Madison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible?
Continuación de "You we...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Me observé en el espejo mientras la estilista daba los últimos retoques a mi cabello, asegurándose de que cada onda cayera en su lugar con precisión. El vestido de archivo de Gucci de 1996 abrazaba mi cuerpo con una elegancia atemporal. De manga larga y con un ajuste perfecto, tenía esa sofisticación clásica que me hacía sentir como si estuviera a punto de caminar en una alfombra roja de otra era. Aun así, lo que más me gustaba era lo cómodo que me hacía sentir, como si hubiera sido hecho para mí.
No estaba allí para ser el centro de atención. No esta vez. Solo había venido a apoyar a Harry en la presentación de Whispering Shadows, aunque, por cómo se sentía la atmósfera en torno al festival, era evidente que la película no era el único tema en boca de todos. El escándalo que la rodeaba parecía haberse vuelto más grande que la historia misma. No importaba cuánto intentara ignorarlo, la energía en el aire se sentía diferente.
Suspiré y ajusté el vestido en mi cintura con suavidad, tratando de distraerme de cualquier pensamiento innecesario. Fue entonces cuando sentí la mirada de Harry sobre mí. No tenía que girarme para darme cuenta de que me observaba desde el otro lado de la suite. Podía imaginarlo perfectamente: sentado en el borde de la cama, con los codos sobre sus rodillas y esa expresión suya, mitad embelesada, mitad pensativa.
— ¿Qué? — Pregunté con una pequeña sonrisa, girándome apenas hacia él.
Él negó con la cabeza, su sonrisa creciendo un poco más.
— Nada — Dijo, aunque su mirada desmentía sus palabras — Solo que sigues dejándome sin palabras.
Sentí una calidez inesperada en el pecho y desvié la vista por un momento, concentrándome en un pliegue invisible del vestido.
— No me mires así — Murmuré, aunque la verdad era que me encantaba cuando lo hacía.
Harry se levantó y caminó hacia mí con calma, deteniéndose a solo unos centímetros. Sus manos encontraron mi cintura con facilidad, sus pulgares trazando círculos suaves sobre la tela del vestido.
— ¿Cómo quieres que te mire entonces? — Su voz era baja, tranquila, con ese tono que siempre lograba relajarme.