឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊TERMINADO - 𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐎 𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐎

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Con el corazón apesadumbrado, Gi-hun terminó de desnudar la cama y comenzó a recoger las sábanas sucias.

In-ho se acercó a Gi-hun, con una expresión ilegible. Agarró el brazo del omega, su agarre firme pero no doloroso. El se quedó paralizado, su corazón se aceleró mientras miraba al alfa con ojos muy abiertos y temerosos.

- ¿Qué estás haciendo? -preguntó, su voz apenas por encima de un susurro. Se preparó para la ira del alfa, para el inevitable castigo que seguiría a su pregunta.

Pero la reacción del mayor fue inesperada. Suspiró, aflojando ligeramente su agarre del brazo del menor.- Te voy a llevar al médico - dijo, con un tono sorprendentemente amable.- Estás herido y necesito asegurarme de que estés bien.

Gi-hun lo miró fijamente, claramente atónito por las palabras del alfa. No podía creer lo que estaba escuchando. Su jefe nunca antes había mostrado ninguna preocupación por su bienestar, nunca se había preocupado por sus lesiones o su dolor. El cambio repentino fue inquietante, haciendo que su cabeza diera vueltas.

- ¿Estas...hablando en serio? -preguntó con voz temblorosa.- ¿De verdad me vas a llevar al médico?

In-ho asintió, su expresión se suavizó ligeramente.- Sí -dijo.- No puedo permitir que mi juguete muera sobre mí, ¿verdad?.

Las palabras eran duras, pero había una ternura subyacente en el tono del alfa que hizo que a Gi-hun le doliera el corazón. Quería creer que al alfa le importaba, que había una parte de él que quería proteger y apreciar de el. Pero sabía que no debía confiar en promesas vacías.

- Está bien -susurró, asintiendo lentamente.- Iré contigo.

In-ho soltó su brazo, su mano se detuvo por un momento antes de caer a su lado. - Bien - dijo.- Vamos, pues. ¿Y Gi-hun?

El omega lo miró, con los ojos muy abiertos y esperanzados.- ¿Sí? -preguntó, su voz apenas audible. Contuvo la respiración, con el corazón latiendo en su pecho mientras esperaba la respuesta de Inho.

- No hagas que me arrepienta de esto -advirtió el alfa, entrecerrando ligeramente los ojos. - Solo estoy haciendo esto porque te necesito saludable. No confundas mis acciones con amabilidad.

El corazón de Gi-hun se hundió, el breve destello de esperanza murió en su pecho. Debería haber sabido que no debía esperar un cuidado genuino de Inho. El alfa era incapaz de tales emociones, demasiado egoísta y cruel como para preocuparse realmente por el bienestar de el. - Entiendo - susurró el omega, bajando la mirada al suelo.- No lo decepcionaré...

El alfa asintió, aparentemente satisfecho con la respuesta de Gihun.- Bien, ahora vamos, estamos perdiendo el tiempo.

Se dio la vuelta y salió de la habitación, esperando que Gi-hun lo siguiera. El lo siguió fuera de la habitación, su cuerpo le dolía con cada paso. Se rodeó con los brazos, temblando levemente cuando el aire frío golpeó su piel magullada. In-ho le devolvió la mirada, con una expresión ilegible.

- Está haciendo frio - observó, con un tono neutro. - Ponte una chaqueta.

El omega vaciló, sorprendido por la repentina preocupación del alfa. Pero él obedeció rápidamente, agarró una chaqueta del armario y se la puso. Era demasiado grande para él, las mangas le colgaban más allá de la punta de los dedos, pero hacía calor y eso era todo lo que importaba.

In-ho lo condujo fuera de la mansión hasta un elegante coche negro aparcado en el camino de entrada. Abrió la puerta del pasajero, haciendo un gesto a Gi-hun para que entrara. El omega vaciló, su corazón se aceleró mientras miraba al alfa.

- Te... ¿Te vas a sentar conmigo? -preguntó, con la voz ligeramente temblorosa. La idea de estar solo en el coche con In-ho era a la vez aterradora y estimulante.