Capítulo 16

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Narra Brad

Era un tonto. ¡Había desaprovechado la oportunidad para besarla! Pero me gustó como casi cae. La notaba algo nerviosa, aún más que yo, y sus mejillas estaban rojas. Sonreí para mis adentros pensando en lo preciosa que se veía de esa manera y ella sonrió cuando le dije que confiaba en ella. Quizás porque era lo único que necesitaba; que le dieran confianza, y que le recordaran que no ser perfecta está bien siempre.
Me había alegrado tanto el desahogarme con ella, por el simple hecho de que recibí protección y cariño de su parte a pesar de que quizás ninguno de los dos fuéramos conscientes del tema.
Cuando papá todavía me quería solía decir que cuando me gustase una chica, debía ser un verdadero hombre con ella, y los verdaderos hombres nunca dejan de mostrarles lo que significan realmente a pesar de que no tengan ningún poder sobre ellas, yo quería mostrarle a ella lo bonita que era siendo simple, siendo ella cuando no está con sus amigos; cuando no trata de llamar la atención, pero... ¿Por que me gustaba?
Durante un rato le estuve haciendo preguntas sobre historia; luego le hice unas cuantas de matemáticas. Ahora estaba leyendo el libro de lenguaje en la sección de debate.
- ¿Que lado te parece mejor?- le pregunté.
- A favor- contestó ella- creo que las personas son absurdas en cuanto al ir en gimnasio en coche para ocupar una bicicleta estática mientras que podrían ir al gimnasio en bicicleta y ocupar otro tipo de implementos.
- ¿Como cuáles?
- Pesas... Y esas cosas de gimnasios- rió divertida. Parecía realmente haber puesto atención; y me agradaba, más aun, el hecho de que quizás un pobre tonto como yo pudiera tener poder sobre una chica tan fantástica como ella.
Miré sus ojos y nuestras miradas se encontraron tan profundamente, como la mitad del océano más grande. No podía dejar de pensar en algo que no fuera ella y había desgastado la oportunidad de besarla; me sentía como la persona más inútil de el mundo entero.
- Pesas... Y esas cosas de gimnasios- le repetí yo- me encanta tu vocabulario- reímos juntos.
- ¡Pues gracias!- exclamó ella divertida. Un silencio se torno después de aquella risa que hacía a los pájaros cantar cada mañana.
- Hemos terminado- le dije- es todo, puedes ir a casa.
- Bien... mm... gracias por todo Brad- fue lo único que dijo mientras guardaba con completa calma sus cosas. Mi teléfono comenzó a sonar y le hice una seña de que me espere durante un rato.
Vi el nombre de Lisa en la pantalla.
- ¿Hola?- pregunté.
- ¡Te odio Brad!- exclamó ella- ¡Mis amigos te han visto paseando de la mano con una chica!
- ¿Que? ¿De que estás hablando?- pregunté confundido. _____ me miraba de reojo; pero sabía que estaba escuchando todo.
- ¡Nunca más me vuelvas a llamar! ¡Te odio! ¡Eres un tonto! Nunca me gustaste realmente Brad, ¡A quien podrías gustarle!- rió sarcástica. Fruncí el ceño confundido; no me dolían realmente sus palabras. Me había dolido lo que me había dicho ____ porque ella me importaba un poco, pero al disculparse supe que fue un impulso, y no la culpé de nada.
- ¿Te puedes calmar por favor? no sabes lo que estás hablando- le dije. Ella comenzó a gritar cada vez más, así que tuve que alejar el aparato de mi oído.
- ... Y tengo un novio que me ama, así que no te necesito- colgó. Me quedé con el teléfono allí como si no creyera lo que hubiera escuchado. Era todo; me habían usado como un trapo sucio, solo por dinero, ____ tenía razón. Notó preocupación en mi rostro, tristeza, decepción.
