Capítulo 13.

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Narra ________:

El olor a galletas se notaba a unas calles de la casa. Había llamado a mis padres para avisarles que estaría en casa de Connor. Mis padres decían que si al instante cuando se trataba de uno de los tres.
Busqué el llavero dentro de la mochila hasta encontrarlo; allí, en el fondo, como siempre.
. Pensé. Esas que también pueden ser reemplazadas. A mi en el fondo me gustaba Brad; en el fondo, muy en el fondo. El era mi llavero. Y si mi llavero se perdía sería reemplazado; pero siempre quedaría la duda de que estaría haciendo el otro llavero; o que el anterior era mejor.
Abrí la puerta; ahora no era un juego si no quien llegaba techo. Connor era el mas bajo por lo que le costaba demasiado; Tris era alto, pero era torpe y no podía llegar al techo de inmediato porque no tenía muy buen salto de su parte. Y por ultimo estaba James, que era el mediano, y tenía un buen salto de su parte. Sin embargo, ninguno podía alcanzar el techo; a James le faltaban pulgadas. Una y otra vez subían y bajaban y empujaban al otro para que cayese antes de que lo toque. La señora Ball apareció en mi lado, riendo.
- ¿Que han apostado?- pregunté divertida.
- El regalo de cumpleaños- respondió ella.
- ¿El regalo de cumpleaños?- pregunté confundida.
- Los que pierdan le tendrán que regalar lo que quiera al ganador- respondió ella. Reí a carcajadas.
-¿Cualquiera puede participar?- le pregunté. Se encogió de hombros mientras volvía la cocina.
- ¿Puedo participar?- les pregunté detrás. Los tres se dieron la vuelta agitados mientras intentaban respirar bien; estaban sudados y tenían la lengua fuera como un perro que acaba de correr durante cinco horas.
Me miraron de pies a cabeza y comenzaron a reír como locos.
- ¿Entonces?- pregunté, sin ni una pizca de humor en mi rostro. James se apretaba el estomago de la risa y Tristan comenzó a aplaudir desesperado mientras Connor golpeaba las cosas que veía para detener su risa.
- Como si tu pudieras tocar el techo- rió James- hemos estado toda la tarde intentando tocarlo, dudo que tu puedas hacerlo...
- ¿Por que, porque soy mujer?
- Si- rió Tristan, sin rodeos.
- ¿Cuales son las reglas del juego?- pregunté decidida mientras dejaba mi mochila encima de la tele.
- No hay reglas- musitó Connor- solo tienes que tocar el techo, el primero que lo hace gana...
- Se lo que gana- lo detuve- ¿No hay reglas? ¿Ninguna? ¿Nada de nada?
- Nada de nada- contestó Jems. Comencé a reír como una idiota en cuanto me lo dijeron y me quite los zapatos; sentía su mirada encima de mi, puesta, clavada.
Yo, sin ninguna preocupación, me desabrochaba el izquierdo y luego el derecho; lentamente.
- ¿Que está haciendo?- le preguntó Connor a Tristan. Éste se encogió de hombros.
Me subi encima del sofá; ellos solo miraban lo que yo estaba haciendo. Sin ningún problema, toqué el techo.
- Quiero unas vans celestes- les dije mientras me bajaba y me volvía a poner los zapatos. Estaban boquiabiertos.
- ¡Eso es trampa!- reclamó James.
- No hay reglas- los miré- eso es lo que habéis dicho, afortunadamente yo tengo algo que vosotros no tenéis y se llama cerebro, ahí adentro almaceno mi inteligencia, y por favor que sean originales, ¡Odio cuando las bambas son de imitación!
- Nos ha ganado- dijo Connor decepcionado mientras se sentaba en el sillón al medio y tenía a los chicos a cada lado.
- Pensé que lo tenía... Pensé que ganaría- musitó Tristan. Los chicos lo miraron y se comenzaron a reír de él enseguida; este simplemente miró al techo pensativo, como si se tratara de ecuaciones matemáticas para resolver el problema del por qué no fue él quien ganó.
- ¿Ya os habeis enterado?- preguntó James mientras se tendía en el suelo.
- ¿Enterarnos de que?- preguntó Connor.
- No se... Solo quería sacar un tema- rió estupidamente. Negué con la cabeza como si y miré a Tristan, quien seguía con la vista en el techo.
- Yo he escuchado que las de primer año están locas por Tristan- dijo Connor mientras lo miraba y él se ponía rojo de la vergüenza.
- Eso no es ninguna novedad- interrumpí yo- las de primero están locas por Tristan, porque son chicas dulces e inocentes que esperan estar en una película de amor, él es un chico malo y tierno a la vez y se sienten como en "tres metros sobre el cielo" cuando lo ven, las de segundo están locas por James porque es guapo y es divertido y ellas son más estilosas y quieren una fantasía más divertida, en cambio las de tercero están enamoradas de Connor porque es un chico completamente malo y rudo que puede pegar a cualquier patán, y lo prefieren porque se sienten como en grease...
- Y el resto de los chicos que son ignorados por ellas están locos por ti- interrumpió Tristan.
- Espero que no- dije sarcástica.
- ¿Has hablado con el director?
- Eh...- lo miré nerviosa- si- mentí.
- ¿Que te ha dicho?
- Oh.. Ya sabes, lo de siempre, que debo ir con Brad para que suba mi promedio o si no, no habra manera de que me pueda graduar... Y bla bla bla...
- Ah.. No creo que sea conveniente que pases mucho tiempo con él, te volverás una nerd- rió Tristan.
- Si.. - dije nerviosa. Mis manos comenzaban a sudar. Tenía que cambiar rápido el tema.
- Hace calor hoy - interrumpió James mientras me miraba. Le devolví la mirada agradecida; era todo; no podía ocultarle nada a él.
- Si- dijo Connor- ¡Mamá! ¿Están listas las galletas?- gritó.
- Hace rato que están listas- respondió la señora Ball mientras las tres bestias salvajes corrían hacía su presa como si fuera la ultima vez que la fueran a ver.

Believe in magic. (Adaptada) -Brad SimpsonWhere stories live. Discover now