឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊TERMINADO - 𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐎 𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐎

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Los ojos del alfa se entrecerraron, apretando la mandíbula.- ¿Quieres que lo haga? -preguntó con tono agudo.

Su corazón se aceleró mientras miraba a In-ho, con los ojos muy abiertos y vulnerables. - Sí - susurró, con la voz ligeramente temblorosa.- Yo...no quiero estar solo.

El alfa lo miró fijamente por un momento, su expresión era ilegible. Luego, sin decir una palabra, se deslizó en el asiento del pasajero junto a Gi-hun. El corazón del omega dio un vuelco, su respiración se atascó en su garganta mientras la presencia de In-ho llenaba el pequeño espacio.

Arrancó el coche, el motor ronroneando a la vida. Miró al pelirrojo, con una mirada aguda y evaluadora.- Abróchate el cinturón -ordenó, su tono no dejaba lugar a protesta alguna.

Gi-hun asintió, abrochándose rápidamente el cinturón de seguridad. Sus manos temblaron ligeramente, sus dedos rozaron los de In-ho mientras alcanzaba la hebilla.

La mirada de In-ho se detuvo en las manos de Gi-hun, un parpadeo de algo ilegible cruzó su rostro. El omega contuvo la respiración, su corazón latía con fuerza en su pecho mientras los ojos del alfa se clavaban en él. Entonces, sin previo aviso, el alfa extendió la mano y agarró la muñeca de el. El omega jadeó, su cuerpo se tensó mientras los dedos del alfa se envolvían alrededor de su delgada muñeca. El tacto de In-ho era firme, casi magullador, pero había una dulzura que hizo que a Gi-hun le doliera el corazón.

- Estás temblando -observó In-ho, con voz baja y áspera.- ¿Me tienes miedo?

Gi-hun tragó saliva y su garganta se secó de repente.- N-no - Pero para sí mismo, estaba mintiendo. Por supuesto, le tenía miedo a In-ho, incluso aterrorizado, después de la enferma violación de la noche anterior. El toque cruel del alfa, sus violentas embestidas, el dolor y la humillación que había infligido... todo estaba fresco en su mente, grabado en su propia alma.

Pero no podía admitirlo, no en voz alta. In-ho tenía demasiado poder sobre él, y mostrar miedo solo lo convertiría en un objetivo para más abusos. Así que forzó una sonrisa temblorosa, sus ojos se alejaron de la intensa mirada del alfa.

- No, no tengo miedo -susurró, su voz firme apesar del huracán en su mente.- Sólo... Tengo frío.

El agarre se tensó ligeramente, su pulgar rozó el punto de pulso en la muñeca de Gi-hun, los ojos del alfa se entrecerraron, su mirada penetrante mientras buscaba el rostro del pelirrojo.

- Estás mintiendo -dijo con voz baja y peligrosa.- Puedo oler tu miedo, Gi-hun. Está por todo el auto.

El aliento del omega se entrecortó, su cuerpo se tensó bajo el escrutinio del alfa. Sabía que debía negarlo, debía insistir en que no tenía miedo. Pero las palabras murieron en su garganta, ahogadas por el terror que se apoderó de su corazón.

In-ho soltó su muñeca, su mano se apartó mientras volvía su atención a la carretera. La repentina pérdida de contacto dejó a Gi-hun sintiéndose frío y expuesto, su piel dolorida por el tacto del alfa.

- Deberías tener miedo -continuó, con un tono conversacional a pesar de la amenaza que subyacía en sus palabras.- Podría matarte, podría destruirte con una sola palabra, con un solo gesto. Y, sin embargo, aquí estás, mintiéndome en la cara. -La mirada de In-ho volvió a Gi-hun, sus ojos fríos y calculadores.- ¿Por qué?, me pregunto. ¿Estás tratando de protegerte? ¿O simplemente eres lo suficientemente estúpido como para pensar que tus mentiras te salvarán?

El omega tembló bajo el escrutinio del alfa ¿Debía decir algo? Pero, ¿qué podía decir? In-ho tenía razón, sus mentiras eran patéticas, sus intentos de autoconservación inútiles.