Azul [JaeyixSeulgi]

Cap 11

La volvió a doblar y está vez la guardo con miedo.

... 

La tarde parecía igual que siempre. Las luces del cuarto encendidas a media. Pero algo no estaba bien. Lo había sentido desde hacía días. Y aunque Jaeyi se repetía que era su imaginación, cada vez que Seulgi evitaba sus ojos o se tardaba más en responderle los mensajes, el nudo en su pecho se hacía más grande.

Esa noche, Seulgi estaba sentada en la cama, mirando su celular sin ver realmente nada. Jaeyi salió del baño, se secó el cabello con una toalla y se le quedó viendo.

—¿Te pasa algo? 

—No —dijo Seulgi, sin apartar la mirada del teléfono.

Jaeyi se acercó. Se sentó junto a ella. Apoyó su cabeza en su hombro.

—Últimamente estás... lejos.

Seulgi cerró los ojos un segundo. No podía mentirle, pero tampoco quería empezar una conversación que no sabía cómo terminar.

—Solo estoy cansada Jay

—¿Cansada de mí?

Seulgi giró la cabeza nunca se cansaría de ella, pero antes de responder, Jaeyi se le adelantó. La tomó del rostro con ambas manos y la besó con fuerza. Fue un beso urgente, casi desesperado.

—Dime qué hice mal —susurró Jaeyi contra sus labios—. Porque lo que sea... lo puedo arreglar.

Seulgi intentó abrazarla, calmarla, pero Jaeyi no se dejó. La miró directo a los ojos. 

—Sé que no soy experta en esto —dijo con voz quebrada—. Que a veces soy torpe. Pero siento que te alejas. Te beso y ya no sonríes igual. Te abrazo y pareces en otro lado. Me duele, Seulgi. Me duele no saber qué estoy haciendo mal.

Jaeyi ya había comenzado a llorar.

— ¿Ya no me quieres? ¿Es eso? ¿Vas a dejarme como todos?

Seulgi sintió que el mundo se le venía encima.

—¿Qué...? ¡No! Jay, no. Jamás dejaría de quererte.

—Entonces, ¿por qué te siento tan lejos? ¿Por qué me duele abrazarte? Ya no me miras como antes...

Seulgi respiró hondo. Sus propias emociones se apretaban en su garganta, pero no podía seguir escondiéndolas. No si eso estaba lastimando a Jaeyi.

—Porque estoy siendo una idiota —dijo por fin suspirando—. Porque estoy celosa, Jay. De Taek.

Jaeyi parpadeó, confundida.

—¿Celosa?

—Sí. Porque lo vi darte esa flor y no pude soportarlo. Porque te reías con él. Porque pertenecen al mismo mundo, y a veces siento que yo soy solo... un accidente en tu vida. Algo que no encaja.

Jaeyi la escuchó en silencio, sin interrumpirla.

—Recuerdas cómo te pones tú cada vez que me ves hablando con alguna chica?...aunque solo sea una tontería, aunque no signifique nada. Tú te molestas. Te pones rara.

Jaeyi asintió en silencio.

—Pues eso es lo que siento cuando lo veo cerca de ti. Cuando te sonríe como si tuviera derecho. Como si te conociera.

Hubo un breve silencio. 

Entonces, Jaeyi dio un paso hacia ella y le acarició la mejilla.

—No sabía que estabas celosa... —dijo en voz baja—. De verdad, no me di cuenta. Ojalá me lo hubieras dicho antes. Yo solo pensé que estaba siendo amable con él, como cuando uno quiere tener un amigo nuevo... Pero contigo es diferente, Seulgi. Muy diferente.

Seulgi la observó en silencio, sintiendo cómo su pecho se aflojaba poco a poco.

—Es que... tú me gustas tanto que a veces no sé qué hacer. Nunca me había pasado...No tengo idea de cómo se hacen estas cosas. Solo lo he visto en películas, y a veces en los dramas que exageran todo. Pero lo que siento contigo es real. Me pongo nerviosa cuando me hablas, cuando me tocas... cuando me miras así.

Hizo una pausa, bajó la vista con timidez, y luego volvió a mirarla.

—Me gusta cuando estás en los partidos, toda seria y concentrada. Me gusta cómo te queda la camiseta sudada, aunque suene raro. Me gusta cómo me abrazas en mi habitación, me gusta tu voz. Me gusta que seas tú.

Tragó saliva y rió con un poco de vergüenza. Seulgi ya estaba sonrojada también.

—Si tú no me quieres... solo dímelo. Pero si sí... entonces dime si puedo ser tu novia. Porque yo sí quiero. Mucho. Aunque no sepa exactamente cómo se hace.

El mundo se detuvo.

Seulgi la miró, incrédula.

—¿Tú... me estás pidiendo que sea tu novia?

Jaeyi desvio la mirada avergonzada.

—Tal vez lo dije mal.

—No —dijo Seulgi en voz baja tomando su mano—. Lo dijiste perfecto y perdóname por haberte hecho sentir así. No estás haciendo nada mal. Soy yo. Estaba celosa pero ya no más.

Y con una sonrisa  acercó su rostro al de Jaeyi y la besó. Esta vez sin miedo. Esta vez con la certeza de que, aunque no supieran muy bien lo que hacían, querían aprenderlo juntas.

—Y sí Jaeyi... quiero ser tu novia.

Jaeyi se rió contra sus labios, y por primera vez en días, Seulgi sintió que todo estaba en su lugar otra vez.