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El viaje de regreso a la mansión estuvo lleno de un silencio cómodo pero tenso. Cuando se acercaron a la mansión, el alfa la agarró con más fuerza.- Cenaremos juntos esta noche -dijo con voz firme.- Le pediré al chef que prepare algo especial.
Gi-hun asintió, con el corazón palpitando en su pecho. Sabía que cenar con In-ho significaba algo más que una comida. Era una oportunidad para que él afirmara su dominio, para recordarle su lugar en su vida.
Al entrar en la mansión, los sirvientes se inclinaron, con los ojos desviados. El alfa llevó a su acompañante hacia al comedor, con la mano apoyada en la parte baja de su espalda.
Después de sentar a Gi-hun en el comedor, In-ho se excusó, sus ojos brillando con una sonrisa secreta. Salió de la habitación y se dirigió a la cocina, donde el chef estaba ocupado preparando su comida.
- Hey, Chef -saludó In-ho con voz suave y autoritaria.- Tengo una petición especial para la cena de esta noche.
El hombre se giró, sus ojos se abrieron ligeramente al ver al alfa.- Por supuesto, señor -dijo, inclinando la cabeza.- ¿Qué puedo hacer por ti?
In-ho se metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña bolsa de polvo blanco. Se lo tendió al chef, su sonrisa nunca vaciló.- Quiero que agregues esto a la comida del omega -dijo con voz baja y firme. - Solo una pizca, eso sí.
El chef, un hombre de aspecto severo con una presencia dominante, tomó la bolsa de la mano de In-ho. Examinó la pólvora, su expresión era ilegible.- Por supuesto, señor -dijo, con voz serena y serena-. Me aseguraré de que se agregue a su comida.
In-ho asintió, satisfecho.- Bien, y sabes que la discreción es clave. No quiero que el omega se entere de esto.
Los labios del chef se curvaron en una pequeña sonrisa cómplice.- Por supuesto, señor. Lo entiendo perfectamente. -Metió la bolsa en el bolsillo de su delantal y sus ojos se dirigieron hacia el comedor.- ¿Hay algo más que necesite?
In-ho negó con la cabeza, su mente ya estaba volviendo a Gi-hun.- No, eso será todo. Gracias, Lee.
Cuando el mafioso regresó al comedor, el hombre volvió a su cocina, con una expresión pensativa en su rostro.
El alfa regresó, con las manos vacías. Se sentó frente a Gi-hun, sin apartar los ojos de los de el.- La cena estará lista pronto -dijo, con voz tranquila y serena.
Mientras esperaban la cena, la tensión en la habitación se hizo más espesa. El pelirrojo se movió inquieto en su asiento, sus ojos recorrieron nerviosamente la habitación. El lo observó, su expresión era ilegible.
La mirada de In-ho se clavó en Gi-hun, sus ojos oscuros e intensos. Se recostó en la silla, con los dedos tamborileando a ritmo lento sobre la mesa.- Pareces nervioso -dijo con voz baja y suave.- ¿Te molesta algo?
- No, estoy bien -mintió, forzando una sonrisa.- Solo... hambriento, supongo.
Los labios de In-ho Inho se curvaron en una sonrisa.- Hambriento, ¿eh? Bueno, la cena debería estar lista pronto. Me aseguré de que el chef preparara algo...especial, solo para ti.