឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ 𝟷𝟾 . ┊

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- ¡ME ESTÁ MATANDO! -rugió Gi-hun-. ¡ME QUITA LA VIDA! ¡NO QUIERO MÁS, NO PUEDO MÁS! ¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO?!

Y de pronto. Un hilo tibio de sangre comenzó a escurrir por entre sus piernas. Primero leve, luego más grueso, más denso, más caliente. El Omega gimió, bajó la vista y vio la mancha roja empapando su ropa interior, bajando por la cara interna de sus muslos con lentitud, cruel, burlesca, como un recordatorio físico del horror que estaba viviendo. Un silencio sepulcral se apoderó del cuarto, como si hasta las paredes hubieran dejado de respirar.

In-ho también lo vio. Por un segundo, solo uno, su expresión cambió. Algo se quebró en sus ojos ¿era miedo? ¿culpa? ¿furia? pero no duró más que un parpadeo. De inmediato, lo cargó en brazos, sujetándolo como si fuera frágil, pero sin ternura, sin compasión, como si fuera un objeto dañado que necesitaba ser reparado antes de romperse del todo.

- Te lo advertí... -murmuró con voz baja, ronca, casi temblorosa-. Te dije que no hicieras estupideces...

Gi-hun no respondió. Solo lloraba. Silencioso. Exhausto. Desangrándose lentamente mientras In-ho lo sacaba de la habitación, rumbo a quién sabe dónde. El miedo ya no era por él. El miedo era por lo que venía después.

Y lo supo en cuanto In-ho lo bajó a toda prisa por el pasillo, sin siquiera detenerse a hablarle, a calmarlo, a decirle algo más allá de la respiración agitada que se le escapaba como si fuera él quien estuviera cargando con el dolor. Gi-hun iba colgando de sus brazos, con la cabeza apoyada contra el pecho del Alfa, el rostro húmedo, pálido, y los muslos pegajosos por la sangre que seguía deslizándose a pesar de sus piernas cerradas. Estaba agotado, débil, ausente. La visión le temblaba, como si cada luz encendida fuera un maldito relámpago dentro de su cráneo. Cada paso era una sacudida, cada sacudida una punzada, cada punzada un recordatorio de que ese cuerpo ya no le pertenecía, y que estaba siendo transportado como una bolsa rota de carne embarazada a merced de su captor.

In-ho lo metió en el auto con torpeza, como quien tira un saco de ropa sucia sobre un asiento, abrochándole el cinturón sin mirarlo a los ojos, con las manos manchadas de sangre y un rictus de piedra en la cara. El motor rugió de inmediato. No hubo palabras. Ni una. Solo el zumbido seco del aire acondicionado y el sonido de los neumáticos devorando el asfalto mojado de una ciudad que parecía ignorar que, dentro de ese coche negro, un Omega estaba perdiéndose en cámara lenta.

Gi-hun apenas podía mantener los párpados abiertos, el dolor le latía entre las piernas como una herida mal cerrada, el vientre le dolía como si le arrancaran las entrañas desde dentro. Y aún así, sentía. Sentía cómo esa "vida" seguía ahí, agarrada, moviéndose apenas, como una alimaña resistiéndose a morir. El estómago se le revolvió de asco. Quiso vomitar. Pero ya no tenía nada que dar. Ni lágrimas, ni gritos, ni comida, ni alma.

Llegaron al hospital como una sombra deslizándose entre los cristales. Nadie preguntó nada. Bastó con la presencia de In-ho, su cara de muerte y el cuerpo tembloroso de Gi-hun envuelto en una chaqueta manchada, para que las puertas se abrieran como si fueran el umbral del infierno. Todo ocurrió demasiado rápido: camillas, manos enguantadas, luces blancas, preguntas que no tenían respuesta, enfermeros que ni se atrevían a mirarlo más de dos segundos. In-ho caminaba al lado, sin separarse, como un depredador acechando su trofeo herido. Y Gi-hun... Gi-hun solo pensaba en una cosa:

"¿Si muero aquí... me dejarán en paz?"

La camilla avanzaba. El frío del metal le atravesaba la espalda. Las voces se volvían más lejanas. Todo se difuminaba en blanco. Solo quedaba su cuerpo traicionándolo. Solo quedaba esa cosa latiendo dentro de él. Y el rostro de In-ho, ahí, como una maldición que no se iba.

឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊TERMINADO - 𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐎 𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐎Where stories live. Discover now