas emocionante que conocer a la Reina. Viajar en una góndola al lado de Ignazio, mientras escuchabas al señor que remaba cantar, era simplemente. Era algo soñado. De echo te pinchabas varias veces el brazo para saber si estabas despierta o no. Quisieras quedarte así, en su mundo pero el se aleja de ti y te mira nervioso tomando tus manos. "Tenemos que hablar, te tengo que decir algo" lo miras aun mas nerviosa. "No me digas que organizaste todo esto solo para decirme que quieres deshacerte de mi?" Ignazio comienza a reír por tus ocurrencias y empieza a negar repetidas veces. "Entonces amor?" acaricias su mejilla y el levanta su mirada, sus ojos hoy tienen un brillo tan especial que te hace sonreír y sentir tu corazón latir a mil por hora. "Llevamos, amm... cuantos años saliendo?" "3 años" dices casi en un susurro inaudible. "Así es 3 años y 5 de conocernos, aunque siento que llevo como mil años junto a ti y créeme que viviría una eternidad mas." comienzas a reír gracias a los nervios, aprietas sus manos. "Cuando te conocí sabia que serias alguien especial en mi vida por eso te evitaba tanto pero llego un momento en el que ya no pude mas y me tuve que armar de valor para pedirte que fuéramos algo mas que amigos. Has llenado mi vida de una luz espectacular, no me imagino un solo día sin ti." sonríe y acaricia tu nariz. Aprietas tus ojos gracias a su contacto y cuando los abres lo ves hincado frente a ti, sosteniendo una caja de terciopelo azul. Miras directo a sus ojos y los ves llorosos haciendo que los tuyos estén igual o peor que los de el."Quisiera pasar contigo toda mi vida, descubrir cosas a tu lado, aprender lecciones de tu mano, perderme en tus ojos todo el día, ser esclavo de tus labios y sobre todo ser el dueño de tu corazón. Me permitirías serlo?" Sientes que tu sangre se va a tus pies y no reaccionas, su mirada insistente te hace volver a la tierra y te avientas a tu lado, haciendo que la góndola se mueva de un lado al otro. Lo abrazas y comienzas a llorar en sus brazos, diciendo "Si" muchas veces.


Piero:

Era su cuarto aniversario, las cosas iban muy bien entre ustedes. Piero te había pedido que lo acompañaras a una cena importante que tenia esa noche, no te dio muchos detalles mas te pidió que te vistieras hermosa. Después de arreglarte, bajaste las escaleras de tu departamento y viste a tu novio, tan guapo como siempre, esperándote. "Listo?" te acercaste rozando tus labios con los de el. "Nací listo." tomo tu labio inferior entre los suyos y te beso un rato antes de irse. En el camino, comenzaste a contarle chistes que habías leído una noche anterior. El reía a carcajadas mientras tomaba tu mano y manejaba al mismo tiempo. "Donde va a ser la cena?" preguntaste inquieta, ya llevaban un buen tiempo viajando. "Me harías un favor" lo miraste sin entender, asentiste y te dio un pañuelo. "Confías en mi?" "C..claro pero..?" "Confías o no?" "Si." "Entonces ponte eso, anda..." acaricio tu rodilla y lo obedeciste. Después de revisar que no hicieras trampa, se estaciono en un lugar y te ayudo a bajar. Te hizo subir a algo y sentiste como ibas subiendo, en tu mente pensabas que ibas en algún elevador o algo así pero cuando llegaron a su objetivo, descubriste que no. Estabas en el Villa Ducale, donde hace mas de 5 años lo habías conocido. En lugar de tener la clásica banquita, había una mesa para dos. Con velas y vino. Te ayudo a sentarte, como todo un caballero y después se sentó frente a ti. "No es justo.." dijiste después de un buen tiempo de observar a tu alrededor. "Que no es justo amor?" tu corazón empezó a latir muy rápido, a pesar del tiempo no se acostumbraba a escuchar palabras así. "Todo esto, tu organizaste todo esto por nuestro aniversario y yo, pues solo te hice el desayuno y..." "Me regalaste esta hermosa camisa y el saco, así que no te quejes." lo miraste y notaste que llevaba puesto el conjunto que le habías regalado esa mañana. "Te parece si empezamos por el postre?" levantaste tu ceja izquierda y el río algo nervioso. "Te gustara lo prometo, además tengo ganas de hacer las cosas diferente" Movió un poco los platos en la mesa y te acerco un plato que contenía un delicioso mosse de chocolate. Mordiste la fresa que lo decoraba y comenzaste a comerlo hasta que sentiste algo duro. Miraste a Piero, que te miro confundido ante tu mirada y tomaste una servilleta. Sacaste lo que tenias en la boca y descubriste que era un plástico en forma de anillo. Tu corazón estaba apunto de explotar. "No es una idea muy original, pero me pareció perfecta." Lo miraste y comenzaste a sentir como tus ojos empezaban a llorar. "Hace varios años atrás, el destino nos puso juntos en este mismo lugar" Lo miraste atónita. "Es el mismo?" "Así es, me encargué de buscar el numero. Soy muy atento" comenzaste a reír y el tomo tus manos, entre las suyas. "Desde que me convertí en tu amigo, supe que eras diferente pero no lo aceptaba y no fue hasta que todos comenzaron a decir lo bien que nos veíamos juntos, como mis ojos brillaban de tan solo mencionar tu nombre, no fue hasta esos momentos que me di cuenta que estaba perdidamente enamorado de ti." Acaricio tu mejilla y sonrío dándole un beso a tu nariz. "No quiero pasar ni un solo minuto lejos de ti, quiero despertar y ver tu carita, quiero dormir y sentirte a mi lado. Quiero vivir mi vida contigo y me encantaría que..." No lo dejaste terminar y lo besaste. "Acepto" Comenzó a reír y saco el anillo verdadero, para después ponértelo dándote repetidos besos. "Nunca me dejas terminar, tampoco me dejaste terminar cuando te pedí que fueras mi novia" "Y tienes suerte de que no trajera mi cámara" "No te preocupes, ya me encargue de eso" besaste sus labios una vez mas y el te miro. "Bailaría conmigo esta pieza, futura Sra. Barone?" "Pero no hay música, Sr. Barone" "Nuestros latidos, son la melodía perfecta." aceptaste su mano, y te atrajo a el sonriendo. Sin duda había sido una de las mejores noches de tu vida.


