INVISIBLE STRING [H.S]

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Había algo en el silencio de la mañana que siempre me resultó mágico. A esa hora en que la casa todavía dormía, las ideas parecían venir más nítidas, más sinceras. No podía dormir, así que bajé al estudio, con el cabello recogido a las apuradas y una taza de té que ya se había enfriado.

Era la primera vez que volvía a grabar desde que nació Theodora.

Me senté frente al micrófono con los auriculares puestos y abrí el archivo del demo. No tenía pensado grabar nada hoy, pero desde la madrugada no podía sacarme esa melodía de la cabeza. Las palabras me vinieron solas. Lo único que quería decirle era que no crezca tan rápido.

Canté con la voz baja, casi susurrando mientras anotada en la libreta — Don’t you ever grow up, just stay this little…

Sentí el nudo en la garganta mientras escuchaba mi propia voz de vuelta. Me cubrí la boca con la mano, cerré los ojos y dejé que algunas lágrimas rodaran sin hacer escándalo. Estaba tan sensible.

Theodora cumplía un año hoy. Un año.

Hace nada la tenía en mis brazos por primera vez, envuelta en una manta blanca, con la nariz arrugada y los ojitos apenas abiertos. Ahora está aprendiendo a caminar, balbuceaba, tiene carácter… y ya no me necesitaba tanto como antes.

Toqué una vez más la pista — It could stay this simple…

— ¿Amor? — Escuché desde la puerta, seguida de un golpecito suave.

Me saqué los auriculares y traté de limpiarme la cara rápido, pero ya era tarde. La puerta se abrió y ahí estaba Harry, en pijama, con Theodora en brazos, medio dormida todavía, apoyada en su pecho.

— Nos preguntábamos dónde estabas — Dijo en voz baja, sonriendo.

— No podía dormir — Respondí, haciendo un gesto con la cabeza hacia la consola — Se me ocurrió esto y no quise dejarlo pasar.

Harry miró la pantalla un segundo y después a mí. Su sonrisa se suavizó.

— ¿Estás bien?

Asentí, aunque me tembló un poco la barbilla. Él lo notó y caminó hacia mí despacio, con Dora entre los brazos como si fuera de cristal.