Capítulo 29

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Narra ______

Nuestros labios se movían de un lado a otro como si estuvieran echos para que así sea. Bailaban juntos, me besaba con ternura y después se separaba un poco; pero nunca juntó mucho sus labios con los míos. Quizás por miedo a que yo le diga que los separe; que no me gustaba. Pero no era así. Mi estomago comenzó a sentir sensaciones diversas; pero una de ellas era la misma que provocaba las mariposas en mi estomago. Aquellas que quería ahogar con un vaso de agua porque el estar experimentando eso era lo más anormal del mundo entero para mi.
Me separé rápidamente de él después de varios segundos; lo admito, me dejé llevar tanto como supongo que él se dejó llevar. ¿Porque me había besado, si sabía en el fondo que sentía algo hacía él?
Quizás por el hecho de que también sentía algo por mi, pero ¿Quien podría sentir por una persona egoísta, egocentrica y que piensa que el mundo entero gira a su alrededor? El mismo lo había dicho cuando nos encontramos la primera vez, ¿Y ahora? Y ahora besaba mis labios con tanta dulzura que sentía que podía derretir el polo más congelado.
Y con la chispa de sus ojos hubiera hecho el destello más enorme que se pudiera haber echo; que con su luz ilumine el planeta completo. Y hubiera echado abajo la luna para que el mundo entero vea como podían unos simples cristales podían iluminar más que el sol, que la luna, y que toda la luz del universo. Pues su luz no era la de una fuente energética; era magia.
Y antes no creía en la magia, porque nadie nunca me había demostrado que existía; pero ahora se que existe la magia como existe la posibilidad de que mi mundo se derrita cada vez que le veo.
- Me has besado- le dije mientras apenas podía respirar. Le miraba a los ojos directamente y a veces mi mirada bajaba a su boca; me tentaba a volver hacerlo. Pero no quería; si quería, pero no podía.
El respiraba agitado. 
- Yo...- dijo con la voz cortada y agachó el rostro- perdón...
- Has dicho que me quieres...- fruncí el ceño, como si fuera el mayor de los pecados. Es que me habían dicho antes que me querían; antes, hace mucho tiempo atrás. Un chico que no fueran mis amigos.
Y ahora tenía él el encanto de venir y decírmelo de nuevo como si no significara nada, ¿Quien se creía que era? Se encontró en la peor posición cuando me di la vuelta; pues estaba segura de que él no sabía que hacer.
Me perdí en su manera de querer tomar mis manos; manera que no logró cuando lo separé inmediatamente de mi. Miré hacía otro lado intentando detener mis pensamientos y vaciar mi mente, poner blanco y nada más que blanco en ella; pero lo que menos aparecía era blanco. 
Su rostro, ¡Dios mío! sus ojos, ¿Por que tenían que ser de esa manera? ¿Por que me tenían que poner de esa manera? ¿Por que me tenía que enamorar, justo ahora, cuando no quería? ¡Y de Brad!
- Te dije que no me tomases como un raro...- se disculpó- y tu también has dicho que me quieres, chica- me miró. Tenía razón; pero no podía creerlo. Esas palabras habían salido de mi boca sin que lo piense como solía pasarme, como solía ser cada vez que me metía en un lío, y era porque no pensaba lo que decía.
Simplemente armaba una oración en mi cabeza y le ordenaba a mi boca que la diga en voz alta.
- No lo he querido decir...- repliqué. Inmediatamente alzó el rostro y asintió con la cabeza; muy tarde me di cuenta de que lo que no había querido decir realmente era eso.
¿Por que siempre tenía que meter la pata?
Sus ojos se apagaron y movió su mano por su cabello rizado desordenando algunos pelos. Suspiré frustrada esperando una respuesta que no viniera con una ceño fruncido.
Lo único que esperaba de él era que me sonriera todos los días de esa manera en la que él sabía hacer; tan solo eso y podría ser feliz por el resto de mi vida, ¿Era mucho pedir?
- Brad...
- Está bien, no tienes que explicar nada- intentó sonreír; pero sabía que la manera en la que sus mejillas subían era una manera tan falsa como todas las palabras que había escupido- ¿Sabes? Yo tampoco me lo diría, de hecho no lo dije para escuchar un yo también como respuesta...
- Brad...
- Nunca nadie me lo ha dicho de verdad, no se en lo que estaba pensando...
- Brad...
- Aun así espero que sigamos siendo amigos, esto ha sido nada más...
- Brad...
- Un descuido mío...
- ¡Brad, joder!  ¿Que no te cansarás de hablar hasta por los codos?- fruncí el ceño. Suspiró y se dio la vuelta para marchar; y esta vez fui yo quien detuvo su paso. Le di la vuelta para que me quede mirando; cara a cara.- No quiero que se enteren de esto que ha pasado, ¿Vale?
- Vale...- dijo desanimado. Seguramente pensaba que no quería que me vieran con él porque me daba vergüenza, pero vergüenza era lo que menos sentía.
Miedo quizás a perder a mis amigos; y bien por ahí dicen que los amigos duran para toda la vida, en cambio las relaciones no.
Se dio la vuelta para caminar nuevamente.
- Brad- le llamé. Se dio la vuelta y me miró intentando volver a prender esa chispa que todavía no podía iniciar- Quiero que sepas también que no me arrepiento de haberte besado- le sonreí, logrando la chispa que quería.

Believe in magic. (Adaptada) -Brad SimpsonWhere stories live. Discover now