Gianluca:

Como cada jueves, era noche de juegos. Cada jueves escogían un juego de mesa, Monopoly, Life, Clue, y siempre dejaban Scrabble para otro día para no quedarse dormidos a la mitad del juego. "Porqué tenemos que jugar Scrabble?" Le preguntaste a Gianluca mientras preparaban el juego, por alguna extraña razón Gianluca quería jugar hoy. "Porque ya jugamos todos, solo nos falta este." Dijo mientras preparaba todo el juego. Se sentaron en extremos opuestos de la mesa y empezaron el juego. Una hora después le ibas ganando. "Por esto no querías jugar Scrabble? Para no humillarme de esta manera?" Preguntó riendo mientras tu ponías una palabra de 35 puntos en el tablero. "Te juro que no sabía que era tan buena." Te defendiste. Era ahora el turno de Gianluca, y después de 3 minutos en los que Gianluca no sabía que palabra poner, te estabas desesperando. "Voy a hacer palomitas." Dijiste levantándote de tu silla y dirigiéndote a la cocina. Metiste la bolsa al microondas y pocos segundos después el olor a mantequilla llenó la casa. "TU TURNO!" Escuchaste gritar a Gianluca. Cuando estuvieron listas las palomitas las vaciaste en un tazón y regresaste al juego. "Ok, que palabra pusis-" Te detuviste al ver algo extraño en el tablero. La palabra AMOR se conectaba con la última que tu pusiste, solo que en vez de ver una "O" viste un anillo. "Gianluca, que es esto?" Tomó tus manos por encima de la mesa y te vio directo a los ojos. "Sabes que ésta es la noche de juegos número 30? Y si le sumamos todos los jueves que no eran 'noche de juegos', son 156 jueves que hemos estado juntos. Porque recuerdo perfectamente el día en el que te pregunte si querías ser mi novia, era un jueves, y como los jueves al parecer son especiales, que mejor día para decirte lo mucho que te amo? Que mejor día para pedirte que así como llevamos 156 jueves juntos, vivamos otros mil de esta manera? (T/N), te casarías conmigo?" Con lágrimas en los ojos asentiste, y Gianluca deslizo el anillo por tu dedo. Jugar Scrabble nunca volvió a ser lo mismo.

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