Capítulo 6.

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Narra Brad:

La miré sonriente mientras se sentaba en la mesa.

- ¿Que? ¿Te vas a dar la vuelta y me vas a decir que crees en la magia?- rió ella. La miré de reojo; estaba balanceando sus pies de alante hacía atrás.

- Necesito creer en algo como la magia para poder respirar- le dije, mientras la miraba. Mi madre me acababa de llamar para decirme que tenía que ir al psicólogo; y tenía la cara larga porque no podía creer que después de lo que les dije ayer no tuvieran la mayor intención en hablar conmigo antes de tomar una decisión, o, darse cuenta, de que el psicólogo lo necesitan ellos.- ¿No crees en la magia tu?

- Vale, si me logras enseñar algo, comenzare a creer un poco- rió.

- Eso quiere decir que estas aceptando mi propuesta de intentar enseñarte algo- levanté una ceja, triunfador. Se estremeció en si misma y miró hacía ambos lados; cuando no había nadie alrededor no era tan molesta.

- Esta bien- suspiró, finalmente- ¿Cuando y donde?- me miró, alzando una ceja.

- Aquí y ahora- me senté en una silla, dispuesto a sacar mis libretas. Tenía una sonrisa desvanecida en el rostro; me pregunté si en su casa se comportaba de la misma manera. Quizás ella si tenía unos padres que le ponían atención.

Sin darle muchas vueltas al asunto no dijo ninguna palabra para sacar su libro de matemáticas y ponerlo encima de la mesa. Se sentó a mi lado, rozando mi brazo. Su pelo ese día estaba expresamente liso, y sabía que no era de esas chicas que se arreglaban mucho; pero siempre estaban guapas, y eso era precisamente lo que todo el colegio le envidiaba.

- Bien- suspiré, abriendo mi libro. - dame tu libreta- le pedí. Se acomodó un poco y me ña entregó.

Comencé a ojear una por una y vi que no tenía absolutamente nada escrito. La miré, frunciendo el ceño.

- No has escrito nada, no tienes ni una sola pizca de materia- le reproché. Ella se encogió de hombros.

- ¿Todavía crees en la magia?- preguntó.

- Depende- la miré. Nunca me había fijado en lo bonitos que eran sus ojos verdes si los mirabas bien, de frente; eran preciosos y sin siquiera ponerse maquillaje- ¿Estas dispuesta? ¿Te comprometes?- le pregunté. Ella suspiró; ambos sabíamos que era su última oportunidad para ser alguien; para salvar el año. La última nota era la más importante. Cerró los ojos con fuerza.

- Me comprometo- finalizó.

- Bien, hoy te dejare todas mis libretas y quiero que pases a limpio toda la materia durante esta semana- le dije, sacando todo lo que tenía en la mochila. Abrió los ojos como si fueran platos.

- ¿Toda la materia? venga Bras, ¿te has vuelto loco? Es demasiado...

- Te has comprometido ya ____, no puedes decir otra cosa- reí mientras me ponía la mochila en el hombro.

- ¡Espera un poco, hombre!- me siguió por detrás- ¿No me vas a enseñar nada?

- Claro, te he enseñado a poner atención hoy, si no pones atención en clase a partir desde mañana tendrás que estar el fin de semana copiando materia en vez de salir con tus amigos- sonreí.

- ¿Y que pasará contigo? ¿No vas a copiar nada? ¿Eres consciente de que me estoy llevando todas tus libretas?

- Tengo un borrador- sonreí- pasar materia a limpio no es un problema para mi tomando en cuenta que nunca tengo nada que hacer.

- ¿No me vas a ayudar a pasar todo esto a limpio?- se seguía quejando- Voy a estar hasta a saber que hora...

- Y por favor, haz que quede bonito, me gusta cuando escriben en verde pero si quieres ponerle rosa...como más te guste a ti. Ah y quiero que subrayes la materia importante- suspiré- que te vaya bien ____- salí por la puerta. Sentí como maldecía al cielo por tener que escribir tanta materia.

Camino a casa patee una sola piedra todo el trayecto. Intentaba formular en mi mente la apariencia de _____ cuando nadie la estaba viendo. Era insegura, poco, pero lo suficiente como para necesitar a alguien que le dijera lo preciosa que es cada día; aunque supuse que eso no le faltaba.

Era dura, pero una vez que intentabas llegar a ella y le dabas un poco de confianza sabía como devolver la jugada.

Tenía una sonrisa en el rostro que le permitía alardear sobre lo feliz que era.

¿Y yo? Yo no era nadie.

Mi teléfono comenzó a sonar nuevamente y vi el nombre de mi madre en la pantalla. ¡Joder! No quería ir a un psicólogo, porque no necesitaba uno. Lo que necesitaba era un amigo o un sitio donde escaparme.

Decidí no contestar y aguantar los gritos que vendrían después. Me detuve en un puesto de helados. Una chica delante mio buscaba en su monedero lo que le faltaba para comprar el helado.

Tenía el cabello largo y con pequeñas ondas alrededor; color rubio. Un poco mas claro que el de ____. Se dio la vuelta para recoger unos papeles y pude ver que realmente era guapa; los ojos azules y unos labios grandes. Sonreí.

- Lo siento tanto- se disculpaba con la señora. Tenía el helado ya en la mano, pero al parecer no encontraba como pagarlo. La fila de detrás se iba haciendo larga y los nervios de la chica iban aumentando a medida que la mano le temblaba por no poder encontrar un poco de dinero con el cual pagar. Miré su helado; el pequeño de quinientos. Me puse delante de ella y le pasé un billete a la señora que atendía.

- Quiero uno de 10 de chocolate- le dije, mientras la chica me miraba sorprendida- y ponga lo de ella también.

- Esta bien- suspiró, agradecida, la vendedora. Me puse a pensar en quizás cuanto tiempo ella había estado allí. Esperé que me dieran mi helado y comencé a caminar para irme a casa. No había echo nada para esperar un gracias a cambio pero sentí como alguien me tocaba el hombro, así que me di la vuelta.

- Hola- me dijo, la rubia de ojos azules. Tenía una sonrisa un poco más relajada y podía verla respirar.

- Hola- le dije de vuelta.

- Gracias por pagar mi helado yo...Soy muy boba- asintió mientras se caían sus cosas. Reí mientras le ayudaba a recogerlas- soy torpe, tan torpe- se decía a si misma.

- Todos pueden tener un mal día- le dije, dándole una mordida al chocolate del helado.

- Si.. Gracias de nuevo..

- No es nada, te notaba asustada- reímos divertidos.

- Se me cayó el dinero, estaba segura de que lo tenía- suspiró- en fin... Te lo pagaré algún día...yo...em...

- Me llamo Brad- le dije finalmente. Sonrió.

- Soy Lisa- dijo ella. - ¿Sabes? Tengo que ir a ver a mi hermana al hospital ahora pero...

- ¿Le ha pasado algo?

- No, su novio trabaja allí- rió- Pero...Quizás me puedas dar tu número de teléfono y te llamo para invitarte a tomar un helado yo esta vez, si no te molesta claro... yo...

- Esta bien- le sonreí mientras sacaba mi movil y le dictaba el número. Lo guardó y yo guardé el de ella. Se despidió de mi y se echó a correr mientras su cabello se balanceaba en su camisa rosada.

Vaya, que guapa era.

Believe in magic. (Adaptada) -Brad SimpsonWhere stories live. Discover now