- ¿Estás bien?- preguntó. Alcé la mirada y esos ojos tan brillantes como siempre me hicieron sonreír un poco.
- Si chica, estoy bien, gracias- intenté sonreír. Pero ella sabía que era falsa; lo noté por como negó con la cabeza.
- No necesitas fingir conmigo Brad, créeme, sé sobre las falsas sonrisas más de lo que se sobre algún otro tema...
- Pero tu siempre sonríes...- la miré confundido. Ella lo tenía todo, no me podía imaginar que era lo que le podía faltar a aquella chica. Parecía tener una vida tan perfecta como su sonrisa.
- Pero no siempre soy feliz- suspiró- nadie siempre es feliz... Y déjala, no te merece.
- ¿Escuchaste algo?- tragué saliva mientras mis mejillas se tornaban rojas. Ella asintió lentamente con la cabeza.
- Personas como ella no valen la pena.
- Gracias... supongo- suspiré. Ella tenía la mochila en el hombro y me quedé allí sentado esperando a que salga, y me deje solo, como todo el mundo solía hacerlo, pero en vez de eso comenzó a guardar mis cuadernos en la mochila en lo que yo la miraba confundido. Me alcanzó el bolso y me lo paso.
- Debes tener hambre- dijo finalmente- yo invito, es lo mínimo que puedo hacer después de gastar tu tarde entera enseñando a una burra.
- No necesitas tenerme lástima- le sonreí mientras me ponía la mochila al hombro.
- No te tengo lástima Brad...
- Ni compasión...
- Tampoco, simplemente quiero invitarte a comer algo, ¿Es eso un delito?
- Viniendo de tu parte, lo consideraría- reí- te has puesto roja como un tomate- ella me miró fulminantemente mientras se cubría el rostro con las manos.
- Malvado- me dijo dándose la vuelta.
- Venga ya, estas preciosa, no te cubras- reí. Ella pareció ponerse más roja por lo que podía ver. Comenzó a caminar con las manos en las mejillas mientras me indicaba que la siguiera.
La seguí durante un buen rato, ella caminaba delante y seguía con el rostro tapado procurando que no viese sus mejillas. Sin embargo ya se le había pasado por completo.
Se sentó en una pequeña mesa en un café cerca de el centro comercial y me miró.
- Ya no estás roja, puedes mostrar tu rostro de nuevo- me senté en frente de ella. Negó con la cabeza.
- No te burles de mi, Brad- me pidió vergonzosa mientras yo sonreía.
- No me burlo de ti _____, me parece adorable que te hayas sonrojado, eso es todo- le dije mientras una señora se acercaba con una pequeña agenda para anotar lo que íbamos a pedir.
-¿Os puedo atender?- preguntó. Miré a ____, ella me hizo seña de que pidiera yo primero.
- Yo quiero un batido de frutas...- le dije.
- ¿Y tu novia?- preguntó la señora. Reí divertido mientras su rubor aumentaba y ella apoyaba su rostro con la mesa.
- Perdone... - le dije a la señora. ____ levantó el rostro- ¿Que vas a pedir?- le pregunté.
- Un batido de frutas- dijo ella con vergüenza. La señora rió.
- Espera aquí- le dije a _____ mientras seguía a la señora por detrás. Me dirigí hasta la caja; sabía que si no pagaba ahora, ella lo haría después.
Pagué los dos batidos de frutas, y miré hacía afuera. La chica se estaba mirando al espejo y se arreglaba un mechón de cabello, lo que era bastante raro en ella. Era primera vez que la veía arreglarse, ¿Debería sentirme importante?
Inmediatamente vi mi aspecto en un espejo del local y me arreglé el cabello. Me abroché un poco la camisa y le sonreí al espejo para ver que era lo que ella percibía cuando sonreía.
Cuando ella sonreía, yo solo percibía pequeños trocitos del paraíso.

Believe in magic. (Adaptada) -Brad SimpsonWhere stories live. Discover now