El balón cruzó el aire en un ángulo perfecto hasta que no lo fue.
Seulgi saltó, estiró el brazo para rematar, pero sus ojos no estaban del todo ahí. Su atención se dividía entre el juego y la chica sentada en las gradas con un libro cerrado en las manos.
Jaeyi.
La había visto apenas entrar.
Y desde entonces, todo su cuerpo parecía desconcentrado.
Por eso no pudo rematar y cayó al suelo.
Al caer, su tobillo se torció y cayó de lado.
—¡Seulgi!
La gente a su alrededor comenzó a murmurar y gritar.
—¿Estas bien?—preguntó la entrenadora.
—Si solo...
Le dolía.
No tardó mucho en que llegaran los de la enfermeria con la camilla. Con cuidado se sentó sobre esta.
Pudo ver como Jaeyi llegaba justo a su lado, como si hubiera corrido hacia ella.
—¿Te duele mucho? —preguntó Jaeyi con preocupación mientras le seguía al paso a la camilla.
—Estoy bien —respondió Seulgi, aunque su rostro decía lo contrario.
—¿Puedo ir contigo?
—Claro.
Minutos después, Jaeyi estaba sentada junto a Seulgi en la enfermería, observando cómo una venda envolvía el tobillo herido de su amiga. Lo había inspeccionando ella misma después de que la enfermera se fuera.
—No parece grave... Estarás bien en unos días.
—Eso es bueno.
Jaeyi la miró en silencio. Y de pronto se acordó de algo.
—Tenías razón.
—¿Sobre qué?
—Rosé. Hoy me dijo cosas feas por no poder acompañarla ayer... Se burló de cómo hablo… y de mis dibujos. No entendí bien, pero... no fue linda.
Seulgi apretó los labios.
—Lo siento.
—No es tu culpa. Solo no pensé que alguien que se veía tan dulce pudiera ser tan cruel.
—Así pasa —suspiró Seulgi—. A veces las personas más bonitas por fuera están podridas por dentro.
Jaeyi bajó la mirada.
—A veces quisiera entender mejor a la gente. Leerlas como los libros que escribo.
—Es normal no entenderlas, a veces ni yo me entiendo a mí.
El estómago de Seulgi rugió de pronto, interrumpiendo el momento.
—¿No has comido nada?
—Tenía partido. No me dio tiempo.
—Voy a traerte algo. No te muevas.
Jaeyi salió corriendo a la cafetería compró una bebida fría, dos bollitos de arroz y un pequeño pastel.
Subía las escaleras con cuidado cuando se detuvo.
Frente a la puerta entreabierta de la enfermería, una silueta familiar apareció.
Yeri. Quien estaba cerca de la camilla de Seulgi.
Jaeyi no alcanzó a oír mucho. Solo vio cómo Yeri, en medio de una risa se inclinaba hacia Seulgi.
Y la besó.
No fue largo, pero tampoco fue un roce inocente.
Lo que más dolió (aunque Jaeyi no sabía por qué) fue que Seulgi correspondió.
Aunque solo por un momento.
Porque después, Seulgi retrocedió, tocándose los labios como si se diera cuenta de algo.
—Yeri… esto está mal.
Pero Jaeyi no se quedó a ver más.
Solo se giró, con la bolsa aún en la mano, y bajó los escalones rápido, con un nudo en el pecho que no sabía nombrar.
...
Cuando finalmente decidió volver, Yeri ya no estaba.
Jaeyi entró con calma, ocultando cualquier expresión tras una sonrisa.
—Te traje esto —dijo, dejándolo todo en la pequeña mesa al lado de la camilla.
—Con razón te tardaste.
—Había fila. —Mentira. La tienda estaba vacía.
Seulgi pareció aliviada, pero no dijo más.
Por dentro, algo la remordía, pero no sabía cómo explicarlo.
Jaeyi se sentó en la silla mirando el suelo.
—¿Estás bien? —preguntó Seulgi al cabo de un rato.
—Sí.
—¿De verdad?
—Sí.
Otra pausa.
—¿Has tenido novio alguna vez? —preguntó Seulgi, tomando uno de los bollos.
Jaeyi la miró.
—No.
—¿Nunca?
—Nunca me ha gustado alguien así. O no me he dado cuenta. Y tú… ¿has tenido muchas novias?
Seulgi se encogió de hombros.
—Algunas. Pero siempre termino rompiendo todo. No soy buena en eso. Creo que me distraigo con facilidad.
—¿Y por qué conmigo no te distraes? —preguntó Jaeyi sin pensarlo mucho.
Seulgi se quedó pensativa. Eso parecía un coqueteo, pero viniendo de Jaeyi sabía que no tenía esa intención.
—No lo sé. Contigo… simplemente no me pasa.
Jaeyi asintió.
—Yo no sé mucho de relaciones Pero… creo que tú serías buena novia.
Seulgi giró el rostro para mirarla con sorpresa.
—¿Por qué dices eso?
Jaeyi se encogió de hombros.
—Porque me cuidas. Y me haces sentir tranquila. No sé si eso cuenta, pero... a mí me gusta.
Seulgi sonrió, un poco nerviosa. Sentía el pecho lleno de algo que no sabía cómo nombrar.
—Supongo que sí cuenta.
Y no dijeron más.
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Azul [JaeyixSeulgi]
RomanceEsta es la típica historia cliché. Jaeyi es una chica retraída. Seulgi una figura popular en la escuela. Pronto se da cuenta de que Jaeyi no es como las demás y comienza a protegerla de todos, de la maldad... incluso de ella misma. JaeyixSeulgi, fr...
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